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juegos olímpicos de invierno sochi 2014

Sochi 2014: Sara Hurtado y Adrià Díaz brillan con Picasso en el programa libre

En su debut en unos Juegos Olímpicos, la pareja española logra codearse con los mejores del mundo en la final (13º)

Sochi 2014: Sara Hurtado y Adrià Díaz brillan con Picasso en el programa libre

laura marta

Son la generación que ha roto el hielo y que, en su aparición, van a dejar el listón altísimo para los que vengan. Pero seguirán diciendo que los sueños se cumplen. Como el de Sara Hurtado y Adrià Díaz, que se plantearon el patinaje artístico, modalidad danza, hace unos años y sorprendieron al mundo con una fantástica actuación en el programa corto y el libre en Sochi 2014, sus primeros Juegos Olímpicos, que les vale la decimotercera posición con una puntuación total de 146.97.

La sonrisa con la que terminaron de bailar al ritmo de «Surviving Picasso» no podía expresar mejor lo que habían disfrutado y hecho disfrutar a los asistentes al «Iceberg». Sin nada que perder, como se encargaban de repetir una y otra vez, volaron sobre el hielo convertidos en un Picasso y una Dora Maar contemporáneos, sensuales, muy bellos y emocionantes. Con la alegría impresa en los patines desde que el domingo firmaran una final brillantísima en el programa corto, los españoles emigrados a Canadá deleitaron al público. Satisfechos del trabajo y, sobre todo, del recorrido hasta Sochi 2014, celebraron la puntuación final (88.39) con sonrisas y besos. La mejor nota personal y de un patinador español en esta disciplina porque ellos son los primeros. Y esperan no ser los últimos.

Sara Hurtado pertenece al mismo grupo que Javier Raya, a punto de meterse en una final en su debut olímpico, Sonia Lafuente, por milésimas fuera de Sochi 2014, y de Javier Fernández, de quien no dudan decir que les ha abierto las puertas a todos. Pero son ellos los que, sin ningún éxito en el palmarés decidieron apostarlo todo por un deporte invisible en España. Con apenas nueve pistas de hielo en todo el país se hacía muy difícil compaginar los horarios con los de hockey, los cumpleaños o las clases de iniciación. Así que, como muchos de sus compañeros, tuvieron que emigrar a tierras mejores. Canadá, donde también está Javier Fernández, fue el destino, y allí han descubierto que tienen potencial, alma, alegría y desparpajo para luchar con los mejores del mundo del patinaje sin contar con las ayudas con las que sí cuenta cualquier otro país.

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