Hazte premium Hazte premium

El presidente no quiere el adelanto de elecciones que piden los populistas

El jefe de Estado, Sergio Mattarella, convence a Matteo Renzi de que aplace su dimisión hasta la aprobación de los presupuestos en el Senado

El primer ministro de Italia, Matteo Renzi (c) a su llegada al palacio del Quirinale EFE

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

Matteo Renzi seguirá en su cargo hasta que se apruebe la ley de presupuestos en el Senado en los próximos días. Un aplazamiento de la dimisión como primer ministro que había anunciado un día antes, pero que aceptó después de que así se lo pidiera el presidente de la República, Sergio Mattarella, y que justificó por «sentido de la responsabilidad» . «Mi dimisión será inmediatamente después de ese paso parlamentario», informó Renzi en la breve reunión del Consejo de Ministros que mantuvo ayer en Palacio Chigi. A continuación se dirigió al Quirinal, residencia del jefe del Estado, con quien ya había estado en contacto previamente.

El encuentro entre Mattarella y Renzi es solo un primer paso en la actual y enrevesada crisis. El jefe del Estado será el árbitro en una situación que no tiene precedentes en Italia. Mattarella, político respetado y exmagistrado del Constitucional, intenta evitar el riesgo de un salto en el vacío y que se abra un periodo de inestabilidad en Italia, con repercusiones en Europa. El presidente no quiere que Italia vaya de inmediato a las elecciones , como desean las fuerzas populistas, en un clima que aún está envenenado y en el que deben cerrarse muchas heridas.

El presidente dejó ayer claro que la democracia italia es solida y transmitió un mensaje de calma a los mercados

De ahí que, en un primer coloquio informal que tuvo en la mañana con Renzi, el presidente pidiera al exalcalde de Florencia que permanezca en el palacio Chigi para asegurar la aprobación de la ley de presupuestos en el Senado. Su deseo es congelar brevemente la crisis. «Hay compromisos y plazos que las instituciones tendrán que cumplir por respeto institucional», comunicó a Renzi el jefe del Estado.

Sergio Mattarella ha querido dejar claros dos puntos . Primero, la democracia italiana es sólida; y para ello intentó dar garantías a quienes temen que en Italia se instale la inestabilidad y el caos. Segundo, se hará todo lo posible por calmar a los mercados, y para ello dejó en claro que no desea elecciones inmediatas.

Compromisos

Los compromisos que se deben cumplir y a los que el presidente hizo referencia son dos: el 31 de diciembre, como muy tarde, tendrá que ser aprobada la ley de presupuestos ; y antes de celebrar nuevos comicios se tendrá que volver a reformar la ley electoral.

La facultad de sugerir el nombre de un sucesor le corresopnde a Renzi, el presidente lo consultará con el resto de fuerzas políticas

El presidente ha sondeado a Renzi para ver si, como declaró, no tiene ninguna intención de volver al Parlamento para comprobar si goza de la confianza de las cámaras y ejercer de primer ministro durante un periodo adicional. En principio se descarta esta posibilidad, porque la derrota que sufrió el primer ministro en el referéndum fue humillante , muy superior a la que pronostican los sondeos, lo que deja muy poca capacidad de maniobra a Renzi. El segundo paso del presidente ha sido hablar de los posibles sucesores en la jefatura del Gobierno. La facultad de sugerir un nombre le corresponde a Matteo Renzi, en razón de su cargo de secretario del Partido Democrático, que goza de mayoría parlamentaria (es muy amplia en la Cámara de diputados y controla el Senado, en aliaza con el Nuevo Centro Derecha (NCD) del ministro del Interior, Angelino Alfano.

El presidente no es partidario de un gobierno técnico, pues Italia recuerda aún el de Mario Monti, que sustituyó a Silvio Berlusconi y acabó sus días con mucha más pena que gloria. Matarella se inclina por un gobierno político y los nombres sugeridos por Renzi los consultará con los partidos, una vez que la dimisión del líder del PD se formalice.

La situación para el presidente es muy complicada, porque, si bien el resultado de las urnas es muy claro, la situación no tiene precedentes: existe una importante fuerza política que ha perdido la consulta, pero que tiene mayoría en el Parlamento y debería controlar el Gobierno. Enfrente están los vencedores de la consulta, pero que son incapaces de presentar una alternativa de gobierno. Por eso, estos partidos, fundamentalmente el Movimiento del cómico Beppe Grillo y la Liga Norte exigen con fuerza a Mattarella la disolución del Parlamento y la convocatoria inmediata de elecciones, medida que es prerrogativa del presidente de la república.

Prueba de fuego

Dentro del PD se ha desatado un ajuste de cuentas tras la derrota de Renzi

Esta crisis representa para Mattarella su primera prueba de fuego. En este rompecabezas solo hay una certeza: ningún Ejecutivo se podrá formar sin la contribución decisiva del Partido Democrático. El problema es también dentro del PD se ha desatado un ajuste de cuentas tras la derrota. El propio Renzi ha reiterado a sus más estrechos colaboradores su amargura por el comportamiento de la corriente de izquierdas del partido: «No creía que me pudieran odiar tanto». Ha sido un odio «destilado, purísimo», dijo en referencia sobre todo a los exsecretarios del PD Pier Luigi Bersani y Massimo D’Alema. Lo que motiva que los halcones del partido, los más próximos a Renzi, le hagan esta sugerencia: Poco importan Bersani y compañía. Hay que ir a elecciones y dejarlos fuera de las listas electorales. Renzi -es el razonamiento de estos colaboradores- ha logrado más del 40 por 100 de los votos en el referéndum. Son todos votos suyos. Hagamos un gobierno de tres meses y después vayamos a elecciones sin los adversarios internos. No se ha visto nunca que una parte del partido haga campaña contra su líder.

La otra gran preocupación del presidente de la República es evitar que se debilite aún más la imagen internacional de Italia , muy dañada con este referéndum. Italia ha recibido en estos momentos la comprensión de la Unión Europea, pero Bruselas no puede hacer la vista gorda ante las cuentas de las finanzas italianas. La UE exige un recorte de unos 5.000 millones de euros , lo que hará más complicada la aprobación de la ley de presupuestos. Además, desde el punto de vista social, el país se despierta tras el referéndum con dos evidencias: la rabia de los ciudadanos por la crisis es muy superior a lo que se creía; y Renzi no ha perdido todas su cartas si se tiene en cuenta que esta vez ha batallado contra todos.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación