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CULTURA

El regreso de la monja pintora

Tras más de una década sin exponer, la artista Isabel Guerra muestra su obra más reciente e innovadora con 121 óleos, dibujos y fotografías

El regreso de la monja pintora EFE

y. aznar

La artista Isabel Guerra, conocida popularmente como la monja pintora, se reencuentra con el público zaragozano en Ibercaja Patio de la Infanta después de quince años sin exponer en la ciudad. Lo hace con la exposición «Isabel Guerra 2015. Pintura, dibujo y fotografía».

Se trata de una cita muy esperada por el público, ya que desde el año 2000 no expone en la capital aragonesa y lleva una década sin exhibir su obra en Madrid. Regresa con 121 piezas, todas nuevas, en su mayor parte realizadas del año 2013 al 2015.

Isabel Guerra nació en Madrid, en 1947. Desarrolló su talento artístico de forma personal y autodidacta. Una de sus grandes pasiones era visitar el Museo del Prado y fue allí donde descubrió a los grandes genios de la Historia del Arte, especialmente a Velázquez. Con solo quince años realizó su primera exposición en Madrid.

En 1970, a los veintitrés años, ingresó en el Monasterio Cisterciense de Santa Lucía en Zaragoza. Y entre los muros de este monasterio es donde ha materializado su gran creación artística de las últimas décadas.

La muestra que ahora se exhibe en Zaragoza se compone de pinturas al óleo, paisajes de pueblos aragoneses, dibujos, fotografías, serigrafías y una recreación de la historia de la fotografía.

En esta ocasión la pintora descubre su faceta más innovadora como artista a través de sus fotografías texturizadas, que protagonizan una parte del recorrido de la sala. Esto, junto al tratamiento de la luz para conseguir el efecto deseado y el reflejo de la realidad en sus obras, que va más allá del hiperrealismo, son las principales señas de identidad de esta cita.

Y es que Isabel Guerra se ha convertido en un referente del hiperrealismo español, aunque ella nunca ha querido que la encuadraran en este movimiento. Con su pintura, se propone recrear la realidad en el lienzo con más fidelidad que la fotografía. Se puede decir que su obra está inspirada en un estilo personal y espontáneo en el que todo lo domina la luz que irrumpe desde el interior de los objetos. Isabel Guerra cuida mucho las texturas de la luz para conseguir los efectos deseados en sus creaciones.

La exposición de Ibercaja Patio de la Infanta está dividida en cuatro ámbitos que, por orden de recorrido, exhiben 32 pinturas al óleo, seis dibujos de gran formato, 24 paisajes de pueblos aragoneses, 18 fotografías de la serie Miradas, diez serigrafías y, por último, 31 imágenes, que incluyen dagerrotipos, en los que se recrea la historia de la fotografía. La exposición viajará después a Madrid.

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