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Kevin Kühnert, el nuevo hombre fuerte del SPD alemán

El líder de las juventudes socialdemócratas ha sabido movilizar el voto juvenil en la segunda vuelta de las primeras, demostrando que su tesis rupturista cuenta con apoyo suficiente como para convertirse en línea directriz

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EFE
Rosalía Sánchez

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Sus partidarios lo consideran el Mesías que logrará, después de cuatro legislaturas, echar finalmente de la Cancillería de Berlín a la sempiterna Angela Merkel . Sus detractores creen que es más bien un caballo de Troya que está destruyendo desde dentro el Partido Socialdemócrata alemán (SPD). Lo cierto es que todos ellos están de acuerdo en que de las primarias que acaba de celebrar la formación política surge solamente un hombre fuerte, Kevin Kühnert , el jefe de los Jusos, las juventudes socialdemócratas, que bajo su liderazgo han adquirido un carácter subversivo cuyas grandes batallas, al menos por ahora, las libran contra las propias filas.

Tras la dimisión de Andrea Nahles, a la que Kühnert y los suyos pusieron contra las cuerdas durante la última negociación para formar la gran coalición, la esperanza mayoritaria de los militantes socialdemócratas era, al inicio de las primarias, que el próximo presidente del partido y seguramente candidato a la Cancillería fuese Olaf Scholz , ahora ministro de Finanzas, un hombre con visión de Estado, experiencia de gobierno y conocedor a fondo de la política europea. Así quedó reflejado en la primera vuelta, que tuvo lugar en octubre y en la que Schoz resultó el candidato más votado con el 22,7%. Kühner ha sabido, sin embargo, movilizar con maestría el voto juvenil en la segunda vuelta y demostrar, además de su capacidad de liderazgo, que su tesis rupturista cuenta con apoyo suficiente como para convertirse en línea directriz.

«Lo que hay que leer en este resultado es que una mayoría del partido ya no quiere la cultura política anterior , que consistía en decir desde arriba esto es lo que hay que hacer, y después esto otro... Eso ya no sucederá más», explica, «hay una gran insatisfacción con la gran coalición y con los acuerdos para protección del clima. Hay que hablar ahora sobre todo esto y sobre del impuesto de sociedades. Del salario mínimo de 12 euros por hora, del gasto público en infraestructuras… de todo esto sí se podrá hablar a partir de ahora. Estamos en un momento en que la patronal de la industria alemana sale junto con la Confederación de Sindicatos Alemanes y dice: Necesitamos una ofensiva de inversión de 450 mil millones de euros en los próximos diez años. Pues bien, la demanda de Saskia Esken y Norbert Walter-Borjans es de 500 mil millones en los próximos diez años. Vamos a empujar en esa dirección y la CDU tendrá que mostrar a dónde va».

Mientras, desde el SPD se multiplican las voces pidiendo prudencia antes de hacer volar por los aires la gran coalición, Merkel se ha mostrado dispuesta a hablar con la nueva directiva del SPD, aunque ha dejado claro que el acuerdo de gobierno no va a volver a negociarse. «Sí, la he escuchado decir que defiende el acuerdo de coalición», sonríe malicioso Kühnert, «ese acuerdo que contiene un punto de tres hermosos párrafos, un pasaje emocionante, que dice que diseñaremos una revisión a medio plazo. Y si las condiciones cambian, entonces también debe haber la oportunidad de establecer nuevos acuerdos. Eso también es parte del documento que defienden la señora Merkel y la señora Kramp-Karrenbauer y la Unión. Me gustaría saber cómo interpretan eso la Unión en los próximos días y las próximas semanas. ¿O fue solo un tranquilizante para que la coalición echase a rodar? De hecho, creo que los párrafos son bastante precisos».

Hijo de funcionarios, abiertamente homosexual, que abandonó los estudios de Comunicación para trabajar en un «callcenter» y sigue matriculado en Políticas en la Universidad a Distacia de Hagen, Kühnert ya demostró su capacidad de hacer oposición interna antes del último congreso del SPD, con el hangstag #NoGroKo, que resultó más efectivo que los ingentes esfuerzos editoriales y congresuales de la estructura del secular partido. De momento ha eliminado al equipo de Andrea Nahles y al de Olaf Scholz. Malu Dreyer, miembro del comité directivo provisional desde la dimisión de Nahles, ha anunciado esta misma mañana huye de vuelta a la política regional de Renania-Palatinado.

Y todo ello lo ha logrado Kühnert sin dar el salto a la primera línea. La organización juvenil que dirige tiene 70.000 miembros de entre 14 y 35 años, un banco de votos que se moviliza con particular facilidad a través de redes sociales, pero no está claro que pasará el día en que el liderazgo de Kühnert deba asentarse sobre la base más amplia que forma la militancia del SPD, en la que algunas de sus consignas causan pavor. Kühnert ha defendido, por ejemplo, la nacionalización de empresas como BMW, alegando que «sin la colectivización, nunca podremos derrotar al capitalismo». Se declara socialista y es partidario de una renta básica universal, de la expropiación de viviendas a los grandes propietarios del sector y de una subida generalizada de los impuestos a las empresas.

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