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Kim Jong-un eleva el tono y llama «viejo chocho» a Donald Trump

Corea del Norte apunta al Pacífico para su próximo ensayo nuclear

El dictador norcoreano responde al mote de «Hombre Cohete» que le ha dado el presidente de EE.UU.

El dictador norcoreano Kim Jong-un ha atacado duramente a Donald Trump REUTERS
Pablo M. Díez

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Con dos personajes tan singulares como Donald Trump y Kim Jong-un , la sempiterna tensión militar entre Estados Unidos y Corea del Norte está alcanzando extremos esperpénticos. Después de que el inquilino de la Casa Blanca se subiera a la tribuna de la ONU el martes para llamarle «hombre cohete» en una «misión suicida» , el joven dictador norcoreano ha respondido este viernes a su «excéntrico discurso» con otro insulto personal. «Domesticaré definitivamente con fuego al viejo chocho americano» , le menospreció Kim Jong-un en un discurso difundido por la agencia estatal de noticias KCNA.

El régimen estalinista de Pyongyang suele prodigarse en todo tipo de insultos y advertencias contra EE.UU., pero sorprende esta dura afrenta. Aunque la propaganda oficial ha usado dicha expresión para referirse a los políticos surcoreanos en otras ocasiones, resulta extraña oírla en boca de Kim Jong-un. Una interpelación directa que revela su enfado por el mote que ya le ha puesto Trump, «Hombre Cohete», y sugiere un enconamiento personal más allá del ámbito estrictamente profesional de sus «negocios», es decir, sus habituales amenazas.

Con su descaro a contracorriente, al presidente estadounidense no le ha costado contagiarse de la belicosidad norcoreana, dando la impresión a veces de que está incluso más loco que el propio Kim Jong-un. Por eso, no dudó en usar un marco tan poco apropiado como la Asamblea General de las Naciones Unidas , en teoría un foro de encuentro y diálogo, para amenazar con «destruir totalmente a Corea del Norte» si Washington se veía obligado a defender a sus aliados asiáticos, el Sur y Japón.

Ante este contundente aviso, Kim Jong-un le prometió que se lo haría «pagar caro» y se enrocó señalando que «el camino que he escogido es el correcto y lo seguiré hasta el final». Con el fin de blindarse en el poder para disuadir a Washington de un cambio de régimen, continuará adelante hasta dotarse de un misil intercontinental con el que pueda golpear a EE.UU. con una cabeza nuclear. «Sea lo que sea lo que tenga previsto, Trump se encontrará con resultados más allá de sus expectativas» , le advirtió Kim, quien amenazó con «su correspondiente y más alto nivel de duras contramedidas en la historia».

Con cabeza nuclear

Ahondando en sus palabras, el ministro norcoreano de Asuntos Exteriores, Ri Yong-ho , anunció después en Nueva York, donde habla este sábado en la Asamblea General de la ONU, que su país está considerando llevar a cabo una prueba atómica con una bomba de hidrógeno en el océano Pacífico. Según informa la agencia surcoreana de noticias Yonhap, los expertos temen que Pyongyang dispare hacia el norte del Pacífico un misil intercontinental con una pequeña cabeza nuclear. Dicho proyectil podría ser lanzado en los próximos días con motivo del aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadore s, que se conmemora el 10 de octubre .

«Podría tratarse de la más poderosa de las detonaciones de una bomba H en el Pacífico» , advirtió Ri Yong-ho a los medios surcoreanos que acudieron a su hotel, informa Efe. Una posibilidad que ha vuelto a hacer saltar todas las alarmas, como cuando Kim Jong-un amenazó en agosto con lanzar cuatro misiles hacia aguas de la isla estadounidense de Guam , donde el Pentágono tiene una de sus más importantes bases militares en el Pacífico.

«Si el Norte efectúa dicha prueba, se espera que EE.UU. use su fuerza militar y que la comunidad internacional responda de forma contundente debido al riesgo de fugas radiactivas», analizó para la agencia Yonhap Lee Choon-guen, investigador del Instituto de Política Científica y Tecnológica. Como, en su opinión, «sería difícil para el Norte usar esa carta», es más probable que Kim Jong-un vuelva a su plan original de lanzar varios misiles a las aguas de Guam , que finalmente desechó en agosto cuando Trump le amenazó con desatar una tormenta «de furia y fuego» si se atrevía a tanto.

Tras su último ensayo nuclear del pasado día 3, que provocó un potente terremoto y liberó trazas de radiactividad detectadas en Corea del Sur, Pyongyang pretende trasladar ahora sus desafíos militares al Pacífico, escenario de una campaña de operaciones ya avanzada por Kim Jong-un.

Último asalto

Como respuesta a su última prueba atómica, la sexta ya desde 2006, y al constante lanzamiento de misiles al Pacífico, entre ellos dos intercontinentales este verano, la ONU y Estados Unidos han endurecido sus sanciones contra Corea del Norte . Además de impulsar en el Consejo de Seguridad una reducción de un tercio de sus importaciones de petróleo y el veto a sus exportaciones textiles y de mano de obra, Washington pretende asfixiar económicamente al régimen de Kim Jong-un. Con este objetivo, Trump ha firmado una orden ejecutiva que «expande significativamente la autoridad de EE.UU. para perseguir a individuos, compañías e instituciones financieras que financian y facilitan el comercio con Corea del Norte».

Además de medidas financieras para impedir el comercio con el régimen de Pyongyang, la Casa Blanca prohíbe visitar EE.UU. durante 180 días a cualquier barco o avión que haya estado previamente en Corea del Norte. Es el último asalto del combate entre el «Hombre Cohete» Kim y el «Viejo Chocho» Trump.

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