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Maduro reprime la marcha masiva en apoyo a los nuevos jueces del Supremo

El violinista Wuilly Arteaga, herido de un perdigonazo durante las movilizaciones en Caracas

El violinista Wuilly Arteaga, herido tras recibir un perdigonazo durante la movilización de este sábado Reuters

Ludmila Vinogradoff

Miles de venezolanos respaldaron este sábado en las calles el nombramiento por la Asamblea Nacional de 33 nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en lo que supone un nuevo desafío al régimen, que amenaza con encarcelar a los recién designados si persisten en su propósito de reemplazar a los nombrados por el chavismo.

La marcha hacia el Supremo se enmarca en la campaña de la «hora cero» , activada tras la consulta popular del pasado domingo, en la que 7,6 millones de venezolanos votaron contra el proyecto de la Asamblea Constituyente comunal impulsada por el presidente, Nicolás Maduro. El ex presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup , afirmó que apenas 203.000 chavistas acudieron al simulacro del comicio de la constituyente de Maduro, celebrado el domingo pasado, y que el alcalde chavista Jorge Rodríguez, jefe del comando oficialista, aseguró que habían participado «millones de millones» de seguidores del régimen de Maduro.

Una vez más, sin embargo, las movilizaciones contra el Gobierno se toparon con la represión violenta de las fuerzas del régimen . La manifestación convocada por la oposición arrancó desde seis puntos de Caracas, pero no pudieron ir muy lejos, ya que fue frustrada por los cuerpos de seguridad. El edificio del Tribunal, situado a pocas manzanas del Palacio de Miraflores, sede de la Presidencia de la República, fue acordonado con tanquetas de la Guardia Nacional y la Policía.

Funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) trataron de frenar a los manifestantes en Bello Campo, donde trataban de avanzar hacia el Supremo. En los incidentes en ese punto resultó herido en el rostro el joven violinista Wuilly Arteaga , que se ha hecho célebre por tocar su intrumento durante las protestas frente a los agentes policiales.

El pasado 25 de mayo, la Guardia Nacional le rompió el violín, pero eso no le detuvo y desde entonces toca con uno nuevo. Ayer recibió un perdigonazo en la cara mientras tocaba en la marcha hacia el TSJ.

El diputado opositor Richard Blanco , del partido Alianza Bravo Pueblo, aseguró que «la “hora cero” comenzó hace tiempo, vienen tiempos de lucha, el pueblo no se rinde seguimos en la calle junto a los venezolanos que están obstinados». Estas protestas «son por los caídos, que hoy dicen desde del cielo “falta poco Venezuela”», apuntó. Según Blanco, los diputados siguen dando «justo valor» a la Constitución y se necesita salir de «esta desgraciada que ha significado sobrevivir con este régimen», por lo que advirtió de que no se retrocederá «ni un milímetro». «Hoy vamos al TSJ con el pueblo que pidió calle y más calle, y no lo abandonaremos, porque se trata del rescate de un país que es de todos los venezolanos que queremos un cambio», remachó.

Los magistrados de Maduro se niegan a apartarse

Los jueces a los que el Parlamento ya no reconoce se niegan a dejar su puesto y han pedido «medidas de coerción» contra el Parlamento por lo que consideran una «usurpación de funciones». El diputado Allup , de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), replicó poco antes del comienzo de la manifestación de ayer: «Yan han salido, ellos mismos que merecen ser procesados porque son una banda de delincuentes, de ladrones y de corrompidos, a amenazar a los nuevos jueces con juicios militares».

Entre tanto, nuevas dificultades se añadieron ayer a las penurias que sufren los venezolanos día a día. Los mercadillos ambulantes de alimentos frescos no abrieron este sábado en Caracas, ya que los productores agrícolas y transportistas andinos decidieron parar el suministro de sus productos a la capital venezolana en protesta contra la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), de la que se sienten víctimas por su acoso y robo.

En las redes sociales circuló la información de que los mercados no abrieron para protestar contra el acoso. «Hemos perdido nuestros productos, dinero y camiones porque la GNB nos obliga a pagarle coimas o comisiones para dejarnos pasar en la carretera», comentaba a ABC uno de los productores andinos que pidió el anonimato para evitar represalias.

En caso de que se nieguen a pagar la «matraca» , como llaman al soborno, entonces la GNB (policía militarizada) que resguarda la frontera avisa al próximo puesto para impedir el tránsito del camión de verduras. Y si continúa negándose a colaborar con la corrupción, entonces un grupo de «colectivos» afectos al régimen aparecen de la nada en medio de la carretera y atacan a los productores saqueando el camión para después incendiarlo.

Los productores andinos que cultivan las hortalizas y frutas en los estados fronterizos Táchira y Mérida son los que han mitigado la hambruna de los venezolanos. Sus productos se venden a mitad de precio de los supermercados y todos van a comprar en los camiones de los «gochos», como llaman a los andinos.

Cuatro muertos en la huelga

Uno de estos mercadillos se instaló en La Fuente de El Paraíso, al oeste de Caracas, durante la huelga general del pasado jueves, que había convocado la opositora Mesa de la Unidad Democrática, y la GNB arremetió contra ellos destruyendo sus toldos, los productos y se apropió del dinero de su venta.

El día del paro la represión de la GNB y de la policía bolivariana dejó cuatro personas muertas en diferentes estados.

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