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Registrada la sede de Samsung por el escándalo de la «Rasputina» de Corea del Sur

La Fiscalía investiga pagos millonarios a Choi Soon-sil, íntima amiga de la presidenta Park, a cambio de favores políticos

Detención de la «Rasputina» de Corea del Sur, el pasado día 3 de noviembre AFP
Pablo M. Díez

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A la multinacional surcoreana Samsung se le acumulan los problemas. A los fallos de su móvil Galaxy Note 7 y de sus lavadoras, que han obligado a retirar millones de modelos del mercado, se suma ahora su implicación en un fétido escándalo político . Según informa la agencia de noticias Yonhap, su sede central en Seúl ha sido registrada este martes dentro de la investigación por presunto tráfico de influencias a Choi Soon-sil, amiga y confidente de la presidenta Park Geun-hye.

Apodada ya la «Rasputina» de Corea del Sur por pertenecer a un oscuro culto religioso, se sospecha que Choi se aprovechó de su estrecha relación con la presidenta Park para «convencer» a grandes empresas, entre ellas Samsung, de que hicieran millonarias «donaciones» a dos fundaciones que ella misma dirigía. A tenor de la Fiscalía, así se habría embolsado hasta 80.000 millones de won (casi 63 millones de euros).

En busca de pruebas que demuestren esta trama, la Policía ha registrado el cuartel general de Samsung. Allí ha confiscado documentos relacionados con la Federación Ecuestre de Corea, que al parecer hizo ciertos «favores» a la hija de Choi, Chung Yoo-ra. Tal y como recoge Yonhap, los investigadores creen que S amsung transfirió 2,8 millones de euros a una compañía dirigida por Choi Soon-sil en Alemania. Aunque el dinero se pagó por un supuesto servicio de consultoría, la Fiscalía sospecha que el dinero fue a parar a su hija por sus chanchullos con la Federación Ecuestre. Entre las oficinas registradas figura la del jefe de relaciones externas de Samsung y presidente de dicha federación, Park Sang-jin.

Hace cinco días, un ejecutivo de la multinacional, identificado solo por su apellido, Kim, testificó ante la Fiscalía que la «Rasputina» Choi y un antiguo secretario presidencial presionaban a las empresas para que financiaran sus dos fundaciones a cambio de favores políticos. Tras el escándalo desatado al conocerse esta trama, desvelada por una televisión surcoreana que tuvo acceso a los archivos de ordenador de Choi, esta ha sido detenida por la Policía y la opinión pública se ha movilizado en masa contra la presidenta Park. Por segundo fin de semana consecutivo, decenas de miles de personas se manifestaron el sábado en el centro de Seúl exigiendo la dimisión de la presidenta Park , que parece hallarse bajo la poderosa influencia de su «Rasputina».

Acorralada por las evidencias, Park ha reconocido que Choi corrigió sus discursos y tuvo acceso a secretos de Estado , pero ha negado formar parte de un culto religioso ni haber llevado a cabo celebraciones chamánicas en la Casa Azul, la residencia presidencial. Para ganar tiempo, ha remodelado su Gobierno y se muestra dispuesta a colaborar con la investigación y declarar «si fuera necesario», pero se aferra al cargo pese a las peticiones de renuncia que le vienen desde buena parte de la sociedad y la oposición.

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