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Qué países resistirán (y cuáles no) al crack petrolero

El desplome en el valor del crudo trae consigo alteraciones geopolíticas y anuncia un escenario convulso para los países productores. Los importadores, como España, salen beneficiados.

G. D. O.

Con el precio del barril de petróleo acercándose peligrosamente a los 30 dólares el barril, el mundo se asoma a un escenario con escasos precedentes. Aunque España, país dependiente energéticamente es uno de los que resulta beneficiado por la caída sostenida de los costes del crudo, son muchos los que, por contra, sufren graves consecuencias, y algunos de ellos son verdaderamente vulnerables. La amenaza de una nueva crisis económica global tampoco ayuda y, en este contexto, poblaciones castigadas por la violencia, como la iraquí o la libia, se ven abocadas a un presente todavía más duro.

La Agencia Internacional de la Energía advirtió en su último informe que la caída no ha tocado fondo y descarta que vaya a producirse un repunte a corto plazo. En las nuevas circunstancias del tablero global habrá países que resistan mejor y los habrá que lo hagan peor. Gonzalo Escribano, director del programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano, los repasó ayer en una mesa redonda en Madrid.

Irak: Fracturado por la violencia y golpeado por Estado Islámico, Irak necesita que el crudo se revalorice para evitar que su estado termine de convertirse en uno fallido. Se estima que las reservas ya escasean. Sin ingresos por las exportaciones del petróleo, Bagdad tendrá todavía más difícil mantener el esfuerzo militar al que le obligan las luchas sectarias. Otra entidad damnificada es el territorio autónomo del Kurdistán, que hasta ahora había sido uno de los pilares en la lucha contra el cailfato terrorista sobre el terreno. Aunque recibe apoyo militar occidental, el petróleo es su gran fuente de ingresos.

Libia: No levanta cabeza desde la caída de Gadafi. Los intentos de la diplomacia internacional por forjar un gobierno de unidad nacional han fracasado uno tras otro y no parece que el nuevo enviado especial de Naciones Unidas vaya a tener más éxito. Con la producción petrolífera mermada por la proliferación de infinidad de milicias que se enseñorean del territorio, el contexto de precios bajos agrava los problemas de un estado que ya sufre un déficit fiscal desorbitado, en torno al 48%. Su única esperanza pasa por reactivar las exportaciones de crudo, pero aunque lo consiguiera y empresas como Repsol volvieran a poder hacer negocios allí, la situación del mercado no es ahora, ni mucho menos, la más propicia.

Nigeria : Por si el azote terrorista de Boko Haram fuera poco problema, la caída del precio del barril Brent no hace sino agravar las dificultades de Nigeria. La asfixia financiera ha obligado al Gobierno nigeriano a pedir ya la asistencia de las instituciones financieras internacionales. La renta petrolera ya no basta.

Azerbayán : Si la coyuntura no cambia, el pequeño y modesto estado caucásico corre peligro de verse atrapado, como otras ex repúblicas soviéticas, bajo la influencia rusa. El descenso en el valor del petróleo es potencialmente también pérdida de autonomía para Bakú.

Venezuela : Si hay un estado castigado por el descenso en los precios del crudo, ese es la Venezuela de Nicolás Maduro. A sus muchos problemas económicos, Caracas suma el de que el crudo de sus yacimientos es caro de extraer y resulta escasamente rentable al nivel de precios actual. Además, los cientos de miles de barriles que está vendiéndole a China no le reportan ingreso alguno ya que se destinan a enjugar la deuda contraída por los generosos créditos concedidos por China durante los últimos años.

Ecuador: Menos ruidosa que la tormenta venezolana, en Ecuador también hay marea de fondo. El presidente, Rafael Correa, ha tenido recientemente que destituir a toda la cúpula del Ejército en medio del malestar por los retrasos en el pago de las pensiones a los militares retirados, una prueba de la creciente escasez de liquidez en este país sudamericano y en otros del ALBA.

Argelia: El principal suministrador energético de España vive en el marasmo causado por la enfermedad de su anciano presidente, Abdelaziz Bouteflika. Todo está pendiente allí de que se resuelva la batalla política interna de cara a una sucesión que se adivina inminente, pero las dificultades económicas no esperan y el país se ha visto obligado a un severo ajuste fiscal a causa de los precios del crudo. Tiene reservas para aguantar, pero los subsidios con que aplaca a una población extraordinariamente joven y abocada a una insoportable desocupación ya se resienten.

Rusia : La depreciación del crudo se suma al efecto de las sanciones impuestas por sus rivales occidentales por su papel en el conflicto ucraniano. La economía rusa sufre y es de esperar que esto reduzca la presencia global de Putin y sus ganas de emprender batallas externas como la que ahora libra en Siria. Aunque con el presidente ruso nunca se sabe. Ya hay estudios sociológicos que detectan el descontento de la población por el deterioro de la situación. Aunque juega con la ventaja de su poderosa maquinaria propagandística y la implacable represión de los disidentes, Putin ya paga las consecuencias de la rebaja del monto de sus exportaciones de crudo.

Arabia Saudí: Como el resto de miembros del consejo de Cooperación del Golfo (Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Kuwait, Omán y Qatar) la monarquía saudí es la que está en mejor posición. Sus enormes reservas de divisas le permiten sortear sin excesivos problemas la caída en los ingresos y los reducidos costes de la extracción de su crudo le permite resistir, o incluso, eliminar potenciales competidores. Pese a que haya podido perder ingresos, ha ganado cuota de mercado. No obstante, la petromonarquía por antomasia también habrá de apretarse el cinturón. Su modelo rentista está menos en cuestión que algunas de las inversiones extranjeras en el país. El proyecto del metro de Riad, en el que participan empresas españolas, es uno de los que, previsiblemente sufrirá retrasos, pero todo eso serán problemas menores.

Irán: El régimen de los ayatolás ha empezado ya a beneficiarse del levantamiento de las sanciones que pesaba sobre él tras el acuerdo nuclear. Por mucho que el crudo ahora se cotice muy barato, la posición de Teherán no dejará de mejorar con respecto a su situación anterior, en la que estaba totalmente excluida del mercado.

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