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El nuevo presidente saharaui asegura que no habrá cambios en la estrategia de lucha

Jatri Adduh será el mandatario interino hasta que se celebre el congreso que elegirá al próximo líder saharaui

El nuevo presidente interino saharaui, Jatri Adduh, EFE

EFE

La muerte del histórico líder saharaui , Mohamad Abdelaziz, no supondrá cambio alguno en la actual estrategia política, que seguirá ligada al diálogo y a la exigencia de que se cumpla la legalidad, ha afirmado este jueves el nuevo presidente saharaui, Jatri Adduh.

En una entrevista concedida a Efe, el mandatario interino se descartó a sí mismo como sucesor permanente del fallecido presidente e insistió en que la expulsión por parte de Marruecos de parte de su personal en la misión de la ONU (MINURSO) constituye en realidad una oportunidad para desbloquear el conflicto.

«Verdaderamente es una gran tragedia la muerte de este hombre que nos ha acompañado, que nos ha liderado durante estos cuarenta años. No obstante, el pueblo saharaui está más que nunca decidido a transformar la tragedia en un estimulante para seguir la lucha, para seguir el combate, la resistencia hasta lograr los objetivos», afirmó.

« Más que nunca hoy el pueblo saharaui está unido , consensuado de seguir luchando. Más que nunca la dirección política del pueblo saharaui está unida, estrechando los lazos, trabajando codo con codo para salir de esta situación difícil y seguir la lucha», agregó.

A este respecto, Adduh que ha asumido las riendas de la República Árabe Democrática Saharaui (RASD) y del Frente Polisario de forma interina en su calidad de presidente del Parlamento nacional, afirmó que si se producen cambios será únicamente en la velocidad del actual proceso.

«En cuanto a la estrategia no, es una estrategia de lucha que va a tener que seguir . Si algún cambio podría sugerirse sería en el ritmo de la manera y de los métodos en busca de la autodeterminación y la independencia», afirmó.

Momento político crítico

La perdida de Abdelaziz se ha producido en un momento político crítico, agudizado por la decisión adoptada por Marruecos de expulsar a 73 miembros civiles de la MINURSO , la misión de la ONU que desde 1991 vigila el alto el fuego y prepara el referéndum de autodeterminación que obstaculiza Rabat.

«El problema de la MINURSO no es ya un problema propiamente saharaui, es problema de la comunidad internacional , de la ONU, del propio Consejo de Seguridad, ya que fue quien tomó la decisión de formarla», advirtió.

«Le corresponde al Consejo de Seguridad exigir que vuelva la MINURSO con todo su potencial militar, político, administrativo y civil, para que por consiguiente pueda seguir cumpliendo sus funciones, sus tareas. Es una oportunidad para recordar al Consejo su responsabilidad y para presionar a Marruecos», subrayó.

Al hilo de este argumento, Adduh advirtió de que si el 30 de julio, fecha límite para que Marruecos acepte el retorno, el citado cuerpo no regresa «le corresponde al Consejo de Seguridad tomar las decisiones».

«La MINURSO no es un objetivo, es una herramienta para que se cumplan las resoluciones de la ONU. Su finalidad debe ser la organización del referéndum y por eso no solo exigimos que vuelva, sino que se cumpla la misión y determine una fecha para organizar» la consulta, resaltó.

Inseguridad en el Magreb

«Es de suma peligrosidad el riesgo de seguir manteniendo este status quo mientras prevalece en nuestro entorno una situación de inestabilidad, de inseguridad, que si finalmente se le añade la desesperación total de los saharauis y la frustración, conlleva riesgos incalculables para la zona», agregó.

«Y en ese sentido es peligrosísimo pensar que en cualquier momento se puede hablar de escenarios de generalización de guerra en toda la zona magrebí, avisó.

Una advertencia que Adduh trasladó «a las potencias responsables internacionales de la seguridad mundial (que) deben tener en consideración que la estabilidad que Marruecos trata de vender actualmente es gracias a la paciencia y la cooperación de los saharauis».

Afincado en la localidad de El Aiún hasta la invasión marroquí de 1975, el político, que este verano cumplirá 61 años, se descartó de la carrera por suceder a Abdelaziz, quien dirigió los destinos de su pueblo durante 35 años.

Según los estatutos nacionales, pasados los 40 días de luto por la muerte del presidente, se celebrará un congreso en el que se elegirá al próximo líder saharaui de entre un puñado de candidatos, hasta la fecha desconocidos.

«Los estatutos no me excluyen, es que yo no tengo la mínima intención de presentarme como presidente en el próximo congreso» que se celebrará a principios de julio en los campamentos de refugiados, concluyó.

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