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Varapalo de la Justicia europea a los países que se oponen a acoger refugiados

El Tribunal de la UE condena a Hungría y a Eslovaquia por no aceptar a demandantes de asilo

Un grupo de refugiados pasa frente al muro levantado por Hungría para impedir la llegada de migrantes AFP

ENRIQUE SERBETO

La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea conocida ayer ha provocado un terremoto político en las capitales del Este de Europa que se resisten a acoger refugiados sirios procedentes de otros países y ha reforzado las tesis de la Comisión Europea. Los jueces de Luxemburgo anunciaron ayer que han decidido rechazar los recursos interpuestos por Hungría y Eslovaquia contra la decisión de reubicar a 120.000 personas llegadas desordenadamente y que el ejecutivo comunitario se había comprometido a distribuir entre todos los países a lo largo de dos años para aliviar el peso que recaía sobre Grecia e Italia.

La sentencia dice que el mecanismo provisional de reubicación se ha calculado de forma «efectiva y proporcionada» al objetivo previsto y que no es otro que ayudar a Grecia e Italia a hacer frente a la peor crisis migratoria que ha vivido Europa desde la II Guerra Mundial. La sentencia avala la decisión que tomaron los jefes de Estado y de Gobierno en el seno del Consejo Europeo y que era un ejercicio de solidaridad no solo con los que huyen de la guerra, sino sobre todo entre los propios países que forman la UE, que en 2015 estaban levantando alambradas para no permitir el paso de los inmigrantes.

Reubicación mínima

El comisario europeo de Interior, el griego Dimitris Avramopoulos , recibió la sentencia como «una muy buena noticia» que «defiende y protege principios básicos» de la UE y establece que los países deben trabajar juntos y cumplir sus compromisos. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, consideró «indignante e irresponsable» la sentencia e insistió en que a pesar de lo que digan los jueces su país «no está dispuesto a aceptar ni a un inmigrante», aunque Bruselas ha abierto ya un procedimiento de infracción contra este país, la República Checa y Polonia por negarse a acoger a los demandantes de asilo.

Hasta ahora han sido reubicados en distintos países europeos un total de 27.695 solicitantes de asilo , de los cuales 19.244 han salido de Grecia y 8.451 de Italia, una cifra que está muy lejos de los 98.000 que estaban previstos en septiembre, según los datos de un informe publicado ayer por la Comisión Europea. El comisario Avramopóulos considera que se trata de todos modos de un buen dato, ya que «la mayor parte de los migrantes que llegan a Italia no son admisibles; en realidad el número de personas que van a ser reubicadas ha resultado muy inferior al que estaba previsto». La CE insiste en que ha habido progresos y que, dado que la mayoría de inmigrantes llegados a Italia y Grecia «no eran elegibles» para la reubicación, la cifra se ha visto reducida en relación al compromiso inicial. Aquellos que no cumplen los requisitos para recibir el estatus de refugiado son teóricamente expulsados. La mayoría de los que están llegando a través de Italia proceden de países africanos.

Se reduce el volumen

Según este informe, en estos momentos hay en Grecia unas 2.800 personas a la espera de ser reubicadas y otras 2.000 en Italia , a donde siguen llegando candidatos a través del Mediteráneo. Aunque su volumen se ha reducido drásticamente, el comisario de Interior insistió en que «todas las partes deben proseguir el esfuerzo». Según el informe, «la República Checa, Hungría y Polonia siguen incumpliendo sus obligaciones legales y no han reubicado ni a una sola persona (Hungría y Polonia) o no garantizan plazas de reubicación para más de un año (República Checa)». El Comisario recordó quer ya existe un procedimiento de infracción contra esos países y amenazó con aplicar sanciones si no cambian su actitud.

La República Checa se dio ayer por avisada tras la decisión de la Justicia de la UE y su presidente, Milos Zeman , afirmó que preferiría que su país perdiera fondos de la Unión Europea antes que tener que recibir a refugiados.

Problema político

El principal problema político es que la lista de países reticentes con la acogida de demandantes de asilo coincide con el llamado «grupo de Visegrado» (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia) que de una u otra forma está en una especie de rebelión contra las reglas de respeto al estado de derecho y que apoyándose unos a otros están bloqueando las acciones correctivas del ejecutivo comunitario. Los Gobiernos de Hungría y Polonia han sido acusados directamente de violar las reglas democráticas, algo extremadamente grave. Y cuando se habla de la opción de hacer una Europa de varias velocidades en la que los países que acepten una mayor integración puedan avanzar solos, estos países alegan ser víctimas de una discriminación gravísima.

Así se ha visto en la tramitación del recurso ante los jueces, ya que Polonia intervino en apoyo de Eslovaquia y Hungría, mientras que Bélgica, Alemania, Grecia, Francia, Italia, Luxemburgo, Suecia y la Comisión lo hicieron respaldando al Consejo. Lo más sorprendente del asunto es que en la decisión que ha sido recurrida participaron activamente todos los países en el seno del Consejo.

Desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Consejo puede tomar decisiones por mayoría, sin necesidad de unanimidad. El acuerdo aprobado en el Consejo preveía que si uno o varios Estados miembros se enfrentan a una situación de emergencia por la afluencia repentina de personas de terceros países, el Consejo puede adoptar, a propuesta de la Comisión, medidas provisionales para ayudar a los países afectados en nombre del principio de solidaridad entre los socios de la UE . En la reunión del Consejo además de Hungría y Eslovaquia también se opusieron la República Checa y Rumanía, pero se impuso la mayoría formada por los demás países que sí estaban de acuerdo.

Vía extraordinaria

El Tribunal justifica que se adoptase por mayoría y no por unanimidad y sin atender el procedimiento legislativo ordinario que exige la participación del Parlamento Europeo, de los parlamentos nacionales y que la deliberación hubiera sido pública. Los jueces creen que el Tratado Lisboa autoriza al Consejo a adoptar medidas provisionales para hacer frente a una situación de emergencia como la que se produjo por la afluencia repentina y masiva de miles de personas desplazadas.

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