política
Todos contra todos en el PSOE de León
La militancia está dividida entre los que apoyan «la unidad del partido» y los que critican a la Ejecutiva
rosa álvarez
La existencia de c orrientes críticas dentro del PSOE de León nunca fue ningún secreto. Sin embargo, los «trapos sucios» del partido se lavan tan a menudo fuera de «casa» que lleva a pensar que, en estos momentos, sus militantes tienen en ... común poco más que las siglas. Mientras su secretario general, Celestino Rodríguez, se afana en zanjar el problema afirmando que «la amplia mayoría» de los socialistas de León sólo piensan en trabajar de forma «unida», los últimos acontecimientos han demostrado que la realidad es otra bien diferente.
La militancia parece no ponerse de acuerdo ni en sus quejas, y los reproches se lanzan de unos a otros abriendo varios frentes que, en más de una ocasión, han hecho tambalear la estabilidad del partido en la provincia. Desde la elección de Rodríguez -en mayo de 2012-, algunas de sus decisiones han sido «aplaudidas» y respetadas, pero otras han provocado las protestas de una parte de los afiliados, que no han dudado en expresar públicamente su desacuerdo con la dirección.
La Agrupación Municipal de la capital -con unos 700 militantes, es la más numerosa de la provincia y de la Comunidad- ha demostrado ser una de las más críticas. Su secretario general, José Antonio Diez , defiende que su intención no es «hacer más sangre» dentro del PSOE, sino manifestar la opinión de «la mayoría» cuando las resoluciones que se toman atacan directamente al «sentido común».
Éste fue el caso de la polémica moción de censura de Ponferrada , apoyada por la Ejecutiva provincial socialista con el respaldo del secretario de Organización federal, Óscar López. El visto bueno a que el PSOE de la capital berciana pactara para alcanzar la Alcaldía con IAP - con el condenado por acoso sexual Ismael Álvarez a la cabeza- terminó en desastre. Se pidió la dimisión de Rodríguez y de López y, aunque el entonces socialista Samuel Folgueral consiguió ser el regidor de la ciudad, su nuevo cargo le costó el abandono de las siglas del partido.
Ahora, cuando las aguas parecían haber vuelto a su cauce en Ponferrada -con el nombramiento de una gestora para dirigir el partido con Rita Prada al frente-, los temores de la militancia a un posible regreso de Folgueral al PSOE han reabierto la «herida». Parte de los socialistas bercianos ya han expresado sus quejas y, en León, Díez destacó que confía en que esto «no ocurra», pero, si es así, no dudará en volver a mostrar su descontento.
Al margen de Ponferrada, en el resto de la provincia las polémicas tampoco han cesado. En agosto de 2012, el secretario general de Ugal-UPA, Matías Llorente, anunció que el sindicato -que colaboraba con el PSOE desde hacía 22 años- rompía toda su relación con los socialistas por la falta «de liderazgo y planteamientos» de la Ejecutiva provincial. Este desencuentro costó al partido la pérdida de alcaldías y Llorente, que era diputado por el PSOE, pasó a desempeñar su cargo como «no adscrito». Desde entonces, la formación de la rosa ha seguido trabajando con el contento de algunos y el reproche de otros. Rodríguez insiste en que el PSOE de León no tiene tiempo para «guerras personalistas» o «discursos estériles» abanderados por «cuatro militantes contados a los que les importan poco las siglas». Sin embargo, no ha podido evitar que las quejas hayan seguido «lloviendo» sobre su gestión.
Enésima disputa
La enésima ha venido de la mano de la designación de los delegados que representarán a León en la Conferencia Política que el PSOE celebrará en noviembre. La Agrupación Municipal de la capital denunció el «agravio» que Rodríguez había cometido al dejarles «al margen» de esta cita cuando ya habían organizado ocho asambleas y tenían listas 42 propuestas y 63 enmiendas a la Conferencia. Un trabajo que ahora se tirará «a la papelera», tal y como denunció Díez.
Aún así, el grupo municipal tampoco ha mostrado la cohesión necesaria para plantar cara en este asunto y, una vez iniciada la «guerra», 83 de sus militantes suscribieron un comunicado en el que pedían el fin de las «batallas» internas por entender que éstas alejan al PSOE de su verdadero objetivo: «Estar del lado de los problemas de la gente». Los alcaldes del sur de León firmaron la última de las protestas. En esta ocasión, contra la gestión de Celestino Rodríguez, que intenta sacar el partido adelante dentro de un «lío» con final incierto.
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