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La devolución de inmigrantes a Turquía, atascada por las carencias de los servicios de asilo griegos

La falta de funcionarios y la lentitud del proceso de identificación de quienes demandan la condición de refugiado entorpecen la puesta en práctica del acuerdo suscrito entra la Unión Europea y Ankara

BEGOÑA CASTIELLA

La aplicación del acuerdo sobre los refugiados entre la Unión Europea y Turquía , que entró en vigor el domingo 20 de marzo, está creando muchos problemas a las autoridades griegas. El principio del acuerdo es devolver a Turquía a todos los nuevos migrantes irregulares que cruzan desde dicho país hasta las islas griegas, siendo la Unión Europea quien se encarga de los costes, mientras que existe el compromiso de cumplir con las leyes internacionales sobre refugiados. Este acuerdo es considerado como una «medida extraordinaria para terminar con el sufrimiento humano y restablecer el orden público», terminando con el negocio de los traficantes que se aprovechan de la desesperación de quienes huyen de la guerra y otras desgracias.

Los servicios de asilo que se encuentran en los denominados «hotspots» recientemente creados en las islas mas orientales del Egeo están desbordados y tienen ahora mismo 6.605 solicitudes de asilo. Los «hotspots» son unos centros que por ahora existen únicamente en Grecia y en Italia y sirven para la identificación de los recién llegados. Procesan las solicitudes de asilo en las cinco islas principales de la zona (Lesbos, Samos, Kíos, Leros y Kos), todas ellas a pocas millas marinas de la costa turca. Los funcionarios griegos están apoyados por la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO), Frontex, Europol y Eurojust. La última información oficial de las autoridades griegas muestra que ahí se encuentran en total 8,359 personas cuando su capacidad prevista es de 7.450 y los centros se han convertido en centros de detención, ya que nadie puede salir si no termina el proceso de su solicitud.

Además de estas personas, se encuentran en el resto del país otras 45.988 en 39 centros estatales de acogida temporal. Y también en dos campamentos «salvajes» en el puerto del Pireo (al menos 2.000 personas) y en Idomeni (otras 10.000), a pocos metros de la frontera con Macedonia que permanece cerrada a principios de marzo.En total 54.347 entre refugiados sirios, afganos e iraquíes y migrantes de otros países de Asia y Africa se encuentran ahora en territorio griego.

Falta de funcionarios europeos

La preocupación de todos los especialistas en migración, así como de muchas ONG, sigue siendo que los solicitantes legítimos de asilo podrían ser tratados como inmigrantes ilegales y devueltos a Turquía . Pero las autoridades griegas tienen ahora en los «hotspots» a personas competentes, entre policías, miembros de Europol e Interpol, de los servicios europeos de asilo y traductores de muchos idiomas. Pero no son suficientes. Se aseguró que serían un total de 400 funcionarios europeos los que vendrían a ayudar pero solo ha llegado un 10%, que hasta ahora se encuentra en las islas de Lesbos, Samos y Kíos.

Maria Stavropulu, la directora del Servicio de Asilo griego, ha declarado recientemente que hay un gran número de solicitudes por examinar en las islas y «cuanto antes funcionen los equipos conjuntos de funcionarios griegos y del resto de la UE antes serán examinadas las solicitudes». «La Directora espera a los expertos europeos y también el necesario material para equipar las instalaciones para que trabajen unas 600 personas en total.

Entrevistas laboriosas

Lo malo es el tiempo. Las entrevistas son personales y laboriosas y se pueden necesitar hasta dieciséis para identificar a cada persona y su familia, para verificar lo que declara (frecuentemente han perdido sus documentos o han comprado otros que son falsos). El acuerdo deja claro que no se pueden hacer deportaciones masivas.

Por ello, Grecia lleva mucho retraso. Hasta la fecha, es decir a partir del día 20 de Marzo, se han devuelto a Turquía menos de 400 personas en total desde el 4 de Abril. Un alto funcionario griego que desea permanecer en el anonimato ha confirmado el que no haya llegado todavía a Grecia todo el personal europeo prometido para agilizar este proceso es un gran problema. «Primero debemos de asegurarnos que quien solicita el asilo es quien dice que es, algo difícil cuando no tiene documentos oficiales. El tiempo mínimo es de dos semanas para todo el proceso, que implica muchas entrevistas, frecuentemente a través de Skype». Muchos de los migrantes que han llegado después del 20 de marzo declaran ser sirios o iraquies, arguyendo como prueba su dominio del árabe, y hay paquistaníes que prefieren pasar por afganos para tener mayor posibilidades de seguir su viaje a Europa.

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