«En Venezuela soñamos con que los militares honestos se decidan a devolver la soberanía a su pueblo»

Con gran pesar, Leopoldo López no ve una salida a la situación actual de Venezuela y, mucho menos, que 2017 pueda ser el año del cambio. «Lo espero pero no veo indicios nítidos para ello. No tengo ninguna razón para pensarlo. El Gobierno de Maduro está cada vez más débil y desacreditado pero también más enrocado en la espiral de sangre, violencia y antidemocracia. Estamos al borde de un precipicio», ha dicho.

El padre del opositor encarcelado, como otros 180 presos políticos, intenta no desmoronarse y suplica una mayor intercesión de la comunidad internacional para devolver la calma a su país y derrocar al régimen sangriento de Nicolás Maduro. Admite que la sociedad venezolana está hoy «dividida» pero «no hay que olvidar que llevamos 18 en lucha, en manos de estos señores, y que el país ha perdido más del 80% de su potencial productivo. Ahora, el temor ha hecho que todavía una tercera parte de la población siga a favor del régimen que, por cierto, intenta cansar, y callar, a la oposición en la calle». Lo que no quiere recordar López, porque le duele, es que el 71% de los venezolanos pasa hambre, que el 80% no tiene acceso a los medicamentos básicos y que, ojo al dato, ya van cerca de 40 muertos en las masivas protestas en la calle desde hace un mes.

López denuncia algo más fuerte que el hecho de las armas, en Venezuela, estén bajo el control del Ejército . Maduro les ha echado a «los colectivos» , una especie de matones que disparan desde sus motos a los manifestantes. Y vuelve este hombre, cubierto por las canas de la edad y el sufrimiento, a apelar a la ¿utopia? de las fuerzas armadas: «De veras que aspiro a que haya militares honestos que se decidan a llevar con dignidad el uniforme y se rebelen contra la dictadura del alto mando», pero lo encuentra muy difícil porque ese alto mando «está involucrado en el narcotráfico, como ha revelado el diario ABC en sus estupendas crónicas». «Sólo con estos datos», añade Leopoldo López, «la comunidad internacional podría, si quisiera, imputarles delitos muy graves. No lo hace».

Agradece Leopoldo López el apoyo que España está prestando a Venezuela no sólo desde el ámbito institucional sino también desde el económico y social. «Solidaridad de todo el pueblo español», asegura y «no me refiero sólo a los certificados de nacionalidad que se nos están dando para que muchos sigamos trabajando en esta trinchera». Justo en este punto, el padre del líder opositor ha criticado el papel de mediador con que se ha vestido con el beneplácito del Gobierno del PP el expresidente Rodríguez Zapatero. «Este señor no representa a España. Felipe González, sí», ha sentenciado. «No se puede mediar mientras se está matando a la gente en la calle», alegó.

López, emocionado, recibe cada nuevo día con la esperanza de que la dictadura de Nicolás Maduro llegue a su fin «con ayuda de la comunidad internacional y la vuelta a la democracia a través de una restitución de los valores jurídicos, los derechos humanos y, por descontado, con unas elecciones limpias».