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El presidente de Filipinas dice adiós a EE.UU. durante su visita a China

Duterte se reúne con su homólogo chino, Xi Jinping, para escenificar el cambio de su política exterior y captar inversiones olvidando sus disputas territoriales

El primer ministro chino, Li Keqiang (dcha), recibe al presidente filipino, Rodrigo Duterte (izqa), antes de mantener un encuentro en el Gran Palacio del Pueblo en Pekín EFE

PABLO M. DÍEZ

En el mayor cambio geoestratégico de las últimas décadas en Asia, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte , ha enterrado la alianza histórica de su país con Estados Unidos para acercarse a China. De visita oficial en Pekín, Duterte se ha reunido este jueves con su homólogo chino, Xi Jinping , para escenificar un nuevo clima de entendimiento tras dejar a un lado sus disputas territoriales.

Hasta ahora, ambos gobiernos estaban enfrentados por sus reclamaciones sobre el Mar del Sur de China, donde Pekín tomó el control del Caladero de Scarborough en 2012 e impidió el acceso de los pescadores filipinos. Un movimiento que llevó al anterior Ejecutivo filipino, dirigido por Benigno Aquino III, a elevar el caso ante el Tribunal de Arbitraje de La Haya , que en julio rechazó la expansión de China por dichas aguas. Pero, tras ganar las elecciones y tomar posesión del cargo en junio, Duterte ha dado un giro de 180 grados a la política de su antecesor para recomponer los lazos diplomáticos con el autoritario régimen de Pekín.

Lazos fuertes

«Espero que podamos seguir los deseos de la gente y usar esta visita como una oportunidad para impulsar las relaciones entre China y Filipinas sobre una base de amistad y mejorar completamente las cosas», le dijo Xi Jinping a Duterte al recibirlo en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, según informa la agencia Reuters. El presidente filipino, cuyo abuelo era chino, aseguró por su parte que «las raíces de nuestros lazos son muy profundas y no pueden ser fácilmente cortadas», congratulándose de que su viaje marcaba «la primavera de nuestra relación».

El presidente filipino prometió el miércoles que no viajará a EE.UU. porque allí «solo somos insultados»

El miércoles por la noche, en un encuentro con la comunidad filipina residente en Pekín, Duterte había anunciado que era hora de soltar amarras con EE.UU., su aliado histórico desde que la antigua colonia española alcanzó su independencia en 1898. «Vuestra estancia en mi país ha sido solo para vuestro propio beneficio. Así que ha llegado el momento de deciros adiós, amigos», clamó con bastante dramatismo el presidente filipino, quien prometió que no viajará a EE.UU. porque allí «solo somos insultados».

Contra EE.UU.

En este giro de su política exterior, Duterte ha insultado durante los últimos meses al presidente norteamericano, Barack Obama , y a todo aquel que osara criticar su sangrienta guerra contra la droga. Desde junio, más de 3.500 narcotraficantes y toxicómanos han sido abatidos por la Policía o por «escuadrones de la muerte» en ejecuciones extrajudiciales para limpiar las violentas calles de Filipinas. Además de acordarse de la madre de Obama, Duterte ha suspendido las patrullas conjuntas entre Filipinas y EE.UU. en el Mar del Sur de China y ha criticado la presencia de sus bases militares en el archipiélago. Azuzados por este sentimiento antiamericano, un millar de manifestantes se concentraron el miércoles contra la Embajada de EE.UU. en Manila, en una protesta que acabó de forma violenta cuando un furgón policial arrolló a un grupo de exaltados que rodeaban el vehículo.

Con su acercamiento a China, Duterte pretende captar sus inversiones y fomentar el comercio bilateral . Para ello, ha viajado a Pekín acompañado por unos 400 empresarios, entre los que destacan los principales magnates de Filipinas. Aprovechando sus encuentro con Xi Jinping, ambos países han firmado 13 acuerdos de cooperación en campos tan variados como el comercio, la inversión, el turismo y la lucha contra la droga. Además de levantar sus advertencias para viajar a Filipinas y abrir su mercado a sus frutas tropicales, Pekín extenderá su chequera para invertir en infraestructuras del archipiélago. Dejando a un lado sus disputas territoriales en el Mar del Sur de China, rico en recursos naturales y por donde pasa buena parte del comercio mundial, se abre un tiempo nuevo entre Pekín y Manila que debilita la posición de EE.UU. en Asia.

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