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Macron, sobre las reformas: «Las ayudas sociales cuestan una pasta gansa»

El presidente francés ha afirmado que apesar de poner mucho dinero en ayudas sociales, la gente «sobrevive malamente»

Emmanuel Macron en en Montpellier AFP
Juan Pedro Quiñonero

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Se trata de una iniciativa muy fuera de lo común, en dos frentes: una fórmula de «choque» que ha sido concebida para «presentar» las posibles reformas por venir; y, al mismo tiempo, esa comunicación política, más «agresiva», pretende «replantear» problemas de fondo sobre el funcionamiento del modelo social francés.

Hasta ahora, Macron ha lanzado reformas previstas y clásicas : mercado electoral, sistema nacional de ferrocarriles, entre otras. Sin oposición política digna de ese nombre, Macron está ganando a los sindicatos en todos los terrenos.

Anunciando que « las ayudas sociales cuestan una pasta gansa », Macron lanza una ofensiva quizá más audaz, sin desvelar, de momento, el contenido exacto de las posibles reformas.

El presidente ha preferido lanzar un tema de reflexión de inmenso calado: el costo económico del modelo social, y, en particular, el costo de las ayudas sociales más o menos directas.

Dirigiéndose a su ministros, directamente, para mejor dirigirse a la opinión pública, indirectamente, Macron explica de este modo su visión sobre el modelo social francés : «Comenzaré por constatar la realidad: gastamos mucho dinero, una pasta gansa; se favorece la irresponsabilidad… Nuestra política social debe funcionar mejor, debemos hacer algo más que prevenir, con el fin de gastar menos y mejor, responsabilizando a todos los actores».

Esa debiera ser la matriz del proyecto social macroniano: gastar menos , gastar mejor , exigir responsabilidad a todos los actores, beneficiarios de las ayudas sociales, gestores públicos, ante la mirada deseablemente atenta de los contribuyentes.

A su manera, en cierta medida, se trata de un proyecto teórico de «revolución» ¿liberal? ¿conservadora? ¿reformista? Macron se guarda muy mucho de dar ningún «color» ideológico a sus proyectos, utilizando un lenguaje crudo y popular, que no deja de suscitar polémica entre los profesionales de la política, el análisis y el periodismo.

Desde las izquierdas , se pone el grito en el cielo, anunciando un «desmantelamiento» de derechos sociales. Sin embargo, Macron todavía no ha precisado el alcance concreto de sus posible reformas, cuando llegue el momento.

Desde la derecha tradicional , se escucha un ruidoso silencio… es difícil criticar unas reflexiones de corte clásico, popular, presumiblemente conservador.

La República En Marcha (LREM), el partido de Macron, y su grupo parlamentario, intentan «comprender» los proyectos, maniobras y comunicación política presidencial. Para algunos diputados macronianos, el presidente está haciendo una política económica y social de corte conservador en el fondo, maquillada publicitariamente con una comunicación más moderna y agresiva. Para otros, se trata de una « revolución » que es necesario apoyar, esperando que los resultados esperados terminen por llegar, en su momento.

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