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sociedad

Más de seis años muerto entre escombros y basura en el centro de Zaragoza

Toma fuerza la hipótesis de que el cadáver hallado en un edificio abandonado de Zaragoza era de un indigente que se refugiaba en esa casa

r. p.

El esqueleto hallado el pasado miércoles durante unas obras de derribos controlados y desescombro de un edificio deshabitado de viviendas de Zaragoza corresponde a un hombre que llevaba al menos seis años muerto. Así lo apuntan los primeros estudios practicados al cadáver, que todavía está sin identificar, a falta de que se puedan practicar pruebas de ADN que permitan confirmar de quién se trataba.

Fuentes de la investigación han indicado que, por el estado que presentaban los restos, se cree que ese hombre murió hace entre seis y diez años. Junto al cadáver se encontraron diversos efectos personales, incluido un DNI, que se corresponde con el de un varón nacido en Zaragoza en el año 1953.

Todo indica que esa es la identidad del hombre cuyo esqueleto fue descubierto el miércoles, pero no basta como confirmación definitiva para darlo por identificado. La Policía está buscando a familiares del hombre al que correspondía ese DNI para tomarles muestras biológicas y cotejarlas con las del esqueleto, para poder contrastarlas con pruebas de ADN.

El edificio en el que fue encontrado está deshabitado desde hace diez años. Sus viviendas estaban desocupadas desde entonces, acumulando basura y escombros, y en todo el inmueble lo único que queda en uso es uno de los locales de la planta calle, en los que funciona una farmacia.

Diversos indicios refuerzan la hipótesis inicial de que el cuerpo hallado fuera el de un indigente que se refugiaba en el interior de ese bloque de pisos abandonados. De hecho, poco después de producirse el hallazgo de esos restos, algunos vecinos indicaron a la Policía que un indigente solía merodear por allí y le veían entrar y salir de la casa.

El esqueleto fue encontrado tumbado sobre la cama de una de esas viviendas deshabitadas, por lo que se cree que la muerte pudo sobrevenirle cuando dormía. Además, de la exploración de sus huesos se desprende que el hombre, pese a que al morir tendría poco más de 50 años, no gozaba de buen estado físico.

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