La Ciudad de la Justicia de Zaragoza, hipotecada en los bancos

El plan de la Exposición Internacional establecía que esos pabellones iban a convertirse en un gran parque empresarial y de oficinas que se iba a poner a la venta. Pero estalló la «burbuja» inmobiliaria, llegó la crisis, y no llegaron compradores. Así que la Administración autonómica optó por «digerir» esos activos inmobiliarios alquilándose a sí misma gran parte de ellos para diversos organismos y departamentos públicos. Y la mayor parte se destinaron a la nueva Ciudad de la Justicia, que abrió sus puertas a mediados de 2013. Pero, prácticamente a la par que lo inauguraba, el Gobierno aragonés hipotecaba ese complejo ante los bancos que habían concedido una línea de crédito de hasta 132 millones de euros a Expo Zaragoza Empresarial para mantenerla a flote.

Así las cosas, si un día esta empresa pública no puede hacer frente al pago de ese préstamo, los bancos podrían ejecutar esa garantía hipotecaria y pasar a ser propietarios de una de las mayores sedes judiciales de España -y los 62 juzgados que alberga se convertirían en «inquilinos» de los bancos-. Técnicamente puede suceder, aunque es difícil que ocurra si se tiene en cuenta que Expo Zaragoza Empresarial, pese a la ruina que arrastran sus cuentas, está apuntalada gracias a las multimillonarias inyecciones de dinero que, año tras año, le deriva el Gobierno aragonés con cargo al presupuesto de la Comunidad autónoma.

Desde 2013, el grueso de esas inyecciones de dinero tienen como elemento pantalla la Ciudad de la Justicia . El Gobierno aragonés es, a la vez, dueño y arrendatario, casero e inquilino de este complejo. El Ejecutivo autónomo se «autoalquiló» este gran espacio de modernas oficinas: por las dependencias que ocupa la Ciudad de la Justicia, el Gobierno aragonés le paga a su empresa pública Expo Zaragoza Empresarial 7,5 millones de euros al año . El contrato se firmó para 25 años, hasta el 2038.

El recibo del alquiler suma una abultada cantidad que, sin embargo, apenas llega para cubrir los intereses que Expo Zaragoza Empresarial tiene que pagar a los bancos por las deudas que arrastra con ellos. Entre los años 2013 y 2014, la factura de esos intereses ha costado 14,2 millones de euros a esta empresa del Gobierno aragonés que remonta su origen al año 2005, cuando se constituyó la sociedad. Por entonces se llamó Expoagua y se encargó de urbanizar el vistoso recinto de la Exposición Internacional. La muestra duró tres meses, de julio a septiembre de 2008. Cuando cerró sus puertas, las pérdidas contables que había acumulado esta sociedad alcanzaban los 502 millones de euros. Luego cambió su nombre por el de Expo Zaragoza Empresarial, y desde 2009 ha sumado unas pérdidas añadidas de unos 120 millones de euros.

Expoagua pertenecía mayoritariamente al Estado, pero éste endosó sus acciones al Gobierno aragonés hace casi seis años y la Administración autonómica se convirtió entonces en dueña de una empresa pública rica en activos inmobiliarios -que se han ido depreciando con la crisis- pero ruinosa en cuenta de resultados.

La hipoteca bancaria de la Ciudad de la Justicia es uno de los «efectos colaterales» de esos apuros económicos herederos de la Expo de 2008. Una hipoteca que podría zanjarse si, como anunció hace escasos días el Gobierno aragonés, pasa a asumir directamente la deuda bancaria que ahora recae en su empresa pública Expo Zaragoza Empresarial. El Ejecutivo autónomo quiere endeudarse en algo más de 200 millones de euros para socorrer los apuros de sus cuatro empresas públicas en estado más crítico . La mayor parte iría a parar a la Expo. Así podría zanjar su actual préstamo por el que está hipotecada la Ciudad de la Justicia. Eso sí, el abultado debe no desaparecerá, solo cambiará de manos . A partir de ese momento, la deuda pasará a pesar directamente sobre el presupuesto de la Comunidad autónoma.