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El recuerdo de Fidel Castro divide a la comunidad cubana en España

Los residentes en nuestro país temen enfrentamientos entre cubanos tras la muerte del dictador

Castristas y disidentes se enfrentaron ante la embajada de Cuba en Madrid durante la concentración de unos y otros con motivo de la muerte de Fidel Castro EFE
F.J. Calero

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Los enfrentamientos entre partidarios y detractores de Fidel Castro ante la embajada de Cuba en Madrid probaron, el pasado sábado, que la brecha abierta entre la comunidad de emigrantes procedentes de la isla, alrededor de 46.000 en España, continúa abierta. Alejandro González Raga, de 68 años y director ejecutivo del Observario Cubano de Derechos Humanos, considera que «el gobierno es responsable de la situación política, social y económica», y que por tanto sus conciudadanos «huyen del sistema». Julio, un joven cubano de 33, plantea la cuestión de forma distinta: «Mi generación es hipócrita si dice que quiere salir por temas políticos. El que sale es porque quiere una mejor vida».

Las de Alejandro y Julio son historias de exilio separadas por los años, pero convergentes en ciertas críticas. Alejandro nació en 1958, un año antes de la entrada triunfal de Fidel Castro en La Habana. La Unión de Pioneros de Cuba, «una especie de partido comunista para niños», brota de sus recuerdos de infancia. Luego, las primeras señales de desafección al régimen: «No me gustaban l os muñequitos rusos, me gustaba Mickey Mouse . Y no me gustaba el grupo ruso Sputnik, me gustaban los Beatles». Ya adulto, la disidencia le condujo, en 2003, a un periplo de cinco años en cárceles castristas, terminado con su exilio a España en 2008. «Lo más duro es romper con todo tu pasado, con tus raíces, con tus conexiones sociales, familiares», explica. «El abrazo con los míos» es lo que más añora.

Julio , que llegó hace nueve años para estudiar un máster en España y luego conoció «a una mujer de aquí» , no abandonó Cuba «por el seguimiento policial o por temas políticos», sino para empezar otra vida. «Mi generación no ha vivido fuertemente la presencia de Fidel. Esa fue la de mis padres y mis tíos, la que puede tener algún tipo de resentimiento», explica. Un distanciamiento desde el que tampoco omite sus críticas: «Me quedo con unas palabras de Vargas Llosa: la Historia no lo absolverá», sentencia sobre el que fuera, durante más de cuatro décadas, cabeza del régimen. «Hay dolor en todas las orillas del conflicto», explica Alejandro. «Fidel ha dividido a la familia cubana», añade, sobre el enfrentamiento entre partidarios y detractores del castrismo. La gente, dice Julio, «no tiene que demostrar en qué bando está». Castristas y, sobre todo, anticastristas están representados en España.

Carlos Payá, en una entrevista con ABC IGNACIO GIL

«Su muerte no me ha producido ni pena ni alegría: este personaje ya no daba ni miedo»

Carlos Payá , arquitecto cubano que vive desde hace muchos años en Madrid, es el portavoz en España del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), organización fundada en 1988 por su hermano Oswaldo Payá , que murió en un controvertido accidente de tráfico el 22 de julio de 2012. Carlos no se enteró de la muerte de Fidel hasta que lo llamó la COPE para entrevistarlo. «La noticia no me ha producido ni pena ni alegría: primero, porque estaba casi anunciado, ya que era inminente, y, en segundo lugar, porque este personaje ya no daba ni miedo», dice a ABC. Payá no cree que las esperanzas de cambio en Cuba dependan de que los Castro vivan o no. «Hace tiempo que quedó atada la sucesión: primero con Raúl Castro y luego con alguien que todavía no sabemos quién va a ser». En medio de la represión, « estamos trabajando por conseguir una transición pacífica , siguiendo el legado de Oswaldo Payá, nuestro líder y mi hermano, con el Proyecto Varela: cambios de la ley a la ley y una transicion pacífica».

La muerte de Fidel Castro ha llegado en un momento de incertidumbre en Cuba, con la llegada de Donald Trump a la presidencia en Estados Unidos, que ya ha amenazado con terminar con el deshielo diplomático con Cuba. «Nosotros no somos partidarios del aislamiento: Cuba no es el régimen, es todo un pueblo. Ahora bien, las nuevas inversiones desde el exterior no van directamente al pueblo, sirven para beneficiar a la clase dominante. Los empresarios son cómplices de esa explotacion, aunque, mejor eso que nada», asevera. Desde la apertura de Cuba, dice Payá, la sociedad está sufriendo «un cambio fraude: del comunismo salvaje al capitalismo salvaje de China. Con la nueva realidad económica no vendrá un cambio político», concluye tajante.

«Acabo de firmar en el libro de condolencias»

Mireya Gallego DIARIO SUR

«Ahora mismo vengo de firmar el libro de condolencias de Fidel en el Consulado de Cuba en Sevilla. Su muerte nos ha emocionado a la mayoría de cubanos en España», afirma Mireya Gallego , presidenta de la Federación de Asociaciones de Cubanos Residentes en España. Reside en España desde 1999, pero no por razones políticas. «No soy disidente, vine a España porque me quedé sin familia en Cuba, los tengo todos aquí», asegura. Al tener la nacionalidad española, no tuvo ningún problema en abandonar la isla.

Gallego ve «normal hasta cierto punto» los choques ante la Embajada de Cuba en Madrid entre castristas y anticastristas. «Vivimos momentos de recogimiento y de dolor por nuestro Comandante. Respetamos lo que piense todo el mundo, lo único que queremos es que se haga lo mismo con nosotros», agrega. La representante de Asociaciones de Cubanos en España niega que en su país se violen los derechos humanos: «Cuba vive una transformación económica: pese a la muerte de Fidel, las posiciones están fijadas».

