Suscribete a
ABC Premium

HORIZONTE

Ponga un estadista en su vida

Vuelve la moda de los embajadores que regalan libros panegíricos sobre su presidente, como hacían con Kim il-Sung

Ramón Pérez Maura

TODO está inventado. En julio de 1994 la embajada de la República Popular de Corea ante la Organización Mundial del Turismo -cuya sede está en Madrid- repartía entre los medios de comunicación españoles un inconmensurable panfleto necrológico de Kim il-Sung. «Toda nuestra clase obrera, ... todos nuestros campesinos cooperadores, todos los oficiales y soldado de nuestro Ejército Popular, todos nuestros intelectuales, todos nuestros jóvenes y nuestros alumnos, el comité central del Partido del Trabajo de Corea, la comisión central militar del PTC, la comisión de defensa nacional, el comité popular central y el consejo ejecutivo de la República Popular Democrática de Corea anuncian con el más doloroso sentimiento a todo el pueblo del país entero que el camarada Kim il-Sung, Gran Líder, secretario general del comité central del Partido del Trabajo de Corea y presidente de la República Popular Democrática de Corea, ha fallecido a las dos horas del 8 de julio de 1994 a causa de una repentina enfermedad. Nuestro Respetado Líder-Padre Afectuoso, que militó sin descanso y dinámicamente hasta el último momento de su vida para el desarrollo y prosperidad de la patria, la felicidad del pueblo, la reunificación del país y la emancipación del mundo, consagrando su vida a la emancipación de las masas, nos ha dejado en medio de nuestra mayor aflicción», arrancaba el texto.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia