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medio ambiente

La lucha contra los incendios vive su mejor julio en diez años

Un verano atípico, con poco calor y más humedad, ha dejado hasta el momento en la región el balance más positivo del decenio en la lucha contra el fuego

La lucha contra los incendios vive su mejor julio en diez años efe

montse serrador

Por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente andan tocando madera. Es más, se resisten a hacer cualquier tipo de balance que dé al traste con la buena racha de los últimos dos meses y, especialmente, de julio, en la lucha contra los incendios forestales. De hecho, cuando acaba de comenzar el mes de agosto y dejando atrás el, en teoría, mes más caluroso del año, son pocos los incendios forestales de cierta envergadura que se han producido hasta el momento, como lo avalan unos datos que demuestran contundente reducciones con respecto a años anteriores. Así, si en julio de 2013 ya se había producido una treintena de incendios relevantes que arrasaron más de mil hectáreas, el pasado mes se registró una decena con unas 500 hectáreas.

No es cuestión de lanzar las campanas al vuelo, que queda mucho verano por delante, pero sí es verdad que hasta el momento no se han registrado siniestros de especial gravedad ni cuantitativa ni cualitativa. Así, hasta ahora sólo se ha producido un incendio grave : el de Castillejo de Martín Viejo (Salamanca), el 17 de julio, donde ardieron 209 hectáreas.

El director general del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente, José Ángel Arranz, reconoce que el mes de julio ha sido bueno, el mejor en los últimos diez años, en cuanto al número de hectáreas quemadas, ya que incendios sigue habiendo, si bien no con la gravedad de años anteriores. De hecho, en una base aérea de Salamanca comentaron a ABC la escasa actividad del verano, hasta el punto de que los agentes forestales «casi se peleaban por acudir a un siniestro».

Curiosamente, las previsiones con las que arrancó oficialmente la campaña de lucha contra incendios el 1 de julio eran bien distintas. Entonces, los técnicos auguraban un verano con mayor riesgo de fuegos por la abundante vegetación, muy seca después de unos meses de mayo y junio con pocas precipitaciones. Sin embargo, el mes de julio no cumplió con los pronósticos habituales y tan sólo hubo un corto periodo de calor, hasta el punto de que las temperaturas han estado muy por debajo de la media habitual. El resultado ha sido una humedad ambiental superior a lo normal por estas fechas, lo que ha tenido su consecuencia más directa en que los incendios se extienden con menos facilidad y son más fáciles de atacar.

Desde la Asociación de Forestales de España, su secretaria general en Castilla y León, María Eugenia Callejas, insiste en esta circunstancia: «La única explicación es el tiempo, porque hay mucha humedad y temperaturas mínimas de doce grados».

Explica, además, que otros años se producían incendios por la actividad de las cosechadoras, «pero ahora los montes no están secos y no prende con tanta facilidad». No obstante, también advierte de que hay que esperar a ver lo que sucede este mes y también en septiembre, porque en otras ocasiones, como el pasado año, fue cuando se concentraron los siniestros más graves.

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