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PECADOS CAPITALES

Agustinito

Hubo un tiempo en el que el alcalde de Collado-Villalba era la guinda del pastel. Logró apartar a un compañero para ponerse él

Mayte Alcaraz

Agustín es simpático. Cómo simpático, es pura guasa. A sus jefes les hace gracia: le llaman Agustinito en las charlas privadas. Siempre está de broma. Es –todo el mundo lo cree– un buen tipo. Él nunca creyó que llegaría a ser candidato a alcalde de Collado-Villalba. Y menos ganar en esa población del noroeste de Madrid que supera los 50.000 habitantes y que se encuentra dentro del perímetro de la zona cero de la Gürtel, allí donde el PP perdió su buen nombre. Pero cuando a Agustín Juárez de Coca, un enamorado del turismo, lo eligen sus jefes del PP de Madrid para disputar al PSOE la alcaldía en 2007 todavía no ha salido a la luz la red que ha creado Correa. Faltan dos años para que estalle el escándalo.

La sorpresa es morrocotuda: una llamada, una decisión inesperada y el candidato natural a regidor por el PP, Julio Henche, es apartado de la lista electoral, meses antes de que el partido lo hubiera confirmado. Las crónicas hablan de presiones para que Agustín entrara en la lista. Seguro que fueron las malas lenguas. Nadie lo pudo probar. Pero lo importante de esta historia es que los buenos contactos en Madrid del especialista en turismo consiguen abrirle paso en el difícil mundo de la política. Desde los 19 años milita en el PP, pero nunca tuvo vocación de mandar. Finalmente, Henche es apartado y Juárez de Coca encabeza la lista popular. La verdad es que el morlaco es difícil. El abogado socialista, José Pablo González, gobierna el municipio desde 1999. Agustín pierde, pero vuelve a intentarlo en 2011 con mayor suerte. Sobre todo, tras la exclusiva de ABC que destapa las «amistades peligrosas» de González. El regidor del PSOE se había sacado de la manga un faraónico proyecto para construir un túnel en el pueblo por el módico precio de 20 millones de euros. Lo mejor es cuando este periódico publica las fotos de González junto al constructor de tamaña infraestructura pasando la Nochevieja juntos en 2006. Demoledor.

En los comicios de 2011, los vecinos de Collado-Villalba, hartos de tanto despilfarro, pasaportan al alcalde socialista, que es imputado, y toma el bastón de mando Juárez, que disfruta de la confianza de los que le auparon al puesto. No paran de felicitarlo. Tanto, que hace unos años fue el anfitrión de una cena de Navidad donde se brindó por el futuro. La falta de escrúpulos de su antecesor socialista le merecía muchas chanzas. Lo que más gracia le hacía era cómo Tomás Gómez disfrutaba con las penurias de José Pablo González, en venganza por haber apoyado a Trinidad Jiménez. Cosas de las miserias políticas.

Las noches en el calabozo de Las Rozas, cama con cama con Francisco Granados, uno de los que –junto a otros que hoy callan– le auparon a lo más alto, le habrán permitido recordar aquellas cenas, aquellas reuniones, donde siempre alguien le repetía: «Cuenta un chiste más, Agustinito». Tempus fugit.

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