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Saad Hariri es nombrado por segunda vez primer ministro del Líbano

El político suní, líder del Partido Futuro, ha expresado su intención de formar un gobierno de unidad nacional, la necesidad de hacer frente a la amenaza terrorista y de aislar al país de la guerra en la vecina Siria

Saad Hariri se fotografía este jueves con un grupo de periodistas en el palacio presidencial en Baabda, cerca de Beirut Reuters

MARÍA IVERSKI

Saad Hariri se convertirá por segunda vez en primer ministro del Líbano tras la elección el pasado lunes del general Michel Aoun como presidente . De los 127 diputados con los que cuenta el Parlamento libanés, Hariri se ha asegurado el voto de 110 y recupera así el puesto de primer ministro cinco años después de que su último gabinete se viniera abajo por la retirada de los ministros de Hizbolá de un gobierno de coalición que había tardado meses en formarse.

A pesar de la abstención del grupo chií Hizbolá, el recién estrenado «premier» cuenta con el apoyo de los miembros de su Partido Futuro , de los cristianos de Fuerzas Libanesas , los chiíes agrupados en torno al presidente del Parlamento Nabih Berri y los drusos de Walid Jumblatt .

En sus primeras declaraciones públicas, Hariri ha expresado su intención de formar un gobierno de unidad nacional en el que tengan cabida todos los grupos políticos y que permita superar las profundas divisiones que marcan la realidad diaria del país. Igualmente ha enfatizado la necesidad de hacer frente a la amenaza terrorista y aislar al Líbano de la guerra en la vecina Siria.

Inesperada candidatura

El regreso de Hariri como primer ministro comenzó a fraguarse hace dos semanas cuando el político suní decidió respaldar de forma inesperada la candidatura a la presidencia del general cristiano Michel Aoun después de rechazarla durante más de dos años. Como contrapartida se esperaba un nombramiento que no ha tardado en llegar.

El acercamiento táctico de Hariri, aliado de Arabia Saudí , hacia Aoun y sus socios de Hizbolá, próximos a Irán y al presidente sirio, ha creado una inevitable controversia entre sus seguidores y algunos miembros de su partido político quienes han criticado el movimiento de su líder.

No pueden descartarse las más que probables tensiones con Hizbolá en el próximo gobierno

Durante su carrera política, Hariri ha mantenido una constante oposición a la organización de Hassan Nasralá y al gobierno sirio al que acusa del asesinato de su padre en 2005, por lo que no pueden descartarse las más que probables tensiones con Hizbolá en el próximo gobierno. No hay que olvidar además que el enfrentamiento entre Irán y Arabia Saudí por el control de la región se ha hecho especialmente evidente desde que se inició la guerra en Siria.

Pero mientras que Hizbolá no se ha visto demasiado afectado por la situación de parálisis que ha vivido el país en los últimos años y su implicación en la crisis siria del lado del régimen de Bashar al Assad no le ha pasado una excesiva factura entre sus seguidores chiíes, Hariri no ha tenido la misma suerte con la comunidad suní. Las pasadas elecciones municipales arrojaron un evidente descenso de su popularidad en Beirut y Trípoli, primera y segunda ciudad del país, en parte por la aparición en escena del ministro de Justicia, Ashraf Rifi , que poco a poco se va consolidando como principal rival de Hariri dentro del bloque suní .

A ello habría que sumar los importantes problemas financieros que el político arrastra con sus empresas y una relación con sus patrocinadores de Arabia Saudí que no pasa por sus mejores momentos.

Nacido el 18 de abril de 1970 en Riad, Hariri es el hijo de Rafik Hariri, el también exministro libanés que murió asesinado en 2005 en la explosión de un coche bomba en el centro de Beirut.

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