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Un desertor norcoreano nacido en un campo de trabajos forzados lucha por la libertad de su padre

Shin Dong-hyuk, protagonista del libro «Evasión del Campo 14», lanza una campaña para reunirse con su progenitor, que sigue en Corea del Norte

Shin Dong-hyuk en Seúl, durante su entrevista con ABC en 2014 Pablo M. Díez
Pablo M. Díez

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Shin Dong-hyuk, un desertor norcoreano que asegura haber nacido en un campo de trabajo y ha podido huir para contarlo , ha iniciado una campaña para reunirse con su padre, que sigue en su país. A través de una carta a la ONU y del portal de internet change.org, que recoge firmas por todo el mundo para las más diversas causas, pide ayuda internacional para lograr su liberación , ya que cree que su progenitor sigue detenido en una de las «zonas de control total» donde el régimen estalinista de Pyongyang confina a sus prisioneros políticos.

La terrible vida de Shin Dong-hyuk está narrada en el libro «Evasión del Campo 14» , que escribió el antiguo corresponsal del «Washington Post» en Corea del Sur, Blaine Harden, y ha sido publicado en España por la Editorial Kailas. Según cuenta el propio Shin, nació en un campo de prisioneros políticos en 1982 y solo conoció hambre, trabajos forzados, palizas, violaciones, torturas y ejecuciones durante los 23 años que estuvo allí encerrado , hasta que logró escapar el 2 de enero de 2005.

Convertido en testigo de cargo contra el régimen del joven dictador Kim Jong-un, la propaganda norcoreana intenta desacreditarlo desde que en 2014 declaró ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Para su sorpresa, en octubre de ese año fue colgado en internet un vídeo donde aparecía su padre, Shin Kyon-sop, negando que hubiera nacido en un campo de trabajos forzados. En otro vídeo, una mujer le acusaba de haber violado a una niña de 13 años , algo que él niega.

Profundamente afectado tras ver dichos vídeos, Shin Dong-hyuk cortó su contacto con los medios de comunicación , pero concedió a ABC una entrevista exclusiva que tenía ya apalabrada. «El régimen está utilizando a mi padre como rehén para que regrese y deje de denunciar sus atrocidades», explicó durante el encuentro con este corresponsal en Seúl, donde aseguró que estaba dispuesto a sacrificarse «y volver a Corea del Norte si el Gobierno me asegura que no va a hacerle sufrir más».

Tras la difusión de los vídeos, Shin Dong-hyuk se vio obligado a cambiar parte de su testimonio , como que su madre y su hermano mayor no habían sido ejecutados en el Campo 14, sino en el 18. Aunque Shin insiste en la veracidad de los elementos principales de su relato , esta rectificación le restó credibilidad y dañó el prestigio de los desertores que denuncian las atrocidades del régimen norcoreano, poniendo en duda muchas de sus historias.

Desde entonces, Shin Dong-hyuk se ha mantenido apartado de los focos mediáticos , pero acaba de reaparecer en Twitter anunciando su iniciativa en change.org para liberar a su padre y reunirse con él. «Él lo es todo para mí. Este nuevo capítulo de mi vida, y la campaña por mi padre, las hago solo, pero no puedo renunciar a él y mantendré la esperanza », señaló a ABC en un mensaje privado en dicha red social.

Tras convertirse en el «enemigo público número 1» del régimen, ¿cree Shin que las autoridades norcoreanas permitirán este reencuentro? «Si el Gobierno no lo autoriza, eso demuestra cuánto tiene que ocultar el régimen. Sería patético e infantil que ignoraran mi petición », razona el desertor, quien ha visitado varias Embajadas norcoreanas en Europa para entregar, sin éxito, una carta a su padre. Por otra parte, Shin Dong-hyuk recuerda que «la propaganda mostró un vídeo que usaba a mi padre contra mí en un decorado montado para hacer parecer que estaba bien». Por ese motivo, cree que «si me permitieran reunirme con mi padre, sería el modo perfecto de demostrar que lo que ellos dicen es verdad y que todo es normal para mi padre. En todo caso, y ya que ellos dicen que soy un mentiroso, demostraría que estoy equivocado ».

A la espera de comprobar la reacción del régimen de Kim Jong-un, que probablemente hará oídos sordos a esta demanda, Shin Dong-hyuk asegura que seguirá trabajando para denunciar las atrocidades de este anacrónico régimen estalinista, el más hermético y aislado del mundo. «Conozco mejor que nadie el lugar donde nací y cómo escapé. Obviamente, quiero mostrarle al mundo lo que sé de primera mano », señala el desertor, quien tiene en su cuerpo las cicatrices de las palizas y torturas que sufrió durante su encarcelamiento.

Según los cálculos de la ONU, Corea del Norte mantiene encerrados en sus campos de trabajo («kwan li-so») entre 80.000 y 120.000 prisioneros . Al igual que Shin Dong-hyuk, el «hijo del gulag», unos 25.000 norcoreanos han encontrado asilo en el Sur tras huir de aquel infierno. Pero Shin asegura que «ahora, más que nunca, quiero volver para ver a mi padre».

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