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Demolida una iglesia en Alemania para ampliar una mina de lignito

La Iglesia alemana vende cientos de templos por su costoso mantenimiento

La demolición de la catedral de Immerath AFP
Rosalía Sánchez

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«Nuestros corazones están hoy llenos de melancolía y tristeza, quizá también de cólera y rabia», dijo en su última homilía el párroco Günter Salentin, «toda la resistencia estaba condenada al fracaso frente a la preponderancia de la política, los intereses económicos y la maximización ... de beneficios». Tras ese último servicio religioso, las máquinas han empezado ya los trabajos de demolición de la denominada catedral de Immerath , una basílica de estilo neo románico, cuya construcción terminó en 1891 y que fue centro espiritual de la comunidad durante 122 años, hasta que el grupo energético alemán RWE, un holding de empresas productoras de energía compró la iglesia para derruirla y poder ampliar así su mina de lignito . En realidad compró todo el pueblo. Hace siete años, antes de la adquisición, esta localidad cercana a Aquisgrán tenía 1.500 habitantes a los que la empresa ha ido cancelando los contratos de alquiler. Hoy solo permanecen en él alrededor de 30 almas. «Ver morir el pueblo lentamente ha sido muy doloroso, pero ver cómo destruyen la iglesia… no tengo palabras, siento que ha llegado el fin del mundo», dice María, una de las vecinas, cuya familia, por generaciones, ha celebrado en esa iglesia los sacramenteos.

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