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Hacia una nueva oportunidad

Marcas como Normas Doors, Extrusiones Metálicas, Marcopolo o la Fábrica de Armas de Palencia han logrado remontar el vuelo después de ser arrollados por la crisis

Hacia una nueva oportunidad ical

david alonso

La dura etapa de letargo de la economía española, enfrascada en una doble recesión, se ha llevado por delante multitud de empresas a nivel nacional y regional. Según los datos del INE, Castilla y León ha perdido en torno al ocho por ciento, más 13.000 empresas, del tejido empresarial, lo que significa un punto menos que la media nacional, hasta las cerca de 159.473 que operan en la actualidad. Sin embargo, no siempre la historia tiene porqué acabar mal. Varias son las marcas de la región que tras superar recientemente una etapa convulsa, han logrado salir a flote con buenos resultados. Los casos de Norma Doors Technologies (antigua Puertas Norma); Marcopolo Comercio (antigua Hibramer); Extrusiones Metálicas Europeas (antigua Metales Extruidos); o la Fábrica de Armas de Palencia son un claro ejemplo de que nunca hay que darse por vencido.

Uno de los casos más recientes es el de Norma Doors Technologies, antiguamente Puertas Norma, que en el verano de 2013 estuvo cerca de desaparecer. Sin embargo, un grupo de inversores liderado por la Diputación de Soria, adquirió la unidad de producción de la planta de San Leonardo de Yagüe por una cantidad que ronda a los cuatro millones de euros. Ahora, un año después de que la factoría retomara la actividad, presentan una facturación cercana a los 2,4 millones de euros, señala José Luis Alonso, director financiero de Norma Doors Technologies. La fábrica, que ya tiene pedidos cerrados por valor de un millón de euros, cuenta con 130 trabajadores en su interior, muy lejos de los cerca de 500 con los que Puertas Norma declaró el Expediente de Regulación de Empleo (ERE). «El 100 por ciento de los empleos son de trabajadores de la antigua empresa», apunta Alonso, que reconoce que «están muy ilusionados» porque «todos» están «poniendo de su parte para que esto siga adelante».

Sin embargo, el directivo reconoce que los costes de producción «no son los mismos» porque tienen que «acomodarse a las exigencias del mercado para poder ser competitivo». «La gestión es muy diferente a la de los últimos cuatro años, han vuelto los antiguos directores y hemos podido repescar nuestra red comercial y de clientes», destaca.

Apuesta por el mercado exterior

Así, José Luis cree que los resultados obtenidos durante el primer año pueden catalogarse como «muy positivos», porque, «no se trata de una empresa nueva, esto es un monstruo que come una cantidad ingente de materia prima cada día».

La apuesta de futuro de la planta soriana pasa por el mercado exterior, apunta, e indica que en la actualidad el peso de las exportaciones es del 20 por ciento, pero que el objetivo de la empresa es voltear las cifras y que suponga el 80 por ciento de los ingresos de Norma. «Queremos seguir trabajando en ciertos mercados como Europa, Emiratos Árabes, Magreb o el África subsahariana, y convertir lo sembrado en pedidos recurrentes», afirma el director financiero de la firma, que asegura que tienen el punto de vista fijado en el mercado iberoamericano.

«Normalidad y funcionamiento»

En el caso de la Fábrica de Armas de Palencia, el trasvase de poder se produjo ante la inminencia de posibles despidos después de que Santa Bárbara Sistemas, antigua propietaria, presentara un ERE. De esta forma, y con el visto bueno de Defensa, la planta pasó a manos de la multinacional armamentística noruega Nammo durante el año 2013. Jesús Collantes, jefe de Recursos Humanos de la factoría, reconoce que actualmente la plantilla funciona con «normalidad» después del cambio de manos. «Vimos que Santa Bárbara había presentado un expediente y gracias al acuerdo con Nammo pudimos mantener toda la plantilla y estamos muy contentos», señala. En total, los 203 trabajadores, sumados a los temporales, han mantenido sus empleos con las expectativas puestas en crecer. Edgar Fossheim, presidente del grupo noruego, aseguró durante una visita a Palencia que su intención era convertir a la planta en el principal suministrador de armas de España y en un puente para que la compañía pueda desplegarse en el mercado sudamericano. Jesús Collantes destaca que su acoplamiento dentro de la estructura de la empresa, que cuenta con 2.000 empleados repartidos en ocho países, ha sido «buena». «Nosotros trabajamos como si fuéramos autónomos. Ellos nos dejan hacer», apunta. Además, señala que para 2014 el trabajo está garantizado «sin problemas» y que el futuro depende «de los contratos con los distintos ministerios de defensa». Nammo, por su parte, suscribió un contrato de 15 años prorrogable hasta los 75 años a razón de 200.000 euros anuales por el alquiler de las instalaciones y un tres por ciento de la producción registrada en la planta.

Una reconversión desde cero

Una de las quiebras más sonadas en la región se produjo cuando el hundimiento de Nueva Rumasa se llevó por delante una de las empresas avícolas líderes en España, la vallisoletanaHibramer. Fue entonces cuando el grupo italiano Eurovo, a través de su filial Marcopolo, se hizo con los activos de la firma para poner en marcha un plan de recuperación de la actividad productora. «Eurovo ha apostado mucho por Castilla y León, aunque hay otras regiones que facilitan más las ayudas al sector, el arraigo del grupo en esta localización es muy alto», reconoce un directivo de Marcopolo Comercio. La empresa cuenta con una plantilla de 95 trabajadores, de los cuales casi la mitad son empleos indirectos. «El 55 por ciento de nuestra plantilla había trabajado en Hibramer», señala, al mismo tiempo que asegura que se trata de un grupo «muy competitivo» y con una «gran» motivación e implicación en el proyecto. Los más de 20 millones de euros que se han invertido en comienzan a dar sus frutos, con una facturación que ronda los 40 millones de euros al año 18 meses después de retomar la actividad empresarial. «Los resultados están siendo muy satisfactorios y estamos funcionando muy bien», asegura. La consagración de esta nueva etapa de la planta vallisoletana ha llegado con el reciente informe de la revista Alimarket, que situaba a Marcopolo Comercio como la tercera empresa del país en producción y comercialización de huevos, con capacidad para generar 480 millones de unidades al año. «Hemos ampliado la capacidad productiva de la fábrica para hacerla más competitiva», apunta el directivo de la casa.

En definitiva, cuatro ejemplos de algunos supervivientes de la tormenta financiera que ha dejado el tejido empresarial español en una situación comprometida. Sin embargo, estas empresas presagian un nuevo futuro muy alejado de las negras expectativas con las que vivieron los últimos años.

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