El obispo de León reconoce «la gran dedicación» de Carrasco

Durante la homilía, Julián López ha destacado que León está sumido en «el dolor y la consternación» por su muerte «violenta». Sin embargo, ha afirmado que junto a la pena que «nos embarga» hay algo «muy fuerte y valioso» que «debe reconfortar» en la despedida de Isabel Carrasco, a la que describió como una «mujer voluntariosa y entregada a su tarea política».

En primer lugar, hizo referencia al «rechazo unánime y sereno» a lo ocurrido por parte de «todas las instituciones públicas y sociales y de sus representantes y dirigentes, así como de la inmensa mayoría de los leoneses». Algo que indicó que así se ha recogido en los medios de comunicación, que lo han puesto de relieve «desde el primer momento» mostrando, en su opinión, «un signo más de la madurez» del pueblo y una forma de «reconocimiento» no sólo del «valor de la vida humana, sino también de «la importancia de la función pública en la sociedad democrática». Por eso, el obispo de León incidió en que «más allá del estupor y de los sentimientos de dolor ante este luctuoso hecho, merece la pena resaltar esta unidad moral y espiritual de los ciudadanos».

Las primeras bancadas de la catedral han estado ocupadas en la parte izquierda del altar por los familiares más próximos a Isabel Carrasco. Su hija, Loreto Rodríguez Carrasco, sus hermanas Rosi, Belén y Miluca Carrasco Lorenzo y su compañero sentimental, Jesús López Brea, entre otros. Por su parte, en el extremo derecho se sentaron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera y el ex presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañados por un amplio número de autoridades locales, provinciales, regionales y nacionales.

Durante el funeral, la familia de Isabel Carrasco, que ha recibido el cariño de todos los presentes, apenas pudo contener las lágrimas y, una vez finalizada la misa, los aplausos de todos los presentes rompieron el silencio en el templo y acompañaron la salida del cadáver y de los familiares. La ovación se reinició en varias ocasiones tanto dentro como fuera de la catedral hasta que todos partieron. El cadáver de Isabel Carrasco será incinerado.

Antes de que arrancara el funeral ya se pudo apreciar el cariño y respeto que los leoneses guardaban a la política leonesa, ya que eran cientos de personas las que despidieron el féretro a su salida del Palacio de los Guzmanes, donde se había instalado la capilla ardiente y miles los que recibían el cortejo fúnebre a su llegada a la Catedral. Un viaje en el que el ataúd de Isabel Carrasco estuvo acompañado de una bandera de España y de su bastón de mando.