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Los socialistas quieren negociar un gobierno para Austria con la ultraderecha

Sorprendente anuncio del líder del SPÖ después de que las bases votaran pasar a la oposición

Hermann Tertsch

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Austria amaneció el lunes con la certeza de que los resultados de las elecciones del domingo suponen el mayor giro hacia la derecha habido desde 1945, pero aún lejos de saber cómo se plasmará en la acción política y en qué gobierno. Ayer se vieron los primeros movimientos para la gran partida en la que estarán implicados no solo los dos triunfadores del domingo, los conservadores del ÖVP (Partido Popular de centroderecha) y los derechistas del FPÖ (Partido de la Libertad), sino también los socialistas del SPÖ . Nada más ver que no se hundían todo lo que pensaban, estos comenzaron a jugar sus cartas en lo que son especialistas como el partido que más tiempo ha gobernado el país y más ha marcado y definido los procedimientos de toma de decisión en los complejos entramados de poder en Austria.

Ya han anunciado los socialistas que no se quedarán quietos mientras el ganador Sebastian Kurz intenta establecer la coalición que pasa por ser la más probable, que es la alianza de derechas entre los conservadores del ÖVP y el derechismo liberal-nacional del FPÖ. Esa coalición de derechas es la que más partidarios tiene. Ha existido tan solo una vez en el año 2000 y fue entonces motivo de sanciones de la UE por el supuesto ultraderechismo del FPÖ. Las sanciones fueron levantadas después y hoy se descarta que se plantearan siquiera ante la muy probable reedición de esa coalición. El FPÖ es un partido que respeta y defiende la Constitución austriaca como los demás.

La coalición de derechas es la más probable pero ayer surgieron ya voces recordando que no la única posible. El partido derechista de Hans Christian Stracher , con solo unas décimas menos que el SPÖ, ha quedado en la situación ideal. De haber superado al SPÖ los socialistas jamás se habrían avenido a negociar con ellos. Pero como socio menor se han convertido en el partido que decidirá quien, si la ÖVP o el SPÖ, pone al canciller . Y será quien más les dé. El canciller saliente y líder del SPÖ, Christian Kern, anuncia ya su intención de entablar negociaciones con el FPÖ para el caso de que el más votado Sebastian Kurz fracasara a la hora de formar gobierno. Y lo hará pese a la oposición de gran parte de su partido que celebraba en la noche electoral irse a la oposición. Y pese a la negativa de los barones, alguno tan poderoso como el jefe del partido en la capital, alcalde de Viena desde hace 23 años, Michael Häupl.

Las negociaciones de los socialistas con el ÖVP de Kurz darán en principio poco de sí porque unos y otros dan por muerta y bien enterrada la gran coalición que se ha prolongado casi tres legislaturas y en todo caso demasiado. Pero no dejan de tener gracia las aproximaciones de Kern al FPÖ de Stracher porque los socialistas han sido los principales agitadores de la propaganda que ha criminalizado y demonizado al FPÖ como partido ultraderechista, antisemita y salpicado de neonazis. Lo hicieron con inmensa radicalidad y ayuda desde la izquierda europea, la UE y hasta la canciller Angela Merkel en las elecciones presidenciales. Y con menos énfasis ya en estas elecciones. Aunque fuera tan poco riguroso e injusto entonces como ahora.

Los Verdes se hunden

Con los resultados aún a falta de ciertas posibles modificaciones por el voto por correo, el ÖVP de Sebastian Kurz ganó con 31,6% (+7,6), seguido por el SPÖ con el 26,9% (+0.1) y el FPÖ con el 26% (+5,5). También entraron en el Parlamento el partido Neos con 5,1% y la Lista Pilz con 4,3%. Los Verdes tradicionalmente un partido fuerte en Austria los pasados treinta años se han hundido y no alcanzaron el 4% necesario. La política austriaca siempre ha sido conocida por su capacidad de generar sorpresas. Y sorpresa considerarán muchos lo rápido que el SPÖ se reconcilia con los supuestos ultraderechistas. El triunfo del FPÖ está también en eso. Pero está sobre todo en que como dice Strache, dos tercios del electorado austriaco ha votado el programa del FPÖ, al menos en cuestiones como inmigración y seguridad, revisión d prestaciones sociales y otros aspectos relaciones.

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