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música

Soñar en el Arlanzón

La ciudad de Burgos cuenta ya con un moderno auditorio, tras años de vicisitudes del llamado Complejo de la Evolución Humana. Ahora resta que la crisis pase para dotarle de una programación musical a la altura de la inversión

Soñar en el Arlanzón r. ordóñez

rosa sanz hermida

El pasado 19 de octubre, con la presencia de la Reina Doña Sofía, quedaba oficialmente inaugurado el Auditorio de Burgos, el último de los edificios que conforman el Complejo de la Evolución Humana -integrado también por el museo y el centro de investigación-, d iseñado por el arquitecto santanderino Juan Navarro Baldeweg . Este nuevo espacio para la música tiene capacidad para 1.371 espectadores (986 butacas de platea, 347 de anfiteatro y 38 de palcos) y permite la puesta en escena de ópera, teatro y danza al disponer de foso de orquesta (convertible en escenario y patio de butacas) y un equipamiento esceno-técnico de última generación del que se ha encargado Waagner Biro, una de las empresas punteras en este ámbito. Cuenta también con una sala de cámara de 492 asientos que sirve para congresos. Completan el espacio varias salas de pequeño formato, espacios expositivos y una cafetería-restaurante.

El emplazamiento de este nuevo Auditorio en lo que se conoce como Paseo de Atapuerca es, a todas luces, singular: en la margen izquierda del río Arlanzón, mirando la ciudad y su casco antiguo, y separado de ese otro gran baluarte de la escena, el Teatro Principal, por el emblemático puente de san Pablo, por el que según la tradición salió el Cid camino de su destierro. Esta céntrica ubicación facilita, sin duda, al público -local o foráneo- el acceso a sus instalaciones brindándole la posibilidad de convertirse en espectador asiduo de una programación que, a día de hoy y por la actual tesitura económica, representa el mayor escollo del proyecto.

A este propósito conviene recordar, porque ya forma parte de su historia, que el Auditorio se ideó y diseñó antes de que estallara la crisis, en un momento en que no se intuía ni por asomo el «problema» de su gestión. Porque si bien la reciente renovación del convenio suscrito entre Caja de Burgos y el Consistorio burgalés permite el sostenimiento y desarrollo de contenidos culturales hasta 2016, a nadie se le oculta que este calendario escénico está a años luz de la programación planeada para un espacio de las características del Forum Evolución.

Presupuesto lacónico

De manera que esta temporada y, si la situación continúa así las que siguen, tendrá que bandear el temporal con una actividad musical y escénica ajustada a un presupuesto lacónico, que además tendrá que cubrir los costes de mantenimiento. Pero hay que soñar y esperar que una vez pasada esta coyuntura adversa sobrevengan tiempos mejores, como soñaba John Lennon en «Imagine»: «Ningún infierno bajo nosotros; por encima, sólo cielo».

Entretanto, a disfrutar de este presente que entre otras cosas buenas nos ha traído el estreno de algunos fragmentos de la ópera «El mozo de mulas» del compositor burgalés Antonio José, interpretados por la Sinfónica de Castilla y León, bajo la dirección de Rafael Frühbeck de Burgos y la intervención solística de Raquel Lojendio, Ana María Sánchez, María José Suárez, Vicente Ombuena, Stefano Palatchi, Eric Mauricio Torres, Florian Boesch y Salvador Fernández, y de la reposición, de la «Sinfonía castellana» del mismo autor, a cargo de la Sinfónica de Burgos, con dirección de Javier Castro Villamor.

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