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Babilonia en guagua

Oiga, ¿y mañana hay clases? ¿y pasado?

Esperemos que ya quede menos para la construcción de refugios antinucleares que a la vez sirvan de colectores pluviales decentes

gustavo reneses

En estos días tormentosos, bochornosos y con aviso “fin del mundo” en las consejerías del ramo, hay varias cosas que han llamado poderosamente la atención acerca de nuestro vanguardista savoir faire endogámico.

La más notable por su potencia visual en los medios de comunicación y en las redes sociales fue nuestra capacidad para la polivalencia. Durante el pasado domingo se pudo comprobar cómo, después de una hora de lluvia torrencial en Santa Cruz de Tenerife, nuestra versatilidad entró en juego cuando la mejor red de túneles al oeste del Barranco de Santos, alternó su uso habitual con el de aljibes de alta capacidad, que siempre vienen bien para los meses de sequía.

Desde luego que no hay que escatimar en recursos, y si podemos tener infraestructuras que sean polivalentes, mejor que mejor. Aunque tampoco eso es algo nuevo. En las últimas décadas, Tenerife ha sido testigo de esos ejemplos, desde la presa de Los Campitos que sirvió para todo menos para lo que estaba concebida, hasta los nuevos hitos topográficos realizados a golpe de descarga de residuos sólidos. Esperemos que ya quede menos para la construcción de refugios antinucleares que a la vez sirvan de colectores pluviales decentes.

Aunque si hay algo que demuestra nuestra capacidad para liderar a la humanidad en momentos aciagos como el presente, es nuestra abnegada capacidad de trabajar por el futuro. Paralelamente al pico máximo de precipitación se registraba otro similar en los servidores del servicio 112 del Gobierno de Canarias.

Descontando las llamadas de auxilio y emergencias de personas que, desgraciadamente, comprobaron en primera persona cómo la planificación del territorio la hemos hecho con la punta de aquello durante las últimas décadas, la centralita y la red social Twitter fue inundada por interpelaciones del tipo: “....y mañana hay clases?”.

Jaleados por una serie de troles informáticos -antaño también conocidos como sobadores de esferas- que hicieron correr en cuestión de minutos avisos con la cancelación de clases con timbre oficial photoshopeado, la masa crítica canaria apeló respuestas a la red sobre si seguir de finde un día más.

Habrá que contabilizar la cantidad de tiempo perdido en responder desde un servicio público de urgencias a la próxima generación ni-ni que ya se frotaba las manos. Con este panorama no hay nada que temer, tenemos el futuro garantizado. La vieja escuela del localismo guarachero ha cincelado las bases de un futuro próspero para Canarias. Lo malo es que el futuro no espere por nosotros; pero eso será otro cantar. Y hablando de cantar, mientras viene el futuro vayan sacando el timple, el cuatro y el güiro.

Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

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