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El hijo «reformista» de Gadafi se perfila como candidato en las improbables elecciones en Libia

Saif al Islam, tras pasar seis años en prisión, se encuentra en paradero desconocido en este momento

Saif al Islam,, cuando estuvo preso REUTERS
Alicia Alamillos

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Tras la revolución que provocó la caída del sátrapa Muamar Gadafi en Libia y que seis años después ha dejado un estado fallido presa de las luchas de poder entre gobiernos enfrentados, milicias, señores de la guerra y tribus, el hijo «reformista» de Gadafi, Saif al Islam, se perfila ahora como candidato «para salvar el país» en las elecciones generales proyectadas para 2018.

El segundo hijo de Gadafi, de 45 años y que antes de la revolución ya se apuntaba extraoficialmente como heredero a gobernar el país, ha sido anunciado como candidato a las elecciones en rueda de prensa en Túnez organizada por el Frente Popular de Liberación Libio (PFLL, en inglés), partido de afines al antiguo régimen de Gadafi. Según el plan de campaña, la candidatura de Saif al Islam se centrará en «salvar Libia» y establecer «paz y estabilidad» con un programa «de reformas» centrado en la reconstrucción del país.

Saif al Islam «podrá avanzar en la reconciliación nacional, y extenderá puentes de comunicación basados en el respeto mutuo y la soberanía nacional», apunta a ABC en conversación telefónica quien actúa como su portavoz, Ayman Aburás. «Al postularse para la presidencia, Saif al Islam Gadafi no busca el poder, sino el rescate del país», ha añadido.

«Al postularse para la presidencia, Saif al Islam Gadafi no busca el poder, sino el rescate del país»

Pese a este resurgimiento político de Saif al Islam, el hijo de Gadafi permanece en paradero desconocido desde junio de 2017 , cuando fue liberado tras seis años de reclusión en una cárcel de la ciudad libia de Zintan gracias a una amnistía prometida por el parlamento de Tobruk (este). Los milicianos liberaron a Saif al Islam pese a la sentencia de muerte contra él ordenada por un tribunal local en Trípoli en 2015 por sus presuntos crímenes de guerra, en un juicio sin embargo muy criticado por las organizaciones internacionales ante la falta de garantías legales.

Aburás ha desmentido los rumores de un presunto exilio de Saif al Islam en Túnez y ha afirmado que el candidato permanece en Libia «en un lugar seguro», y que se presentará en público «próximamente».

Sin marco constitucional

Con tres Gobiernos y una miríada de milicias, tribus, mafias criminales y grupos terroristas, Libia se mantiene en un estancamiento político que ha acelerado las peticiones de unas elecciones presidenciales-legislativas a finales de 2018 que nacen sin embargo casi terminales: sin un marco constitucional, sin una ley electoral acordada, sin seguridad para la campaña electoral ni garantías legales. «La actitud de la ONU de negociar hasta la extenuación no está funcionando, por lo que no hay otra alternativa que las elecciones. Hay muchos peligros, pero pueden cambiar algo (el atasco político)», apunta a este diario el analista Karim Mezran, investigador del Atlantic Council.

Así, la candidatura de Saif al Islam «es posible que aglutine a los partidarios del antiguo régimen», cada vez más nostálgicos pero también divididos, apunta Mezran.

Pese a las promesas del Alto Comité Nacional para las Elecciones, que ha sostenido que cualquier nacional libio podría presentarse -incluido Saif al Islam-, su candidatura se verá en entredicho por la orden de arresto del Tribunal Penal Internacional de la Haya (TPI) contra él por crímenes contra la humanidad cometidos durante la revolución libia. El segundo hijo Gadafi habría ordenado el asesinato de cientos de manifestantes contra el régimen de su padre, del que fue principal portavoz durante el levantamiento, advirtiendo de la debacle del país si triunfaba la revuelta. El abogado de la familia Gadafi, Jalid Al-Zaidi, ha desestimado en numerosas ocasiones esta orden de arresto contra él, señalando que Libia no forma parte del TPI ni ha firmado el Estatuto de Roma.

«Es muy difícil hablar de aspectos legales en el contexto actual libio. En teoría, no debería ser capaz de presentarse, pero será la ley electoral la que decida y lo más probable es que las autoridades libias le permitan participar y, en el caso de que gane, ascender hasta la presidencia», concluye Mezran.

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