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África

Un sacerdote católico intenta convencer a Mugabe de que abandone Zimbabue

El nuevo poder militar confirma que su mujer, Grace, también se encuentra bajo arresto domiciliario

Mugabe y su esposa, Grace, el pasado día 8 de noviembre REUTERS
Alba Amorós

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El presidente Mugabe -bajo arresto domiciliario tras el golpe militar en Zimbabue - insiste en que no renunciará al poder, y se resiste a la mediación de un sacerdote católico para encontrarle una salida pacífica hacia el exilio, según anunciaron hoy a las agencias internacionales fuentes del nuevo poder constituido. Pese a las informaciones iniciales, se confirma que su esposa, Grace , no ha huido del país y se encuentra también retenida con Mugabe en el lujoso "Palacio Azul" de la capital de la antigua Rodesia.

"Estamos ante un punto muerto en la negociación con Mugabe", dijeron las fuentes. El sacerdote católico que está tratando de convencer a la familia para que abandone Zimbabue es el padre Fidelis Mukonori.

Zimbabue se encuentra en una situación de máxima incertidumbre , marcada por los dramáticos acontecimientos de las últimas 48 horas. El ejército tomó el control del país a primera hora del miércoles en una ofensiva por frenar el ascenso político de la mujer del presidente Rober Mugabe y detener a los «criminales» que rodean al máximo mandatario del país, quien se encuentra en arresto domiciliario . Las fuerzas armadas, liberadas por Constantino Chiwenga, insisten en que no se trata de un golpe de Estado si no de una intervención para restaurar la estabilidad de un país castigado por la crisis económica y el abuso de poder.

Las tensiones entre el partido del gobierno (ZANU-PF) y el ejército tienen al país en vilo desde que Chiwenga amenazara el lunes con « intervenir » en caso de que continuara la purga de veteranos del partido del gobierno. Mugabe despidió a su vicepresidente y candidato a sucederle, Emmerson Mnangagwa, la semana pasada por deslealtad, en un intento por posicionar a su mujer, Grace Mugabe , como su sucesor de cara a las elecciones de 2018. «La actual purga está claramente dirigida a miembros del partido que protagonizaron la liberación y debe detenerse de inmediato. Cuando se trata de proteger nuestra revolución, los militares no dudarán en intervenir», dijo Chiwenga. Muchos interpretaron esta declaración sin precedentes como una advertencia directa al presidente que ha gobernado la nación desde su independencia de Gran Bretaña en 1980.

Ante tal amenaza, el partido del gobierno denunció la « conducta traidora » de Chiwenga, avisándole de que no sucumbirían a las amenazas militares. Según un portavoz del Zanu-PF, sus «movimientos fueron calculados para desestabilizar el país y perturbar la paz». Este intercambio de acusaciones terminó con un gran despliegue militar en Harare, en una exhibición inusual que fue vista como una demostración de fuerza. La alarma saltó cuando cuatro tanques fueron vistos en una carretera dirección a la capital. Poco después, los militares tomarían una emisora estatal , la Zimbabwe Broadcasting Corporation (ZBC), para difundir un comunicado. El encargado de dar la cara fue el portavoz militar, Simon Khaya-Moyo, quien insistió que no se trataba de un golpe de Estado si no de una « corrección sin sangre » y que el ejército buscaba «pacificar una situación degenerativa, social y económica' en el país. «Estamos persiguiendo a criminales que rodean a Mugabe y que están causando sufrimiento social y económico en el país, con la finalidad de llevarlos ante la justicia», dijo Moyo. «Tan pronto como hayamos cumplido nuestra misión, esperamos que la situación vuelva a la normalidad», declaró el general del ejército, quien pidió calma a los líderes políticos.

Según Reuters, tras este anuncio tres explosiones sacudieron el centro de la capital y se escucharon numerosos disparos en las inmediaciones de la casa del presidente.

Los primeros detenidos

Tal y como rezaba el comunicado, las primeras detenciones no tardaron en llegar. El gobierno confirmó el arresto de varios ministros del gabinete de Mugabe , entre ellos, el de Economía, Ignatius Chombo (miembro destacado de la llamada facción 'G40' liderado por la esposa de Mugabe) y el ministro del gobierno local, Savior Kasukuwere. A estas detenciones se suma la del sobrino del presidente, Patrick Zhuwayo. Por su parte, el presidente Mugabe sigue de arresto domiciliario mientras que su mujer podría haber sido trasladada a Namibia.

Mnangagwa vuelve a escena

Los medios locales apuntan a que Mnangagwa habría volado el martes desde Sudáfrica a una base militar de Zimbabue para ser investido presidente interino y tomar el mando. El exjefe de seguridad, apodado «El cocodrilo», huyó a Sudáfrica tras recibir amenazas después de ser despedido tras 40 años al servicio de Mugab e. El que fuera vicepresidente de 2014 a 2017 era el principal candidato para suceder a su líder y fiel aliado desde que lucharan por la independencia del país.

En defensa del gobierno civil

Las reacciones de la comunidad internacional y de los partidos de la oposición van en la misma línea: defender el gobierno civil y garantizar la paz. El Movimiento para el Cambio Democrático (MCD), principal partido de la oposición en Zimbabue, pidió un retorno pacífico a la democracia constitucional, y agregó que espera que la intervención militar conduzca al «establecimiento de un estado estable, democrático y progresista". Asimismo, el presidente de Zambia, Edgar Lungu, pidió al general Chiwenga que se respete la constitución de Zimbabue. Su homólogo sudafricano, quien confirmó que Mugabe se encuentra retenido en su casa, reclamó tanto al Gobierno como a las Fuerzas Armadas que «resuelvan el 'impasse' político de forma amistosa».

Por su parte, los veteranos de guerra han elogiado la actuación del ejército por llevar a cabo «una corrección incruenta del gran abuso de poder». Según estos, los militares devolverán a Zimbabue a una «democracia genuina» y la convertirán en una "nación modelo moderna", dijo Chris Mutsvangwa, presidente de la asociación de veteranos de guerra, a The Associated Press.

Esta crisis política coincide con el declive económico del país , motivado, según los expertos, por la desastrosa gestión de Mugabe quien habría destruido uno de los estados más prometedores de África.

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