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Dominic Cummings, la mano que mueve los hilos en el Gobierno británico

El asesor y mano derecha de Boris Johnson, se reafirma como el poder en la sombra en Downing Street

Dominic Cummings, a su llegado a Whitehall la pasada semana Efe

Ivannia Salazar

Dicen en los pasillos de Whitehall que Dominic Cummings es a Boris Johnson lo que Rasputín al zar Nicolás. Aunque en la analogía hay una importante diferencia: mientras que la zarina Alexandra estaba tan absolutamente obnubilada por el monje con fama de sanador que incluso llegó a declararle en una carta que solo tenía un deseo, «caer dormida, dormir para siempre en tus hombros, abrazada por ti» (no nos equivoquemos, que su declaración no era romántica, sino la de una persona agobiada a su más fiel confidente), la pareja del primer ministro británico, Carrie Symonds , lo último que desea es un abrazo de Cummings. La periodista, que cumplirá 42 años el próximo mes, y el político, de 48, no hacen buenas migas. Y la prensa británica se ha hecho eco de una acalorada discusión entre ambos esta misma semana en relación con la reestructuración del gabinete que el premier puso en marcha el jueves.

Cummings ha sido acusado por la prensa y por algunos ministros y asesores de tener una actitud muy agresiva que perjudica al jefe del Gobierno y, por tanto, al país. Y Symonds opina lo mismo. No solo eso, sino que directamente se posicionó en contra de las ideas de Cummings con respecto a los cambios en el Gobierno, que suponen la primera reorganización tras el triunfo del líder conservador en las elecciones del pasado 12 de diciembre y tras la puesta en marcha del Brexit el 31 de enero.

Más influyente que la pareja del primer ministro

Sin embargo, una vez más la influencia de Cummings sobre Boris Johnson ha sido incluso mayor que la de su pareja. Y es que Symonds mantiene una relación muy cercana con el ahora exministro del Tesoro Sajid Javid, que renunció el pasado jueves de forma inesperada después de haber recibido la orden de despedir a su propio equipo, a lo que se negó. Según un portavoz, «el primer ministro le indicó que tenía que despedir a todos sus asesores especiales y reemplazarlos con asesores especiales designados por “el número 10” (la oficina del jefe del Gobierno). El canciller dijo que ningún ministro respetuoso con su equipo aceptaría esos términos». Inmediatamente fue reemplazado por el hasta ahora secretario en jefe del Tesoro, Rishi Sunak. John McDonnell, canciller en la sombra del Partido Laborista, aseguró que «Dominic Cummings claramente ha ganado la batalla para tomar el control absoluto del Tesoro e instalar a su títere» como ministro de Finanzas.

Y es que la renuncia de Javid, que asumió su cargo en julio del año pasado, se produjo en medio de una escalada de tensión con Dominic Cummings, el principal asesor y mano derecha de Johnson.

El llamado «arquitecto del Brexit», ya que fue no solo uno de los principales promotores del divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea, sino su principal estratega, nació en la ciudad de Durham, al noreste de Inglaterra, en 1971. Está casado con la periodista Mary Wakefield, editora de la revista «The Spectator», donde también trabajó Johnson, y son padres de un niño de cuatro años. Fanático de Rusia y de su cultura, habla perfectamente el idioma y es un ávido lector de novelistas como Dostoievski.

Según el famoso periodista de «The Guardian» Patrick Wintour, está obsesionado con Anna Karenina, Bismarck y las matemáticas. Quizá de ahí viene su paciencia para hacer cálculos, tanto matemáticos como políticos. El último que le ha salido bien fue la ruptura del llamado «Muro rojo», las regiones tradicionalmente votantes del Partido Laborista que en las pasadas elecciones eligieron a los tories. Y les sirvieron el triunfo en bandeja.

Amante de la ciencia

También es un amante de la ciencia y la tecnología, y se cree que, también por influencia suya, Boris Johnson le ha dado una gran importancia a estas áreas en sus últimos discursos. La idea de convertir el Reino Unido en una potencia científica en la era post-Brexit es una de las grandes promesas del premier, que incluso ha dicho que, pese a sus planes de regular la inmigración con un estricto sistema de puntos, los científicos de alto nivel tendrán «vía libre» para vivir y trabajar en el país.

Graduado en historia moderna por la Universidad de Oxford, Cummings tuvo su gran incursión en el Gobierno británico en 2007 bajo la protección del secretario de educación Michael Gove . Y desde entonces se ha labrado un camino con pocos amigos, suficientes enemigos y grandes victorias. Pese a ser tan inteligente como creativo, algo que nadie niega, sus formas ponen de los nervios a más de uno, ya que puede ser tan carismático como explosivo.

En todo caso, la mejor forma de conocerlo –o no– es leer su blog, en el que no se corta un pelo con sus opiniones. O leer lo que piensan otros de él. Como el ex primer ministro David Cameron, que en 2014 lo llamó «psicópata profesional». Claro que Cummings había llamado previamente «torpe» a Cameron, y en esto no estaba equivocado.

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