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La jueza que detuvo a López huyó de Venezuela por miedo a ser asesinada por el Gobierno de Maduro

En una entrevista desde Canadá, Ralenis Tovar confiesa cómo la obligaron a firmar la orden de arresto contra el opositor venezolano

La magistrada Ralenis Tovar, durante su declaración ante la OEA el pasado 16 de octubre
Susana Gaviña

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Casi cuatro meses después de haber huido de Venezuela, la magistrada del área metropolitana de Caracas, Ralenis Tovar, responsable de firmar la orden de detención contra el opositor Leopoldo López, concedió la semana pasada su primera entrevista. Lo hizo desde Canadá, país en el que se refugió, acompañada por su familia (su hija de 13 años y su marido), y pidió asilo.

Según la entrevista concedida a «The Globe and Mail» , Tovar decidió dejar su país semanas después de que fuera asesinado el magistrado Nelson Moncada , que ratificó la condena de 13 años y nueve meses de prisión contra el opositor venezolano. «Él, como yo, estaba involucrado en el caso de Leopoldo López. Sentí que podría ser el gobierno quien, de una manera u otra, estaba intentando deshacerse de la gente que había estado involucrada en ese caso» , confiesa.

Moncada, de 37 años, fue asesinado a tiros a finales de mayo , en el sector de El Paraíso, en el oeste de Caracas, coincidiendo con las protestas que provocaron más de un centenar de muertos. Según la versión de la fiscalía venezolana, Moncada fue interceptado el pasado 31 de mayo «por varias personas que se encontraban en una barricada». El juez «intentó huir, por lo que le dispararon y lo despjaron de sus pertenencias», explicaba el comunicado emitido entonces por la fiscalía. El Ministerio Público se comprometió en ese momento a realizar una investigación para «determinar las responsabilidades penales correspondientes».

Entre las vías de investigación, el ministro del Interior, Justicia y Paz de Venezuela, Néstor Reverol, no descartó la posibilidad de que Moncada fuese ejecutado «por sicarios contratados por la derecha terrorista para seguir creando y sembrando terror». La fiscalía incluyó a Moncada entre los muertos, víctimas de las protestas. Una versión que difiere mucho de la que plantea ahora la magistrada exiliada en Canadá.

Tovar, que actualmente vive en un hotel en Toronto a la espera de mudarse a un apartamento y de que el Gobierno canadiense le conceda asilo, se refiere en la entrevista a la pérdida de independencia de la justicia en Venezuela a partir de 2009, durante el Gobierno de Hugo Chávez, pero también incide en que esta se agrabó en 2013, cuando Nicolás Maduro asumió el poder.

«Empezaron emitiendo órdenes de arresto o presentando cargos contra gente que no tenían nada que ver con el crimen, que eran solo actores políticos», señala.

Silenciar a Leopoldo López

A continuación se refiere a los hechos que precedieron a firmar la orden de detención contra Leopoldo López, y lo que sintió cuando se la pusieron delante. «Me quedé petrificada porque internamente sabía lo que significaba esa orden: silenciar a un líder político que suponía un obstáculo para el presidente Maduro », afirma.

Tras numerosas presiones y aterradoras amenazas, Tovar firmó. Fue el principio de una época de su vida en la que, relata, pasó miedo pues le pincharon el teléfono, la siguieron e, incluso, temió por la seguridad de su hija, ante la posibilidad de ser secuestrada. La magistrada reconoce que durante ese periodo fue obligada a firmar otras órdenes de detención. En Julio de 2015 dimitió de su cargo y abrió su propio despacho, pero con poco éxito. Entonces empezó a pensar en la posiblidad de buscar asilo en Canadá, algo que se activó tras el asesinato de Moncada.

Las declaraciones realizadas en esta entrevista coinciden con la denuncia que ya realizó Tovar el pasado mes de octubre, vía Skyke, ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) . En ella, reconoció haber firmado la orden de arresto contra López «por miedo a salir presa» y al sentirse «amedrentada». También ratificó que la justicia en Venezuela «se ha convertido en un poder totalmente complaciente a los caprichos del Ejecutivo Nacional».

Casi un mes y medio después de la salida de Tovar de Venezuela, escaparon también del país varios magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, nombrados por la Asamblea Nacional elegida democráticamente el 6 de diciembre de 2015, ante la amenaza de detención por parte del Gobierno de Maduro, que había decidido nombrar a nuevos jueces del Supremo. Unos días después, la fiscal general del Estado, Luis Ortega, se sumaba al éxodo judicial, junto a su marido, tras haber criticado severamente algunas de las decisiones tomadas por el Gobierno de Nicolás Maduro. Actualmente vive refugiada en Colombia.

La última fuga tuvo lugar la semana pasada, esta vinculada con las víctimas del viciado sistema judicial venezolano: los presos políticos. Lograba escapar de su arresto domiciliario, en Caracas, el opositor Antonio Ledezma , que decidió huir ante el temor de ser asesinado. El sábado pasado aterrizaba en España, donde confiesa, por fin, «sentirse libre».

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