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REFUGIADOS

Polonia: «No aceptamos amenazas de la UE»

El gobierno polaco se reafirma tras las multitudinarias manifestaciones del fin de semana

Andrzej Duda, presidente de Polonia AFP

ROSALÍA SÁNCHEZ

Todavía no ha llegado a Polonia el primer grupo de cien refugiados, procedentes de Grecia y de Italia, que debería haberse trasladado al país centroeuropeo a principios del pasado mes de marzo y que serían los primeros de la cuota de 7.000 aceptada por el anterior gobierno polaco. Y es muy posible que nunca lleguen al país. El ministro del Interior polaco, Mariusz Blaszczak , ha dicho hoy en una entrevista con la emisora de radio RMF FM que «no aceptamos amenazas de la UE», en referencia a las compensaciones financieras de 250.000 euros por refugiado no aceptado que propone la Comisión. Ha insistido en que Polonia no aceptará el sistema de cuotas porque «lamentablemente muchos de ellos tienen documentación falsa» y «pueden poner en peligro la seguridad de Polonia y de los polacos».

Con estas declaraciones, Blaszczak trata de reagrupar opinión pública en torno al gobierno, centrando su actuación en el rechazo a los refugiados que sirvió de acicate electoral para la llegada al poder del partido nacionalista y ultra conservador Ley y Justicia (PiS) . Y lo hace después de un fin de semana en el que unas 250.000 personas han salido a la calle en manifestaciones contra el gobierno bajo el lema «Somos y seguiremos siendo Europa» , en las que ha sido criticado duramente el camino emprendido por el PiS de distanciamiento de las autoridades de Bruselas y las diversas derivas autoritarias de decisiones como la de la semana pasada, la disolución del Consejo Estatal Contra la Xenofobia , integrado por representantes de todos los Ministerios e instituciones afectados y que el año pasado se abrió 1.500 investigaciones por discriminación y delitos de odio. El argumento del gobierno es que se trataba de un organismo «bastante ineficiente».

La oposición al aborto, una cortina de humo

La primera ministra polaca, Beata Szydlo , ya trató de contrarrestar este creciente malestar abriendo el debate sobre la prohibición del aborto, que durante varias semanas le devolvió el apoyo de los votantes católicos , pero el pasado 4 de abril negó que su Gobierno pretenda realmente legislar al respecto. «Sólo expresé mi opinión personal», dijo sobre sus anteriores palabras del 31 de marzo, cuando dio su apoyo a una iniciativa popular pro vida «Fundacja Pro» , que recoge firmas para prohibir el aborto en Polonia. «Cada uno tiene derecho a expresar sus propias opiniones… pero este gobierno no contempla ninguna revisión de la ley del aborto», zanjó. El viceprimer ministro y destacado católico Jarosaw Gowine explicó que prohibir el aborto podría llevar a una «rebelión social» , pero las explicaciones solo han servido para que muchos católicos y conservadores se sumen también a las manifestaciones de protesta.

El ex presidente polaco Bronislaw Komorowski , de tendencia conservadora y hoy en la oposición, aseguró que participaba en la marcha porque cree «en el derecho polaco, la libertad polaca y la acción común en la Unión Europea» y recordó medidas muy controvertidas adoptadas por este gobierno y que a su juicio ponen en peligro la separación de poderes y el funcionamiento democrático de las instituciones, entre ellas la reforma del Tribunal Constitucional , que lo deja a merced del Ejecutivo, y la nueva ley de medios, que permite la designación por parte del Gobierno de los puestos directivos de los medios públicos.

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