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MONTECASSINO

Una grieta de miedo

El antiamericanismo alemán, durante décadas silenciado por razones de peso, vuelve a pisar moqueta

Hermann Tertsch

El Gobierno alemán anunciaba ayer que ha invitado al máximo representante oficial de la CIA en la embajada norteamericana en Berlín a abandonar el país en los próximas días. Esta noticia, de que Alemania expulsa al jefe de la CIA en su territorio, es un ... mazazo sin precedentes a las relaciones bilaterales. Este tipo de trato público de afrentas por espionaje solo se había dado con países de gobiernos totalitarios y marginales. Hasta con los enemigos en guerra fría, véase URSS o sus satélites, se intentaban encontrar fórmulas menos traumáticas y llamativas. Es este el último capítulo, de momento, de la escalada de la tensión por la revelaciones del espionaje norteamericano en Alemania. Si todo comenzó con las filtraciones de Eduard Snowden sobre las actividades de la NSA, la detención de dos espías, captados por la CIA dentro de los servicios secretos «hermanos» del BND, han desencadenado esta catástrofe para las relaciones. Por desgracia no estamos ante un conflicto puntual, más o menos grave, entre Berlín y Washington. Hace veinte todo habría sido diferente. La limitación de daños habría tenido máxima prioridad sobre cualquier forma de enfrentamiento o represalia pública.

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