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Turquía avisa de que la continuidad de Al Assad en Siria enviaría al mundo un mensaje «muy peligroso»

Durante una conferencia en Madrid, el ministro de Exteriores turco retó a poner «un solo ejemplo» de ley que suponga un «paso atrás» en el respeto a los derechos fundamentales en su país

Mevlüt Çavusoglu, esta mañana durante su conferencia en Elcano EFE

EP

La continuidad del presidente sirio, Bashar al Assad, en el poder después de las atrocidades perpetradas contra su propio pueblo enviaría al mundo un mensaje «muy peligroso», porque otros regímenes podrían interpretar que están legitimados para cometer genocidio y asesinatos, ha advertido este jueves el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu .

En una conferencia organizada por el Real Instituto Elcano con motivo de su visita a Madrid, Cavusoglu ha sostenido que Turquía «no ha cambiado» su posición sobre Siria, a pesar del acercamiento reciente que ha habido entre Ankara y Moscú , con intereses contrapuestos en el conflicto sirio, pues el primero apoya a los rebeldes y el segundo al régimen de Al Assad.

Preguntado por el aparente cambio de postura de Turquía en el conflicto, Cavusoglu ha negado que se haya producido tal cosa. Ha recordado que Al Assad ha matado a «más de 600.000» sirios y ha usado armas químicas contra su propio pueblo.

De ahí que aceptar su continuidad «sería muy peligroso», pues enviaría el mensaje de que «cualquier régimen» en el mundo «podría hacer lo mismo», se vería legitimado a cometer «genocidios y asesinatos».

Dicho esto, ha aclarado que no va a ser Turquía la que decida el futuro del pueblo sirio, sino que tendrá que ser éste el que tome las riendas de su porvenir. Con este objetivo, ha añadido, Turquía está intentando que el régimen hable con la oposición sobre cuál debe ser el futuro del país.

Detenciones y libertad de prensa

Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores calificó a las personas encarceladas en Turquía tras el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio como una suerte de «rebeldes» al servicio de un «hombre enfermo», en referencia a Fetullah Güllen, religioso exiliado en EEUU.

El jefe de la diplomacia turca dejó claro que en los últimos años Turquía ha vivido un proceso de reformas de la mano del presidente del país, Recep Tayyip Erdogan , catalogado en el seno de la Unión Europea como «revolución silenciosa». De hecho, retó a los presentes a poner «un solo ejemplo» de ley en Turquía que suponga un «paso atrás» en el respeto a los derechos fundamentales y las libertades públicas.

Fue más allá al aseverar que hace 15 años los periodistas turcos no podían criticar a su gobierno, una situación que ha cambiado radicalmente desde la llegada de Erdogan al poder. Reporteros sin Fronteras (RsF) considera «sangrante» la situación en Turquía, país al que cataloga como «la mayor cárcel del mundo para los periodistas».

El país otomano tiene 151 profesionales de los medios de comunicación en prisión preventiva , el 60% de todos los profesionales de la información que están entre rejas en todo el mundo. Dos terceras partes de los periodistas presos fueron encarcelados tras el golpe fallido del año pasado. En Turquía se han cerrado en los últimos meses cerca de un centenar de medios críticos y se han retirado unos 700 carnés de prensa . A pesar de esta situación, el ministro turco defendió que en su país hay libertad de prensa. No obstante, dejó claro que si algún periodista apoya a una organización terrorista, «tendría problemas». «¿Puedes apoyar a terroristas, matar, robar un banco? No exagero», dijo.

Pruebas falsas

También citó como sinónimo de transparencia que la web del Ministerio de Justicia de su país muestra los cargos de los que se acusa a los «supuestos periodistas». «¿Cualquier periodista, en éste o en cualquier país, puede estar involucrado en un golpe de Estado?», se preguntó. Asimismo, elevó el tono para manifestar que hay periodistas «pertenecientes a grupos terroristas» que se dedican a «construir pruebas falsas» contra el Gobierno de Erdogan, lo que le permitió vincularles a una «tendencia islamofóbica». «Son más fieles a este hombre enfermo (por Fetullah Güllen) que a su Gobierno», exclamó.

El ministro de Exteriores turco defendió los arrestos de periodistas, fiscales, jueces y militares tras el fallido golpe de Estado , porque estaban realizando «actividades ilegales». «Tuvimos mucho cuidado, pero hubo que hacerlo», dijo. Sostuvo que si hay personas «infiltradas» en el Ejército desde hace 40 años, en política desde 30 años atrás y en el Ministerio de Exteriores desde hace seis o siete años, «hay que actuar contra ellos». «Estos rebeldes se volvieron contra el propio pueblo turco», mantuvo. Por último, les acusó de pretender «llevar» a Güllen a Turquía como ocurrió en Irán con el ayatolá Jomeini. Definió al clérigo exiliado en EEUU como alguien que se cree «el imán del universo», un «mesías»

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