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La derrota del kirchnerismo marca el declive populista en Latinoamérica

Los bajos precios del petróleo y de las materias primas han dejado a muchos gobiernos sin los ingresos que antes tenían para políticas sociales electoralistas

Cristina Fernández de Kirchner en un acto público celebrado tras la derrota del oficialismo en las presidenciales AFP

EMILI J. BLASCO

La victoria el domingo pasado de Mauricio Macri en las presidenciales argentinas ha sido vista como señal del descenso en el que se encuentra el populismo de izquierda latinoamericano. Así, el fin de doce años de kirchenismo sería como la muerte del canario que, en una mina, anuncia la falta de aire: un aviso de cómo la asfixia económica por la caída del precio del petróleo y de las materias primas está poniendo en apuros financieros a gobiernos que se beneficiaron políticamente de un extra de ingresos durante más de una década.

¿Será Venezuela, donde hay elecciones legislativas el próximo domingo, el siguiente país en castigar al populismo bolivariano? ¿Es el reciente anuncio del presidente de Ecuador, Rafael Correa, de que no optará a la reelección un reconocimiento del poder de la oposición? El nuevo ciclo económico , acabada una década de gran crecimiento del Producto Interior Bruto en la mayor parte del continente americano, puede estar anunciando el ocaso de los vicios políticos de una era.

En cuanto a Venezuela , es difícil hacer una predicción de lo que sucederá el día 6 de diciembre. El margen de manipulación electoral del Gobierno chavista, denunciado por el propio secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, hace que pueda proclamarse un resultado falso, que no se corresponda exactamente al grado del declive del populismo que observadores y expertos pronostican para Latinoamérica.

Cambio de tendencia

Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano, cree que ciertamente está ocurriendo un cambio de tendencia en la política latinoamericana, aunque advierte que ese giro puede producirse en grado diverso según los países . «Hay un cambio de coyuntura económica que se ve plasmado en cambios políticos, como ha ocurrido en Argentina. Esto no quiere decir que se vaya a trasladar a todos los países. Unos gobiernos pasarán malos momentos y otros serán efectivamente barridos, aunque de momento no creo que veamos el fin del populismo», dice.

La contracción económica en algunos países motiva el rechazo social hacia la persistencia de un discurso demagógico sin soluciones reales

Sobre Venezuela, Malamud estima que si bien las encuestas marcan una amplia ventaja de la oposición venezolana, es demasiado aventurado hacer un pronóstico. Por un lado, porque «las encuestas están mostrando dificultades para reflejar una opinión pública en cambio». Y por otro, porque « la oposición puede obtener más votos populares , pero eso no se va traducir necesariamente en una victoria en la Asamblea Nacional, pues el sistema penaliza los distritos más poblados o donde tiene más apoyo la oposición». Malamud también contempla la posibilidad de un escenario de victoria opositora en número de escaños; en ese supuesto «habrá que ver cuán violenta es la reacción del Gobierno».

El chavismo, en cualquier caso, se encuentra inmerso en claras dificultades políticas, y estas también están afectando al Gobierno de Ecuador. Debido al clima social adverso, Rafael Correa ha anunciado que no optará a ser reelegido, aunque se cambie la ley que permita esa posibilidad. Es problable que se trate de una maniobra estratégica para facilitar la aprobación de ese cambio legal. Aunque Correa respetara su palabra, muchos observadores ecuatorianos creen que posiblemente tutelará al próximo presidente, si su partido gana, y luego intenterá volver a la presidencia, esta vez con posibilidad de reelección.

Gobiernos más pragmáticos

Pero tanto si Correa prolonga su carrera política como si Evo Morales obtiene en el referéndum de febrero en Bolivia la reforma constitucional para volverse a presentar, todos los gobiernos latinoamericanos estarán obligados los próximos años a un mayor pragmatismo económico: tendrán que gastar menos en políticas sociales orientadas al clientelismo electoral y probablemente se verán obligados a aplicar ciertas reformas, en algunos casos impopulares.

«Con menos ingresos disponibles para pacificar poblaciones nerviosas, los nuevos gobiernos probablemente serán económicamente más pragmáticos que sus predecesores», asegura un informe de Stratfor sobre la próxima década en Latinoamérica. Esta firma de «inteligencia global» pronostica que probablemente los líderes de izquierda se abstendrán de nacionalizaciones en masa o de hostigar a compañías extranjeras.: «alentarán inversiones en lugar de ahuyentarlas» .

Las previsiones económica s del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año y el próximo son especialmente duras para Venezuela, Ecuador, Argentina y Brasil. Venezuela podría cerrar este año con una contracción del 10 por ciento del PIB, mientras que en el caso de Brasil sería del 3 por ciento, y en el de Ecuador, del 0,6 por ciento. La economía argentina se contraería un 0,7 por ciento en 2016.

Un informe del FMI dedicado a la región, titulado «Tiempos inciertos» y firmado por el economista José Antonio Ocampo, destaca cómo los años transcurridos entre 2003 y 2014 pueden llamarse «la década latinoamericana» . Durante ese tiempo hubo un promedio de crecimiento del PIB superior al 5 por ciento. Si embargo, en 2015 Suramérica podría tener una contracción del 1,5 por ciento.

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