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HORIZONTE

El relato de un zorrocloco

¿Cuándo mentía Dezcallar? ¿Al informar al presidente del Gobierno como director del CNI o al escribir sus memorias?

Ramón Pérez-Maura

¿Cuándo mentía Dezcallar? ¿Al informar al presidente del Gobierno como director del CNI o al escribir sus memorias?

Cartagena de Indias. Sábado 30 de junio de 2001. Un grupo de periodistas españoles (Herrera, Oneto, Calleja, Rojo, el que suscribe y otros) charla con el presidente Andrés Pastrana en su Casa de Huéspedes cuando, sin previo aviso, irrumpe en la sala Federico Trillo. Ese mismo día ha asistido a la jura como director del nuevo CNI de Jorge Dezcallar. Es un nombramiento sorprendente y Trillo explica la voluntad de Aznar de nombrar un jefe del espionaje que pueda estar al margen de banderías y pueda seguir en el cargo cuando él deje el Gobierno. La inteligencia ha de ser cuestión de Estado, no de partido. Aznar se equivocó.

Vivimos estos días el lanzamiento de las memorias de Dezcallar. Me preguntaba ayer un viejo amigo, antiguo altísimo cargo del MI6, que qué clase de país somos en el que un exdirector de la inteligencia escribe sus memorias. No tuve respuesta. Le expliqué que a mí me parecía que el libro del exjefe del CNI aportaba un dato relevante: que fue él quien dijo a Aznar la mañana del 11-M que la autoría del atentado era de ETA. Pero que todo el libro parece una justificación de su error pretendiendo decir que él en las horas siguientes se desdijo y apuntó al islamismo. Pero en la página 298 del segundo volumen de las memorias de Aznar («El compromiso del poder», Planeta, Barcelona 2013) el expresidente relata cómo «Había encargado personalmente un informe a Jorge Dezcallar, director del CNI, con su análisis sobre el atentado y la cuestión de la autoría. El día 13 Dezcallar me lo hace llegar. Se trata de un informe personal, no clasificado. (...) el informe dice textualmente lo siguiente: “No estamos en condiciones de respaldar o rechazar ninguna de los dos grandes alternativas en presencia (...)”». Añadamos que dice Dezcallar que fue apartado de la investigación, cuando la verdad es que Aznar le encargó que intensificara la recopilación de información de los servicios aliados y se reunió con el presidente en Moncloa en esas horas. No por casualidad Dezcallar fue el único alto cargo de Aznar recompensado. Lo fue con las dos embajadas más importantes de nuestra carrera diplomática: Vaticano y Washington. La pregunta ahora es: ¿Cuándo mentía Dezcallar? ¿Cuándo informaba al presidente del Gobierno como director del CNI o cuando escribe sus memorias? Añadamos a ello que cuando juras el cargo de director del CNI asumes un deber de confidencialidad respecto a los documentos y la información verbal que recibes. Él no ha publicado ningún documento, pero ha seleccionado recortes de prensa (cual Mortadelo), escogidos desde el conocimiento de hechos que él tiene con deber de confidencialidad. Sus excompañeros del CNI están desolados ante lo que supone su golpe a la Casa. Sus afirmaciones se retratan por sí solas. Son las de un zorrocloco, que según el DRAE es «hombre tardo en sus acciones y que parece bobo, pero que no se descuida en su utilidad y provecho».

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