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BRASIL

Dos semanas claves para Dilma Rousseff

Ese es el plazo estimado en que el Congreso definirá si se queda o sale de la presidencia, y el que ella tiene para negociar

VERÓNICA GOYZUETA

Las próximas dos semanas serán fundamentales para la permanencia o salida de Dilma Rousseff en la presidencia brasileña. El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), su principal aliado y con tres nombres en la fila de sucesión, decidirá si sigue con ella o votará por su destitución en el Congreso. Si Rousseff cae, asumiría el vicepresidente Michel Temer , que anda alejado del Palacio del Planalto, e incluso negociando su eventual Gobierno.

Nada está muy claro, sin embargo, mientras Temer está a favor de romper, Rousseff se reunió el lunes con sus siete ministros del PMDB para persuadirlos a seguir con ella y ganar un apoyo parcial del grupo, clave en el proceso. El partido que comandó el país entre 1985 y 1990 con José Sarney, no volvió a la silla presidencial, pero siempre ha tenido fuerte influencia, como principal aliado de todos los mandatarios que asumieron desde entonces, y como una fuerza importante en el Congreso y en municipios a lo largo del país.

Una de las posibilidades es que el PMDB salga del Gobierno liberando el voto de sus congresistas, la otra es que castigue a quien se quede. «No existe medio dentro o medio fuera», advirtió el diputado Lúcio Vieira Lima , uno de los que quiere bajarse, sobre los colegas y ministros que apoyan a Rousseff.

Mientras las negociaciones transcurren, una comisión de 65 parlamentarios acompaña la defensa de Rousseff para decidir, probablemente a mediados de abril, si acepta o no la denuncia. Según una encuesta del diario «Zero Hora», 28 de esos miembros ya se decidieron por la destitución, mientras 12 están en contra, 11 aún no saben y 14 no se manifestaron.

Para conseguir los votos que necesita, Rousseff debe remanejar cargos entre los grupos que la apoyen y liberar recursos a los congresistas que voten contra su destitución.

Solo denuncias desde 2015

Si la comisión acepta la denuncia, que juzga a Rousseff por maniobras contables en el presupuesto de 2014, la mandataria necesitará por lo menos un tercio para seguir adelante , lo que con el plenario lleno son 172 votos. El Abogado General de la Unión (AGU), José Eduardo Cardozo, que defiende a Rousseff en el plenario, asegura que la maniobra, que atrasó pagos a bancos públicos, está prevista en el contrato, y que la destitución sólo puede ocurrir por denuncias referentes al actual mandato, que comenzó en enero del 2015.

Ese es el motivo por el cual el oficialista Partido de los Trabajadores (PT), intelectuales y algunos juristas, dicen que es un «golpe». De otro lado, la oposición, y otros especialistas, defienden que el impeachment (moción de censura) está previsto en la Constitución . Otra crítica es que el proceso es comandado por el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, acusado de corrupción, que usaría el caso para desviar la atención sobre él.

En entrevista a «O Estado de São Paulo», Ibsen Pinheiro, militante del PMDB, y presidente del Congreso que votó por la destitución de Fernando Collor en 1992, no ve unanimidad. «Al contrario de Collor, Dilma tiene apoyo de un partido que tiene base social e inserciones en los movimientos sociales, sindicatos, en algunos segmentos intelectuales», explica el político, sobre un escenario que no es fácil de anticipar.

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