Hazte premium Hazte premium

El «establishment» quiere moderar la política de Trump desde el Congreso

El Partido Republicano se opondrá al aislacionismo y defenderá los lazos con la OTAN

Trump durante su discurso ayer en la Convención Republicana REUTERS

MANUEL ERICE

Cuando la noche del jueves el «outsider» convertido en candidato republicano aceptó la nominación ante un abarrotado Quicken Loans Arena de Cleveland, Donald Trump se comportó como Donald Trump. Ni en el tono ni en el fondo del discurso hubo sorpresa alguna. Tras una campaña de primarias llena de bandazos, lo que en la política estadounidense se conoce como el arte del flip-flop, el magnate ha estabilizado su programa. Aunque sean promesas gratuitas y genéricas del salvador de un pueblo maltratado. «Blue collar billionaire» (el millonario de los trabajadores) es la marquetiniana elección de su equipo de campaña para extender la buena nueva, el mantra de que ha llegado un benefactor que atenderá a los más pobres, creando «millones de empleos» y generando «miles de millones de ingresos para los estadounidenses». Así se dirigió a ellos: «Yo soy vuestra voz».

Fueron las premisas que condujeron al candidato republicano a culpar al exterior del «desastre» económico que atribuye al país. El resto de las responsabilidades recayeron en su rival electoral, Hillary Clinton, y en el presidente Obama. Una de las intervenciones más negativas que se recuerdan de un aspirante a la Casa Blanca sirvió a Trump para desplegar una nueva doctrina internacional. En política exterior, el compromiso de EE.UU. con la OTAN estará condicionado: «Los aliados que no pagan tendrán que empezar a hacerlo, para que salgamos en su ayuda». En materia de comercio internacional, «se revisarán los horribles acuerdos adquiridos con China y otros, como el NAFTA (con Canadá y México) y el TransPacífico (con países asiáticos), para que beneficien a nuestros trabajadores». El magnate sintetizó su filosofía en esta frase: «Americanismo frente a internacionalismo».

La ofensiva aislacionista del aspirante a la Casa Blanca inquieta al establishment republicano, que se prepara para hacer del Congreso el fortín que frene una política exterior opuesta a la que ha sido santo y seña de los conservadores durante décadas. Fuentes cercanas a Paul Ryan, el speaker (presidente-portavoz) del Congreso y protector de las esencias republicanas, recordaron a este periódico que las propuestas de Trump en política exterior «no son las que ha aprobado el partido». En las 67 medidas validadas por la plataforma programática de la convención, la hoja de ruta republicana para el próximo mandato presidencial, «se contempla un fortalecimiento de los vínculos con los aliados de la OTAN». Por si hubiera dudas, las mismas fuentes apuntan que no sólo se trata de voluntad política, sino también de «un compromiso legal». El mismo día en que Trump proclamaba sus intenciones de repliegue de la influencia del país en el exterior, otras fuentes atribuían a Ryan esta frase: «No hay sustitución para el liderazgo mundial, que seguirá ejerciendo EE.UU.»

Se puede dar la paradoja de que la difícil cohabitación que han mantenido los republicanos y Obama se repita con un presidente republicano si el partido mantiene el control de las Cámaras. Ambas se renovarán parcialmente coincidiendo con la elección presidencial de noviembre. Los republicanos dan por seguro que retendrán la mayoría en la Cámara de Representantes. El Senado, hoy de predominio republicano, está más abierto.

A por Daesh

Como dejó caer en su intervención, la única concesión del aspirante a la Casa Blanca sobre acuerdos internacionales fue la de «mantener la alianza para derrotar a ISIS (Daesh)». Con el añadido muy personal de que se le derrotará «fácilmente». Pero aprovechó sus compromisos en la lucha contra el yihadismo para lanzar otra crítica a la Alianza Atlántica, que, «hasta ahora, no está contribuyendo» a reforzar esta batalla.

El candidato realizó un repaso a la política estadounidense de los últimos años en Oriente Medio, que también tachó de «desastre». Obviando pasadas críticas al expresidente George W. Bush, Donald Trump volcó todo su reproche contra Hillary Clinton, que, según estimó, dejó este legado como secretaria de Estado de Obama: «Muerte, destrucción y debilidad». Lo concretó en «miles de millones de dólares gastados y miles de vidas perdidas».

Y a continuación sí enmendó, sin nombrarle, la labor emprendida por Bush: «Se acabó eso de reconstruir países», aseguró, antes de concluir que «lo que tenemos que reconstruir es el ejército de Estados Unidos». La anunciada intención de Trump como presidente sería la de un repliegue en el exterior con la máxima de «poner América por delante».

Aliado de Israel

Uno de sus cambios más palpables en política exterior está en Oriente Próximo: su consideración hacia Israel. En lo que se interpreta como una concesión al establishment, el candidato no dejó resquicio a la duda, después de sus desplantes al tradicional amigo estadounidense: «Trabajaremos con nuestro gran aliado en la región, el Estado de Israel».

Las diferencias entre las pretensiones del showman y las del establishment republicano se hallan en más frentes. Su guerra abierta con México supone otra fuente de conflicto. La pretensión de Trump sigue siendo construir un muro en toda la frontera con México y que lo pague el país vecino. El candidato lo incluyó en su discurso, aunque fue jaleado de forma tímida. El partido no lo ha recogido oficialmente en su programa. Según ha podido saber ABC, en otra labor apaciguadora, durante la convención, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, hombre de confianza del millonario y presidente del comité de transición, intentó transmitir tranquilidad al nuevo embajador mexicano, Carlos Sada.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación