La Prensa tilda de «conmoción» el resultado del referéndum sobre el pacto de paz con las FARC

En Argentina, «La Nación» titula: «Colombia, en vilo tras el rechazo al acuerdo de paz con las FARC». También en Argentina, «Clarín» tilda de «conmoción» el resultado del referéndum. La escasa diferencia entre partidarios del «sí» y del «no» es un análisis que se repite en toda la Prensa. Un resultado tan ajustado lo primero que muestra es un país dividido: «Un resultado sorprendente lanza al país a la incertidumbre sobre el final del conflicto con la guerrilla», analiza a bote pronto «O globo» (Brasil). En Uruguay, «El observador» se muestra pesimista: «Colombia posterga la paz» .

Más al norte realizan un análisis parecido. En México, «Excelsior» resume: «La abstención marcó la diferencia... más del 60% fue tan crucial como la mala imagen que prevalece en la sociedad colombiana sobre las FARC».

En Estados Unidos coinciden en la sensación de incertidumbre que deja el referéndum. El resultado es claro: más «síes» que «noes». Pero elevada abstención, unida a la escasa diferencia entre unos y otros ( 60.000 votos ), deja una sensación de incertidumbre. «Colombia rechaza el acuerdo de paz con las Farc y entra en un momento de incertidumbre», titula «The New York Times» . «El plebiscito reveló claramente la fuerte polarización en el país, pero el resultado pareció tomar por sorpresa a muchos, pues los últimos sondeos le daban la victoria al Sí».

En Europa, donde los referéndums han deparado jugadas de todo tipo, la Prensa ha recibido el resultado con sorpresa. En Francia, «Le Monde» abre su página web titulando: «Colombia está sumida en la incertidumbre por la victoria en el referéndum».

En Reino Unido, que algo de experiencia tienen en esta clase de plebiscitos, «The Times» va un paso más allá: «Vuelven a Colombia los miedos por la guerra después de que los votantes rechacen el acuerdo de paz con las FARC». Sin salir de las islas, «The Guardian» lanza un primer comentario: «En virtud del acuerdo rechazada por los votantes, unos 5.800 combatientes de las FARC se habrían desarmado y convertido en un partido político legal. El acuerdo habría permitido a los líderes rebeldes evitar la cárcel si confesaban sus delitos como homicidios, secuestros, ataques indiscriminados y el reclutamiento de niños, algo que muchos colombianos encontraron difícil de tragar».