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May amenaza a la UE con una «guerra comercial» si castiga al Reino Unido

Confirma que Londres saldrá del mercado único europeo, pero quiere conservar la libre circulación de sus bienes y un buen acuerdo de intercambio

Vídeo: May dice que Reino Unido seguirá siendo un «socio fiable» Europa Press
Luis Ventoso

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Pues sí: Brexit duro, duro. Theresa May ha ofrecido este mediodía del martes su esperado discurso sobre su plan para la salida de la UE. La primera ministra ha confirmado que el país dejará el mercado único europeo de 500 millones de personas, en contra de lo que demandaban los empresarios y el Banco de Inglaterra. Sin embargo, May quiere conservar las ventajas de la unión aduanera (la libre circulación por las fronteras europeas de las mercancías británicas). La primera ministra se permitió amenazar a los 27 con una guerra comercial si durante las negociaciones «castigan al Reino Unido». Advirtió que los británicos contestarían con bajadas agresivas del impuesto de sociedades para atraer a empresas a su país. También aseguró que las empresas de la UE se verían dañadas si pierden su acceso a la City de Londres , aunque probablemente sería al revés. Sus amenazas resultan un tanto osadas, toda vez que las exportaciones a la UE suponen el 13% del PIB británico, mientras que las de los 27 al Reino Unido solo son el 3%.

Una novedad del discurso, además de que dijo a las claras que no quiere seguir en el mercado único, fue que confirmó que someterá el acuerdo final con la UE, que se espera que se alcance dentro de los años, a la votación de las dos cámaras del Parlamento, los Comunes y los Lores. También expresó su deseo de que los comunitarios que ahora mismo viven en el Reino Unido conserven sus derechos, pero siempre que los británicos que viven en países de la UE reciban idéntico trato. Abogó por un acuerdo cuanto antes entre las dos partes para tranquilizar a esos ciudadanos.

May anunció que tras completar su salida el Reino Unido limitará la llegada de ciudadanos comunitarios , que hasta ahora pueden instalarse en el país libremente. «Brexit significa controlar el número de personas que llegan de la UE», sentenció. También enfatizó que Gran Bretaña dejará de estar sometida a las leyes y los tribunales europeos, y que se revocará la legislación comunitaria, de tal manera que las leyes de la UE pasen a ser leyes británicas.

A pesar de su tono nacionalista y triunfalista, May insistió en que buscará un acuerdo con Europa que ofrezca la máxima libertad de comercio para las empresas británicas, algo que fue saludado por los mercados con una instantánea apreciación de la libra. También admitió que el país podría seguir contribuyendo al presupuesto europeo para algunas cuestiones específicas, pero señaló que dejará de aportar la «enormes» cantidades con que contribuye ahora como socio.

La premier insistió una y otra vez en que el Reino Unido se convertirá tras el Brexit en «una nación comercial abierta» . Y repitió una y otra vez su cliché de una «Gran Bretaña Global». Resulta contradictorio con esa proclama que la primera medida que tomará esa nueva nación, que será según ella «líder global del comercio», vaya a ser salir del mercado único más importante del mundo, donde vende el 45% de sus exportaciones. May explicó que al dejar la UE se abrirá para el Reino Unido la oportunidad de ahondar libremente en acuerdos comerciales con EE. UU o China. La realidad es que las exportaciones a Estados Unidos son el 20% (25% menos que a la UE) y el Reino Unido a día de hoy vende más a la pequeña Irlanda que a la gigantesca China.

Tal y como se esperaba la primera ministra remarcó que habrá una salida limpia y completa de la UE, sin componendas: «Buscamos una asociación nueva e igualitaria entre una Gran Bretaña Global independiente y autónoma, y nuestros amigos y aliados en la UE».

«No seremos un miembro parcial ni un miembro asociado de la Unión Europea, o algo que nos deje con un pie dentro y otro fuera. No buscamos adoptar un modelo como el que disfrutan otros países. No buscamos aferrarnos a ser miembros al tiempo que salimos», zanjó.

La libra reacciona bien

En contra de lo esperado, la libra se ha apreciado durante su discurso. Cuando acabó de hablar, la divisa se había fortalecido un 1,74% frente al dólar respecto al momento en que arrancó su discurso y frente al euro se apreció un 0,7%.

Al confirmar que el Reino Unido renuncia por completo al mercado único, May rompe una promesa del programa electoral con el que el Partido Conservador ganó las elecciones generales de 2015 , donde apostaba por preservarlo. «Ningún acuerdo es mejor que un mal acuerdo», llegó a decir. La primera ministra hizo campaña durante el referéndum por la permanencia, aunque de un modo muy tímido. Algunos analistas creen que al haberse inclinado finalmente por el Brexit duro trata de enjugar aquel «pecado original» ante el ala más eurófoba de su partido.

«El pueblo británico no votó por un Brexit duro», reprochó Tim Fallon, líder del Partido Liberal Demócrata, europeísta. UKIP, el partido populista eurófobo, celebró el discurso. May considera que haber seguido en el mercado único habría equivalido a no dejar la UE.

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