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El Partido Comunista chino encumbra a Xi Jinping al mismo nivel que Mao

En su conclusión, el XIX Congreso consolida el poder del presidente incluyendo su doctrina y su nombre en los estatutos antes de renovar su cúpula

Xi Jinping, entre los expresidentes Hu Jintao y Jiang Zemin EFE

PABLO M. DÍEZ

Con la banda militar tocando “La Internacional” en el anfiteatro del Gran Palacio del Pueblo de Pekín, este martes ha concluido el XIX Congreso del Partido Comunista chino . Un cónclave que ha encumbrado al presidente Xi Jinping al mismo nivel que el “padre de la patria”, Mao Zedong , al incluir en los Estatutos del Partido no solo su doctrina, sino también su nombre. Hasta ahora, este reconocimiento únicamente se le había concedido al “Gran Timonel” y, a título póstumo, al artífice de la apertura al capitalismo, Deng Xiaoping. Por su parte, Jiang Zemin y Hu Jintao, los dos antecesores de Xi, también incorporaron a la Constitución del Partido sus respectivos idearios, pero sin añadir sus nombres . Aprobada por unanimidad de los casi 2.300 delegados del Congreso, como no podía ser de otra manera en este régimen autoritario, dicha resolución consolida el poder absoluto del presidente Xi Jinping de cara a su segundo mandato de cinco años y le confirma como el dirigente más fuerte de China desde Mao.

“El Congreso acuerdo unánimemente definir en los Estatutos el pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas de la nueva era como guía de acción junto con el marxismo-leninismo, el pensamiento de Mao Zedong, la teoría de Deng Xiaoping , el importante pensamiento de la triple representatividad y la concepción científica”, reza la declaración con la intrincada palabrería de la propaganda comunista. En concreto, el “pensamiento de Xi Jinping” consiste en “el rejuvenecimiento de la gran nación china”, el mensaje que el presidente ha acuñado en su primer mandato para ilusionar a la sociedad con un futuro lleno de optimismo y, sobre todo, confianza.

Entre sus objetivos, destacan la modernización y progreso social fijados para los dos próximos centenarios importantes que celebrará China, el del Partido en 2021 y el de la fundación de la República Popular en 2049. Con ambas fechas en el horizonte, Xi Jinping se ha propuesto construir “una sociedad modestamente acomodada” entre 2020 y 2035 y un “moderno país socialista” que sea “próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado, armonioso y bello” entre 2035 y 2050. Para ello, el principal reto consistirá en hacer frente “a la contradicción entre un desarrollo desequilibrado e inadecuado y las necesidades siempre crecientes del pueblo por una vida mejor”.

Prometiendo amplias mejoras sociales “para mejorar la calidad y efectos del desarrollo”, Xi Jinping ha diseñado una hoja de ruta basada en 14 puntos , que van desde profundizar en las reformas hasta mejorar las condiciones de vida pasando por mantener el principio de “un país, dos sistemas” con las antiguas colonias de Hong Kong y Macao y promover la “reunificación nacional” con Taiwán, la isla que permanece separada del régimen desde el final de la guerra civil en 1949. “Deberíamos crecer mejor para asegurar y mejorar el bienestar de la gente, así como fortalecer y desarrollar nuevos métodos de gobierno social”, propone la resolución. Para ello, el Partido aboga por “fomentar la educación, mejorar la calidad del empleo, subir los salarios, fortalecer la seguridad social, ganar la batalla contra la pobreza y salvaguardar la seguridad nacional”.

A pesar de estas medidas sociales, en la resolución no hay ninguna mención a una cierta apertura política ni a la mejora de los derechos humanos, como denuncian los grupos que defienden a los disidentes y agraviados por los abusos e injusticias del régimen. Más bien al contrario, la represión, la censura y el control de internet se han agravado bajo el mandato de Xi Jinping, que ha redoblado la mano dura contra todo aquel que desafíe su poder absoluto.

Junto a la reforma de los Estatutos del Partido, el Congreso aprobó los informes presentados por el Comité Central saliente y por la Comisión Central de Control Disciplinario, que ha hecho de la corrupción un arma política para eliminar a los rivales internos de Xi Jinping.

Tras la clausura del XIX y la elección de su Comité Central, este miércoles se designa a su Politburó y se presenta el nuevo Comité Permanente, el órgano de máximo poder del régimen chino. En teoría, deberían renovarse cinco de sus siete miembros, todos menos el presidente Xi Jinping y su primer ministro, Li Keqiang. Y, en teoría también, entre ellos deberían figurar sus sucesores a partir de 2022. Pero el poder que ha acumulado Xi Jinping es tal que podría prolongar su mandato, o permanecer como hombre fuerte en la sombra, para perpetuarse como el nuevo Mao del siglo XXI.

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