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Todos los hombres (y sus escándalos) del presidente

No todos los escándalos en la Casa Blanca llevan la firma de Trump: una decena de personas de su círculo más íntimo han contribuido a las turbulencias de su joven presidencia.

Ivanka Trump y su marido Jared Kushner REUTERS
Javier Ansorena

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El catálogo de escándalos y polémicas que han acompañado la joven presidencia de Donald Trump han salpicado a una decena de familiares, colaboradores cercanos y miembros de su Gobierno. La mayoría de los casos tienen que ver con la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales o con conflictos de interés, algo previsible en un equipo presidencial cargado de familiares y multimillonarios.

Flynn, asesor de seguridad nacional en desgracia

Pasó de ser un general del ejército retirado con gran prestigio a un ‘hooligan’ de Donald Trump que animaba a la gente a corear ‘¡Métela en la cárcel!’ -en referencia a Hillary Clinton- en los mitines de campaña. Nada más ganar las elecciones, Trump le nombró asesor de seguridad nacional, el puesto de mayor responsabilidad en la defensa y en la lucha antiterrorista. Una vez iniciada la presidencia, apenas duró unas semanas en el cargo. Se descubrió que mantuvo conversaciones «inapropiadas» sobre las sanciones de Barack Obama a Moscú con el embajador de Rusia cuando todavía Trump no había sido investido. Y lo que es peor, engañó al vicepresidente, Mike Pence, y otros altos cargos de la Casa Blanca sobre el contenido de esas conversaciones. Ahora también se ha sabido que cobró por servicios a gobiernos y entidades extranjeras -Rusia y Turquía- sin el permiso requerido para ello.

Sessions, un fiscal general marcado

Una señal de la situación que vive la Administración Trump es que su fiscal general, Jeff Sessions, ha tenido que recusarse de la investigación que mantiene en vilo al país, la que desmenuza los vínculos del equipo del entonces candidato con las injerencias de Rusia en las elecciones. Sessions anunció a principios de marzo que se desmarcaba de las investigaciones por su cercanía a la campaña de Trump -fue uno de los primeros pesos pesados del partido republicano en darle su apoyo, cuando todavía era un paria del partido conservador-. Sin embargo, la verdadera razón podría ser otra: ‘The Washington Post’ desveló que Sessions había mantenido conversaciones con el embajador de Rusia en EE.UU., Sergei Kislyak, y después no lo desveló en su comparecencia ante el Comité Judicial del Senado durante su proceso de confirmación.

Manafort, líder de campaña vinculado con Rusia

Paul Manafort, un veterano consultor político que dirigió la campaña de Donald Trump durante varios meses, es uno de los investigados por el FBI por presuntos vínculos entre la campaña de Trump y Rusia y su coordinación para ayudar al millonario neoyorquino a ganar las elecciones. Manafort tuvo que abandonar la campaña electoral de forma abrupta, cuando se descubrió que tenía conexiones con el Gobierno prorruso de Viktor Yanukovich en Ucrania.

Roger Stone, el gran provocador

Como Manafort, Roger Stone es otro investigado por los supuestos vínculos entre Rusia y la campaña de Trump , reconocidos por las autoridades a mediados de marzo. Stone es el gran provocador político de Washington , colaborador durante décadas con Trump -de quien ha publicado este año un libro sobre su triunfo electoral-, orgulloso de un enorme tatuaje en la espalda con la cara de Richard Nixon y siempre dispuesto a poner el dedo en el ojo a los liberales.

Carter Page, vigilado durante las elecciones

Carter Page, un asesor en política exterior, fue vigilado por el FBI durante la campaña. Es la prueba más clara de que las autoridades tenían sospechas de una posible relación con Rusia. Como el resto de implicados, lo ha negado todo, y la campaña de Trump rebajó después la importancia en su organización durante el proceso electoral. Hace poco, BuzzFeed desveló que espías rusos en EE.UU. trataron de reclutar a Page .

Devin Nunes, legislador en apuros

Las investigaciones de Rusia también salpicaron al Congreso. El republicano Devin Nunes preside el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, que, como el Senado, tiene en marcha una investigación de las conexiones con Rusia del entorno de Trump. Nunes tuvo que recusarse de esta investigación después de que se descubriera que había corrido a informar a Donald Trump de un detalle de las pesquisas antes que a los otros miembros del comité.

Ivanka Trump, la familia en el Ala Oeste

Mucho se habló de los problemas de nepotismo con la llegada de Donald Trump al poder. Su hija Ivanka, asesora del presidente tanto en sus negocios como en el asalto a la Casa Blanca , se trasladó a Washington. En principio, dijo que se encargaría de cuidar de instalar a su familia en la capital mientras su marido, Jared Kushner, asumía responsabilidades en la Administración Trump. Con el paso de las semanas, Ivanka ha ganado peso en las decisiones , ha participado en reuniones con jefes de Gobierno y, finalmente, se ha instalado oficialmente en el Ala Oeste de la Casa Blanca, algo que el presidente negó al principio. Fue algo muy criticado por los conflictos de interés que puede ocasionar.

Jared Kushner, el poder de un yerno

En el rostro juvenil de Jared Kushner se acumulan a cusaciones de nepotismo -está casado con la hija del presidente-, de conflictos de interés -como Trump, es un multimillonario con intereses en muchos sectores- y de protagonizar intrigas de palacio (ha ganado peso en la Casa Blanca en detrimento de Stephen Bannon, el estratega jefe de Trump, ultranacionalista y populista). Trump ha llenado las manos de Kushner de responsabilidades -la paz en Israel y Palestina, epidemia de opiáceos, veteranos, innovación, relaciones con China y México…-, lo que sumado a las ramificaciones de sus negocios es un cóctel explosivo. Esta semana, ‘The New York Times’ desveló que uno de sus grandes socios es un multimillonario israelí investigado por sobornos en varios países del mundo.

Kellyanne Conway, en apuros por apoyar a Ivanka

Kellyanne Conway fue fichada para dirigir la campaña de Donald Trump solo tres meses antes de las elecciones y fue una de las grandes responsables del empujón final que llevó al multimillonario a la Casa Blanca. Conway, sin embargo, no fue recompensada con ningún alto cargo en el Gobierno. Como asesora de la Casa Blanca, ha tenido algún traspiés que también le ha impedido ganar más poder. El más importante fue cuando animó a los estadounidenses a comprar productos de la línea de Ivanka Trump después de que la cadena de tiendas Nordstrom anunciara que dejaría de vender su ropa, lo que infringía las normas de ética de la Administración. La Oficina de Ética del Gobierno recomendó medidas disciplinarias, que no fueron aplicadas a Conway.

Tom Price, diputado e inversor

El elegido por Trump como secretario de Salud, Tom Price, había sido hasta ahora diputado en la Cámara de Representantes. Algunas informaciones apuntan a que podría haber invertido en compañías que cotizan en bolsa con información privilegiada por su cargo de legislador, algo que la ley prohíbe. Según ‘The Wall Street Journal’ y ‘ProPublica’, invirtió entre 50.000 y 100.000 dólares en una compañía controlado por otro diputado republicano y aliado de Trump, el neoyorquino Chris Collins, cuyo valor se duplicó poco después.

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