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Los líderes del G-7 debaten hoy en Taormina sobre terrorismo y la tragedia de la inmigración

La cumbre en Sicilia, con extraordinarias medidas de seguridad, dará un mensaje fuerte de unidad contra el yihadismo

Un soldado italiano monta guardia en la playa de Giardini Naxos, días antes de la cumbre G-7 EFE

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

Terrorismo e inmigración serán los temas fundamentales en la agenda de los siete líderes más poderosos del mundo, que se reúnen hoy y mañana en Taormina (Sicilia), una ciudad blindada desde hace días. El despliegue policial para proteger la cumbre del G-7 va más allá de lo imaginable: En un municipio que cuenta con 11.000 habitantes, están operando más de 7.000 miembros de las fuerzas del orden, entre ellos 3.000 militares.

Muy lejos queda el sueño inicial de los países económicamente más fuertes que crearon en 1973 el Grupo de los siete (G-7): Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia , que representan el 63 % de la riqueza global. Su objetivo era formar el embrión de un gobierno mundial y afrontar las crisis internacionales más peligrosas. A partir del 1997 el G-7 se transformó en G8 con la incorporación de Rusia, que fue excluida en el 2014 tras la crisis en Crimea y Ucrania. Los grandes objetivos iniciales del G-7 se han difuminado, en buena medida porque el mundo ha visto una gran transformación, con nuevos protagonistas como China, India o Brasil, lo que ha limitado la fórmula del G-7, hasta el punto de tener que crearse el G-20, en un intento por afrontar con más eficacia los problemas globales.

Los riesgos de una Europa dividida

Cabe subrayar que cuatro de los siete jefes de Estado o de gobierno que participan en esta 43ª edición del G-7 pertenecen a países europeos, con evidentes divisiones entre ellos, lo que les hace cada vez más marginales en la toma de decisiones a nivel global. A este respecto, el ex primer ministro italiano y expresidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, que asistió a 10 cumbres del G-7, ha señalado: «Ninguno de los cuatro países europeos presentes, ni siquiera la gran Alemania, podrá ser clasificado, dentro de poco más de un decenio, entre las primeras siete naciones del mundo, ni en términos de población ni de renta».

De todas formas, Taormina, considerada la perla del Mediterráneo, situada en una terraza natural con vistas al mar y célebre por su teatro griego, concentrará durante dos días las miradas de todo el mundo porque en esta cumbre participarán por primera vez cuatro de los siete líderes del G7: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump ; la primera ministra británica, Teresa May ; el presidente de Francia, Emmanuel Macron , y el primer ministro italiano, el anfitrión Paolo Gentiloni .

Unidad contra el terrorismo

La cumbre que se abre esta mañana en Taormina ofrece una ocasión ideal para abordar dos temas fundamentales: En primer lugar, la lucha contra el terrorismo, un punto sobre el que hay sintonía total, asunto central en la agenda del G-7 tras el atentado de Manchester . Los siete grandes quieren transmitir un mensaje fuerte de unidad contra el terrorismo. En segundo lugar, el debate se centrará también en los flujos migratorios de masas , un desafío para toda la comunidad internacional, y en particular para Europa, un problema que los siete grandes podrán observar con sus propios ojos, pues en las aguas del Mediterráneo se vive diariamente el drama de un éxodo masivo que parte en viejas pateras y en condiciones desesperadas desde Libia. Italia, que pedirá ayuda concreta para su lucha contra los desembarcos masivos en sus costas, pretende que de esta cumbre surja la visión del problema de la inmigración como un desafío global. El gobierno italiano considera que la inmigración procedente de África es una bomba de relojería a largo plazo .

Ocasión para observar al imprevisible Trump

Otra cuestión muy importante será la del clima, dada la posición polémica adoptada por el presidente Trump, que desea revisar las políticas energéticas de su antecesor Obama, llevando a la sordina los acuerdos de París, con el argumento de que son muy costosos para Estados Unidos. Obviamente, el nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, intentará que no haya rebajas en los acuerdos de París. En cualquier caso, Taormina ofrece la gran ocasión de ver por primera vez a Trump en una cumbre del G-7. Cabe imaginar que no deseará hacer su debut dejando la imagen de que el nuevo presidente de Estados Unidos se convierte en el gran contaminador del clima del planeta. El imprevisible Trump preferirá dar preferencia en el debate al terrorismo y al relanzamiento de la economía mundial, destacando la necesidad de activar planes de inversión públicos y privados.

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