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ELECCIONES EN EGIPTO

El imperio económico de los militares egipcios

El Ejército egipcio posee colegios, hospitales, empresas farmacéuticas, de alimentación y transportes

El presidente Al Sisi (en el centro, de civil), en la ceremonia de graduación de la Academia de Aviación EFE
Alicia Alamillos

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«Gobierne quien gobierne en Egipto, siempre estará el Ejército». El poder de las fuerzas armadas en el país árabe siempre ha sido grande, pero tras la llegada del exmariscal Abdelfatah Al Sisi al poder, empresas militares han extendido sus tentáculos a prácticamente todas las industrias y sectores económicos del país, fuera del escrutinio parlamentario y envueltos en el secretismo más absoluto y favores del propio Gobierno.

«El papel del Ejército en Egipto hoy día es más completo de lo que ha sido en toda su historia. Participan profundamente en la economía, en el Gobierno, en los medios, en la educación, en el Sistema de Salud… El Ejército está básicamente dirigiendo el país», apunta a ABC el profesor Robert Springbob , uno de los mayores expertos internacionales en las fuerzas armadas egipcias.

El vasto imperio de empresas militares mueve miles de millones de dólares al año en industrias y negocios tan variados como la propiedad de terrenos, colegios y hospitales privados, empresas farmacéuticas, alimentación, distribución de combustibles, transporte y carreteras, embotellamiento de agua mineral, edificios residenciales o eléctricas. El Gobierno de Al Sisi cifra el porcentaje de los negocios de las FA entorno al 2% del PIB , pero investigadores independientes lo alzan hasta el 35, 40 o incluso 60% de la economía egipcia. Según un informe de Transparency Internacional publicado esta semana, el presupuesto anual de las FA es de unos 4,4 mil millones de dólares . La propia Constitución mantiene protege el secreto del presupuesto estatal del Ejército, que no solo incluye a empresas directamente propiedad de la institución, sino también contratos privados de militares o exmilitares. Consecuentemente, también los beneficios quedan en secreto.

Cuatro organismos

Cuatro organismos militares, afiliados al Ministerio de Defensa y Producción Militar, se reparten el pastel de la economía egipcia: la Organización de Proyectos de Servicios Nacionales , que manufactura y vende desde cemento a gasolina, pasando por pasta y agua embotellada, la Organización Árabe para la Industrialización , que produce no sólo equipamiento y vehículos militares, sino también automóviles de lujo civiles, teléfonos inteligentes y paneles solares, la Organización Nacional de Producción Militar y la Autoridad de Ingeniería de las Fuerzas Armadas.

A golpe de decreto, el Gobierno de Al Sisi ha abierto el abanico de posibilidades para el Ejército, eximiendo de impuestos a decenas de instalaciones militares o permitiendo a las FA formar empresas para la propiedad de terrenos con inversores locales o extranjeros, otorgando a las FA una parte de los ingresos y permitiéndoles conservar la propiedad de la tierra, o la construcción y mantenimiento de carreteras, a las que las empresas militares acceden normalmente sin concurso público.

«Desde 2013, el Ejército ha aumentado dramáticamente su participación en la economía», asegura Springbob. En 2016 y acuciados por la crisis económica, el Gobierno egipcio se vio forzado a liberar el cambio de la libra, que pronto se desplomó subiendo la inflación hasta un 30% mientras las farmacias se quedaban sin medicidas por los altos costes de importación y decenas de madres salían a protestar por la subida de los precios de la leche preparada para bebés. El Ejército recibió licencia del gobierno para fundar una compañía farmacéutica y «accedió» a suministrar la leche preparada y otros productos subvencionados, «para evitar el monopolio de empresas» y como «deber nacional».

«El Ejército ha sido siempre una institución muy poderosa; con Mubarak estaban apartados de ciertos sectores, se pusieron nerviosos sobre su futuro y lo que pasó en 2011 y 2013 les ofreció la oportunidad de reasegurarse», explica Springbob. «Sisi es aún más dependiente de las fuerzas armadas que Mubarak» , apunta por su parte Fawaz Gerges, analista y profesor de la London School of Economics . Pese a su pasado militar, durante sus 30 años de mandato Mubarak cultivó también su «persona política» y otros grupos de poder. «Sisi, que desdeña la política civil, se ha negado a crear partido, y al aumentar el papel de los militares en la economía, ha eliminado oportunidades para importantes actores del sector privado», continúa.

La omnipresencia del Ejército en todos los ámbitos de la economía egipcia ahoga al empresario privado , pues el Ejército es mucho más competitivo: además de controlar gran parte de los terrenos del país, carecer de impuestos en muchas de sus actividades y tener mano en contratos públicos preferenciales, cuenta con una inacablable mano de obra en los miles de jóvenes obligados a cumplir con el servicio militar obligatorio.

«Las fuerzas armadas de Egipto bajo el presidente El-Sissi expandieron su posición privilegiada en la economía del país, han tomado el control total del sistema político y sin embargo no están bajo ningún escrutinio significativo», concluye el informe de Transparencia Internacional.

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