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JUEGOS PARALÍMPICOS

La esquiadora estadounidense McFadden conoce a su madre biológica rusa en Sochi

Nació con espina bífida, perdió la piernas, fue adoptada a los seis años en un orfanato y se convirtió en una atleta paralímpica de élite

La esquiadora estadounidense McFadden conoce a su madre biológica rusa en Sochi AFP

Sergio Morro / efe

La esquiadora estadounidense Tatyana McFadden aprovechó su participación en los Juegos Paralímpicos de Sochi para poder hacer realidad su sueño y conocer a su madre biológica, Nina Polevikova. El emotivo encuentro se produjo después de que McFadden compitiera en la prueba de esquí de fondo de 12 kilómetros, en la que acabó en quinta posición, en un nuevo reto para una de las deportistas más laureadas del atletismo en los últimos años.

«Ha sido maravilloso, es un sueño que siempre he querido cumplir», señaló la esquiadora, mientras que su madre biológica comentó emocionada que era «un milagro» poder haberse encontrado de nuevo con su hija. Pero el verdadero milagro ha sido el espíritu de supervivencia y de superación de esta deportista nacida hace 24 años en San Petersburgo con espina bífida. Aunque esta malformación, si es operada de forma inmediata, rara vez pone en peligro la vida del paciente, Tatyana no fue intervenida hasta 21 días después de nacer, y según los médicos, solo su fuerza innata la mantuvo con vida.

Al ser una niña no deseada con discapacidad fue enviada a un orfanato tras ser operada, donde creció en un ambiente de privaciones, ya que no había dinero para casi nada y mucho menos para una silla de ruedas. Durante sus seis años en Rusia aprendió a moverse caminando con los brazos. Su vida cambió cuando Deborah McFadden, que trabajaba como comisionada de la discapacidad para el Departamento de Salud de Estados Unidos, visitó el orfanato donde vivía Tatyana en un viaje de negocios. El vínculo que se creó entre ambas le llevó a tomar la decisión de adoptarla.

A pesar del nuevo horizonte que se le abrió en Estados Unidos, la niña llegó con una fuerte anemia y con muy poco peso debido a su malnutrición. Los médicos pronosticaron que viviría pocos meses pero una vez más Tatyana dio muestras de su instinto de supervivencia y volvió a desafiar a un destino adverso. Su madre adoptiva decidió apuntarla a diversos grupos deportivos juveniles y Tatyana canalizó toda su fortaleza interna, adquirida durante toda una vida de penalidades, en el deporte. Los resultados fueron tan inmediatos como sorprendentes.

Un palmarés impresionante

Pese a practicar todos los deportes que se pusieron a su alcance, las carreras de sillas de ruedas se convirtieron en su pasión. Con 15 años se convirtió en la representante más joven del equipo de atletismo de EE.UU. en los Juegos Paralímpicos de Atenas, su primera competición internacional, donde logró una medalla de plata en los 100 metros y una de bronce en los 200 metros.

Dos años después ganó el oro y el récord mundial en los 100 metros en los Campeonatos del Mundo de IPC 2006 en Assen. Conocida con el sobrenombre de «la bestia» por su fortaleza, siguió coleccionando medallas en los Juegos Paralímpicos de Pekín y en Londres. Al margen de su actividad deportiva, estudia una licenciatura en Estudios de la Familia y Desarrollo Humano de la Universidad de Illinois, y a trabajar como defensora nacional para la igualdad de acceso de las personas con discapacidad.

El pasado año se convirtió en la primera atleta del mundo en conseguir ganar cuatro maratones (Boston, Chicago, Londres y Nueva York) además de seis medallas de oro en el campeonato del mundo celebrado en Lyon, en todas las disciplinas atléticas desde los 100 a los 5.000 metros. Precisamente, tras ganar estos maratones decidió destinar todo el dinero ganado en preparar el reencuentro con su familia biológica, tal y como explicó en Sochi su madre adoptiva.

La deportista ha pagado el vuelo y el alojamiento para diez personas en Sochi durante todos los Juegos. «Para mí era muy importante tenerlos aquí y he trabajado muy duro para conseguirlo», señaló Tatyana, quien volverá a competir el miércoles en la prueba de 1 kilómetro, donde contará con el apoyo de su familia biológica y del director del orfanato de Rusia del que fue adoptada.

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