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Obama reafirma su política: «Somos la nación más poderosa del mundo»

Justifica en el discurso del Debate de la Unión su estrategia antiterrorista de perfil bajo al asegurar que «hablar de guerra alimenta la propaganda» de Daesh

MANUEL ERICE

El Congreso en pleno con sus dos cámaras, el Senado y la de Representantes. El que reúne una vez al año a los tres poderes, al cuerpo diplomático y a una destacada representación de la sociedad civil. La engalanada sede del legislativo norteamericano fue testigo ayer del último discurso del presidente Obama en el Debate de la Unión , el tradicional momento en el que se visualiza el respaldo institucional al jefe del Estado. Y así volvió a ser ayer, antes de que el presidente de Estados Unidos iniciara su alocución, que no fue su más larga ni su más corta en siete años, con una hora exacta. En un tono elevado y confiado, Obama defendió el grueso de su política, pero también asumió errores. Por primera vez, el inquilino de la Casa Blanca desmenuzó su estrategia en política exterior y contra el terrorismo yihadista, para reafimarse en que «Estados Unidos sigue siendo la nación más poderosa del mundo» . En un repaso retrospectivo de todo su mandato, resaltó también la salida de la crisis económica y la creación de empleo como uno de sus grandes logros. Así como los notables avances en cobertura social y sanitaria y en materia educativa. Pero también eligió su despedida formal del estrado del Congreso para asumir uno de sus errores: no haber sido capaz de acercar a ambos partidos, demócrata y republicano, cuya relación «está peor que antes». Aunque lanzando un reproche añadido: «No puedo cambiarlo solo».

Lo que había rehuido Obama en los peores momentos de tensión tras los ataques de París y San Bernardino , ante una sociedad tensionada y que mayoritariamente le ha dado la espalda en materia de lucha contra el terrorismo, lo vino a hacer en el Debate de la Unión. El presidente desplegó su mayor convicción cuando resaltó que Estados Unidos no ha perdido su potencial: «Gastamos más en defensa que los ocho países siguientes juntos» . Y también cuando explicó el porqué de su perfil bajo al referirse a Daesh. Aunque no le tembló el pulso para llamarles «lo que son, asesinos y fanáticos, que deben ser perseguidos y derrotados», aseguró que «hay que mantener la perspectiva, porque no son una amenaza para nuestra existencia». En su argumentación, siempre en torno a la advertencia de que «si venís a por los estadounidenses, nosotros iremos a por vosotros, y tenemos memoria y alcance sin límites», reafirmó su convicción de que «hablar de guerra lo único que hace es favorecer la propaganda de ISIS» . Aunque en ningún momento Obama hizo balance de cómo marchan las operaciones militares iniciadas hace algo más de un año, todavía de resultado incierto.

Por extensión, continuó su firme defensa de la política exterior saliendo al paso de las críticas que recibe por su aparente debilidad frente a Rusia, tanto en Siria como en Ucrania. Y se refirió al presidente Putin, sin nombrarlo, para afirmar que «lo que venden es humo, pura retórica, para aparentar que son más fuertes que nosotros; pero son más débiles».

No desaprovechó Obama la oportunidad de su último discurso para lanzar tres reclamaciones frente al bloqueo que mantiene hoy la mayoría republicana: el apoyo a una declaración del Congreso que respalde la guerra que se lleva a cabo contra Daesh en Siria e Irak, el cierre de la polémica prisión de Guantánamo y que se levante el embargo a Cuba . Asuntos por los que el presidente seguirá dando la batalla en el año completo de mandato que le resta.

Su discurso se centró también en política doméstica, en la que repasó algunos logros como la recuperación económica, donde destacó la creación de 14,1 millones de empleos en siete años. Pensando en todo momento en el futuro, «no en el próximo año, sino en los próximos cinco o diez años», y con las miras puestas en que su partido, el Demócrata, dé continuidad al «cambio» que ha venido realizando, hizo hincapié en «la protección de la clase media y los pequeños negocios». También aludió al logro de la extensión de la cobertura sanitaria a 18 millones de norteamericanos (el denominado Obamacare). Y advirtió que aún queda mucho por hacer al referirse a «la reforma migratoria, el control de las armas y el salario minimo».

El presidente dedicó un apartado a la ciencia y la tecnología, y lanzó un reto dedicado a la investigación del cáncer . Poniendo como ejemplo el momento histórico en que Estados Unidos impulsó e hizo posible la llegada del hombre a la Luna, dijo ambicionar otro gran logro como «la curación del cáncer». Para ello, encomendó públicamente al vicepresidente Joe Biden la puesta en marcha de un proyecto que permita avanzar con velocidad.

El presidente Obama de los mejores momentos, el de la brillante oratoria que le define, despidió su último Debate de la Unión con una llamada a los norteamericanos, porque, como dijo en su primera intervención en el año 2009, «creo en vosotros» .

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