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La incertidumbre, el escenario postelectoral en Venezuela

Según un sondeo de la empresa Datanálisis, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la plataforma formada por partidos políticos opositores, obtendría un 55,6% de los votos frente al 36,8% del oficialismo

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro REUTERS

SILVIA NIETO

Las elecciones legislativas de este domingo en Venezuela pueden marcar el inicio de un cambio histórico en el país americano: de cumplirse lo que pronostican las encuestas, la oposición se alzará con la victoria y terminará con 16 años de dominio chavista en la Asamblea Nacional. Según un sondeo de la empresa Datanalisis, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtendría un 55,6% de los votos frente al 36,8% del oficialismo . Esa plataforma, creada en enero de 2008 y compuesta por una amalgama de partidos de distinto signo político pero que comparten su rechazo al sistema actual, nació con el propósito de «consolidar una mayoría capaz de producir el cambio político». Su objetivo está más cerca que nunca, aunque marcado por la incertidumbre. Este lunes, el presidente bolivariano, Nicolás Maduro, acusó a los opositores de urdir un «golpe contrarrevolucionario» tras los comicios. Un acto al que respondería estableciendo una «unión cívico militar».

«Es una medida anticonstitucional. Un Gobierno de ese tipo no está contemplado en la Constitución bolivariana», sentencia Carlos Malamud. Para el analista del laboratorio de ideas Real Instituto Elcano, el objetivo del presidente venezolano consiste en «movilizar a los suyos con el argumento de que el triunfo de la oposición supondría la pérdida de las conquistas de los años del chavismo ». Una herencia que reivindica mediante el recuerdo del fallecido Hugo Chávez, muy presente en la propaganda electoral —y sobre el que Diosdado Cabello, el actual presidente del Parlamento, afirmó: «Estamos obligados a nombrar a Chávez mañana, tarde y noche»— y también a través de las llamadas «misiones», las ayudas sociales que se reparten entre la población. En junio, Maduro declaró que, en caso de victoria electoral, la MUD las retiraría. Un discurso en el que también indicó que esa situación «desataría un proceso de confrontación social en la calle». «El argumento es que, si pierde el Gobierno, habrá una situación de extrema violencia en la que lo van a pasar mal», añade el especialista.

Violencia y cambio

El asesinato a tiros del político opositor Luis Manuel Díaz durante un acto electoral en Altagracia de Orituco, una ciudad del norte de Venezuela, acentuó el temor a la irrupción de la violencia en la campaña. El ministro del Interior bolivariano, Gustavo González López, descartó las motivaciones políticas para este crimen, aunque la sombra de los «colectivos», afines al Gobierno, sobrevuela el caso. La Organización de Estados Americanos (OEA) lanzó la acusación a finales de noviembre. Luis Almagro, su presidente, exigió entonces el desarme de estos grupos civiles armados. «Tienen distinta naturaleza. Algunos están muy ideologizados y son de extrema izquierda , y otros están más vinculados a la delincuencia común», señala Malamud. «Atacan a los opositores porque ven que un cambio de régimen puede suponer el final de su modo de vida», añade. La inseguridad es un problema estructural en el país americano: un total de 24.980 personas perdieron la vida de muerte violenta en Venezuela a lo largo de 2014, según datos del Observatorio Venezolano de la Violencia.

Lo cierto es que los escenarios postelectorales están en el aire. Todo depende de lo que suceda en la Asamblea Nacional. Creada en el año 2000, durante la presidencia de Hugo Chávez, su aparición supuso el final del sistema bicameral y la aparición del actual, unicameral. Este órgano legislador cuenta con 167 escaños y siempre ha estado formado por una mayoría de diputados chavistas. « Una cosa es la mayoría simple y otra la cualificada , y en la cualificada hay distintos grados, con más o menos control sobre el Ejecutivo», explica Malamud al respecto. Lo más probable es que la oposición obtenga una mayoría simple —la mitad más uno de los asientos—, y obtenga así la capacidad de designar a la junta directiva de la cámara —actualmente presidida por Diosdado Cabello, miembro del bolivariano Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)— o a los magistrados del Tribunal Supremo. En cualquier caso, una victoria de la oposición tendría consecuencias inmediatas para el país y la cúpula de poder que ahora mismo lo gobierna. « Su futuro político no es demasiado brillante », comenta el analista del Real Instituto Elcano sobre Nicolás Maduro, en caso de que la MUD logre la victoria en las urnas.

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