«La mayoría siente indiferencia»

Julio salió de Cuba por sus estudios y se asentó definitivamente en España por amor. Este joven de 33 años , que dejó atrás familia y amigos, describe así cómo recibió la isla la muerte de Fidel Castro: «Se ha creado más revuelo fuera que dentro. Hablé con mis padres el otro día y era una noticia más», cuenta.

«La mayoría de cubanos siente indiferencia tras su muerte», añade este joven. Y es que, como él mismo explica, «Fidel dejó de ser presidente como hace diez años, y aunque era una figura, llevaba tiempo desaparecido». Aunque esa lejanía no impide a Julio emitir un duro juicio: «Los detractores son los primeros perdedores. Fidel les ha vecido porque ha terminado muriendo en su cama, de viejo. Se salió con la suya».

Sin mirar demasiado atrás, el ahora vecino de Madrid prefiere afrontar sus preocupaciones evitando la nostalgia: «He emprendido una vida aquí y tengo que centrarme, porque si no no soy feliz. Me preocupo por mis problemas. Mis padres, que están allí, son a los que les toca estar contentos o tristes por lo Fidel , pero no a mí», sentencia Julio, que ya lleva nueve años en España.

«Hay grandes oportunidades de negocio en Cuba»

Estela Marina Pérez Cedida a ABC

Nacida en La Habana, Estela Marina Pérez es hoy a sus 40 años una empresaria de éxito. «Desde el viernes por la madrugada mi teléfono no ha dejado de sonar. Su muerte me ha cogido por sorpresa, como a la mayoría», asevera. Cuenta que ya tenía trabajo en uno de los hoteles más grandes de la isla, pero decidió venir a España hace 11 años a estudiar un máster en Administración de Empresas y seguir sus «raíces españolas». Entre ella y otros compañeros cubanos han formado el Club de Empresarios Cubanos en España -con grupo de Facebook- «porque muchos de los que hemos venido a España tenemos claro que en Cuba es imposible desarrollar nuestras carreraas profesionales».

Estela, experta en extranjería e inmigración y directora del despacho Aeren, dice haber tenido suerte al tener ahora a toda su familia aquí. También está al frente de la Asociación Empresarial América Latina Crece (Alcrece) y participa en el programa «Invest and Business» para fomentar la inversión extranjera en Cuba. « Hay muchas oportunidades a nivel fiscal y en muchos sectores en la economía . Por desgracia, el dinero que entra en Cuba favorece de momento más a la estructura del Gobierno que al cubano medio. Nosotros montamos una empresa que nos aporte réditos sea en el país que sea. La gente no se va a negar a montar una empresa en Miami porque esté gobernando Trump», añade.

Para ella, la situación en Cuba no tiene nada que ver con la política, que no influye en la vida del cubano. «Están los que viven muy bien, los que viven regular y los que lo están pasando muy mal. Tiene que haber cambios muy profundos. Pasará mucho tiempo hasta que los propios cubanos se adapten a lo que viene». Estela se muestra preocupada por los enfrentamientos que han tenido lugar en la Embajada. «No entiendo cómo personas que viven en un país como España, con un salario y una vida digna puedan apoyar al régimen. Aunque una no puede alegrarse de la muerte de un ser humano, es normal sentir una paz interior por toda las familias separadas y los muertos en el mar».

María, de 29 años, salió de Cuba tras convalidar sus estudios universitarios en España con la esperanza de «probar nuevas experiencias». La ahora vecina de Madrid analiza la situación de la isla intentando encontrar un término medio: «No es todo tan bueno como dicen los fidelistas ni tan malo, por su culpa, como dicen los antifidelistas». Una opinión que argumenta recordando los logros en temas sociales.

Para María, las reacciones ante la muerte de Fidel Castro han resultado sorprendentes, sobre todo después de los enfrentamientos protagonizados entre sus partidarios y detractores en Madrid: «Me parece fenomenal que los extranjeros vean todo lo que ha pasado en Cuba con un aura exótica. Lo que pasa es que no conocen lo que pasa allí, porque no lo han vivido», explica.

«Las cosas han ido a peor en Cuba»

Alejandro González Raga IGNACIO GIL

Un temprano sentimiento de disidencia y los años de cárcel que Alejandro González Raga sufrió en Cuba terminaron en 2008, cuando llegó como exiliado político a España. Desde entonces, el expreso trabaja en el Observatorio Cubano de Derechos Humanos para mejorar la vida en un país que ha sufrido, este año, «uno de los más represivos de las últimas décadas».

La situación ha empeorado», explica González Raga. «El gobierno sigue sin querer dar pasos hacia la democratización», añade. Este exiliado, que culpa al castrismo de dilapidar «más de tres planes Marshall», define sin ambages a un régimen que habrá ordenado «más de 9.000 detenciones» en 2016: «Cuba es un país totalitario».

A los 12 años, Raquel abandonó Cuba junto a sus padres. Ahora tiene 20 y estudia Odontología en la Universidad CEU San Pablo de Madrid. «No es comparable el estilo de vida que tengo allí con el que tenía en Cuba. Pese a que podíamos salir adelante con el sueldo de mi padre que trabaja en un hotel y con lo poco que recibía mi madre como médico, la cartilla de racionamiento era una lástima, no se puede vivir con lo que recibes del estado», asegura. Mantiene el contacto con sus amigas de allí: «Muchos quieren venirse y otros se han acostumbrado a esa vida. Mis amigas se están casando ahora».

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