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Chemnitz

La Policía alemana detiene a tres personas por su supuesta participación en una trama terrorista

Los agentes han confirmado la presencia de restos de explosivos y han emitido una orden de busca contra el asilado sirio Albakr Jaber

Contingente policial por una amenaza de bomba en el este de Alemania EFE

ROSALÍA SÁNCHEZ

La estación de ferrocarril de Chemnitz, en el este de Alemania, permanecía cerrada anoche. Un robot del cuerpo de artificieros exploraba dos maletas pertenecientes a dos detenidos en la misma estación y un tercer arrestado había sido localizado en el centro de la ciudad. Varios agentes de policía vigilaban los accesos a la estación a la espera de un fugitivo, Jaber Albakr, un joven de origen sirio de 22 años sospechoso de estar organizando un inminente atentado terrorista en suelo alemán y que se había dado a la fuga.

En la vivienda de Albakr había sido encontrado, durante un registro, material explosivo que llevó a la policía a acordonar la zona y a evacuar varias casas alrededor, a pesar de que la cantidad de explosivo no era muy grande. «Hemos hallado en la casa varios centenares de gramos de explosivos», informó el portavoz de la Oficina de lo Criminal (LKA) de Sajonia, Tom Bernhardt, al tiempo que informaba de que los explosivos eran demasiado peligrosos para ser transportados a otro lugar y que los artificieros permanecían en el interior de la casa para desactivarlo in situ. La alerta terrorista se extendió también a Berlín y en el aeropuerto de Schöneld de la capital alemana fue reforzada la seguridad por treinta agentes que registraban coches y autobuses en busca del fugitivo, según confirmó el responsable de la policía de Brandemburgo, Torsten Herbst.

«Serio peligro»

Jaber Albakr, nacido en Saasaa, Damasco, y que llegó hace un año a Alemania como solicitante de asilo, no estaba en la casa cuando la policía voló la puerta, en un edificio colmena de la época comunista que previamente había sido evacuado. La explosión y el considerable despliegue policial causaron alarma entre el vecindario y llegó a correr el rumor en la ciudad de 240.000 habitante s de un atentado con muertos . Lo cierto es que la única explosión fue la causada por la policía, que justificó su actuación mencionando una alerta emitida por los servicios secretos sobre el «serio peligro» que representaba el sospechoso y sobre un inminente atentado de trasfondo islamista. «No hay que esperar a que haya muertos, es necesario actuar antes», declaraba una vecina del edificio a la radio regional, «hay que echarlos a todos porque, mientras quede uno solo, estaremos en peligro».

«Hay que echarlos a todos porque, mientras quede uno solo, estaremos en peligro», afirma una vecina

Estas declaraciones se enmarcan en el ambiente de linchamiento que desde hace meses se respira en la región. El número de actos violentos cometidos por militantes de extrema derecha contra refugiados se triplicó el año pasado, de 235 en 2014 a 784 en 2015. El pasado 3 de octubre, la canciller Merkel fue abucheada por su política de acogida ; varios políticos fueron zarandeados por la multitud durante las celebraciones de la fiesta nacional en su capital, Dresde, y la violencia callejera forma parte ya de la rutina diaria. Esta misma semana, varios jóvenes de entre 15 y 20 años han sido detenidos después de haber atacado a tres refugiados sirios de cinco, ocho y once años en una parada de autobús y mientras gritaban «mierda de extranjeros».

Potenciales terroristas

Buena parte de la población de este territorio, la antigua RDA, asocia directamente la presencia de refugiados con el peligro terrorista. El ministro del Interior alemán, Thomas de Maiziere, ha reconocido que en Alemania hay actualmente unos 520 «potenciales» terroristas que podrían llevar a cabo atentados en cualquier momento. Los únicos atentados yihadistas registrados hasta ahora han sido l os dos perpetrados en julio pasado por solicitantes de asilo, en los que murieron dos terroristas y veinte personas resultaron heridas. Este saldo, al igual que la operación policial de ayer, no son percibidos por la opinión pública como éxitos policiales, sino que causan un efecto agitador y de miedo.

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